Coven 1: El despertar.

Capítulo XV

Cuando la reunión terminó nuestros guardias nos llevaron a clase sin decir una sola palabra. Eso en Harding era algo totalmente normal, mas no en Caleb. ¿Qué pensarían ellos de esa situación? Llevaban años entrenando para proteger a otros. Sabían pelear cuerpo a cuerpo, usar armas y sobrevivir en terribles condiciones. ¿Estaban verdaderamente preparados para todo? ¿Incluso para una guerra? El resto del día fue algo extraño. Se notaba la tensión constante en el ambiente, incluso en los profesores, quienes deberían de aparentar que todo está bien para así calmar a los alumnos. Bueno, con una guerra en ciernes era totalmente comprensible la actitud que todos estaban tomando ante la situación. Nadie hablaba, solo escuchaban las clases y tomaban notas, nada más.

Una vez las clases terminaron se nos informó de que tomaríamos la lección de defensa personal en la parte subterránea de la escuela. Por lo visto, Coven estaba preparada para un ataque de gran magnitud, desde la Última Gran Guerra estaban listos para todo. Bajo la academia se encontraba un conjunto de pasillos que llevaban a diversas salas, en ellas recibiríamos las clases, aparentemente. Yo no tenía ni idea de cómo llegar ahí, bueno, ni yo, ni ninguno de mis compañeros de clase. Uno de nuestros profesores nos hizo el favor de llevarnos. Según lo que nos explicó, las clases serían en ese lugar para aprender el camino por si algún día estábamos en peligro. Al parecer a mitad de curso se hacía un simulacro, por lo que días antes los maestros muestran a los nuevos estudiantes el trayecto hasta la zona subterránea. Debido a la situación tuvieron que adelantar los planes ese año.

No diré que nos llevó poco tiempo ir ahí, sería mentir. Las escaleras que nos llevarían a “las catacumbas de Coven” estaban en la planta baja, así que tuvimos que ir hasta allí. Al llegar bajamos durante diez minutos sin parar, después nos dimos un paseo de otros cinco minutos hasta llegar a la sala donde tomaríamos la clase. El lugar estaba hecho de piedra, había bastante humedad y hacía frío. No pude distinguir mucho más debido a que todo estaba muy oscuro, lo único que nos evitaba caer eran unas antorchas en las paredes. Todo aquello me recordó a las películas de la época medieval.

El profesor fue en cuanto llamó a la puerta, su trabajo había llegado a su fin. No esperamos mucho rato para que las puertas de aquella habitación se abrieran. Al principio creímos que no había nadie porque la puerta se abrió sola. Fue cuando entramos que nos dimos cuenta de lo que de verdad estaba pasando.

—Hola, mis niños. Me alegro de veros nuevamente. —Luna se encontraba en medio de la habitación, vestida con una larga túnica negra. Todos nos miramos los unos a los otros, nadie comprendía nada de lo que estaba pasando. ¿Ella daría la clase de defensa personal? —. ¡Bienvenidos a mi clase, brujos de primer año! —La mujer levantó las manos y el lugar entero se iluminó. La sala era bastante grande, en ella no había nada, solo unos cuantos espejos.

— ¿Qué es este lugar, Luna? —Kasper fue el primero en abrir la boca.

—Como creo que os habrán explicado, este sitio es conocido como las Catacumbas de Coven. Es algo así como un refugio, por si un día atacan la escuela. Esta sala en concreto se usa para entrenar. Hay otras más adelante. ¡Tenemos de todo! Dos cocinas, una bodega, varios baños y habitaciones para dormir, también una enfermería y comedor. Solo nos falta la biblioteca, pero esperamos no pasar demasiado tiempo aquí abajo.

—No lo entiendo, ¿por qué vamos a recibir aquí una clase de defensa personal? Los guardias nunca bajan a este sitio. —Una chica del grupo fue la que habló.

—Bueno, no es del todo así. Es verdad que os enseñaré a defenderos, mas no como creéis. Chicos, hoy os enseñaré a usar la famosa magia oscura. —Las palabras de la directora dejaron a todos en estupefactos. Ella esperaba una respuesta, no obstante, nadie se atrevía a decir nada. Todos debían de creer que se había vuelto loca. Finalmente, Camille sacó el valor.

—Eso va contra las normas. No podemos usar magia negra, está prohibido aprenderla. Esto no tiene sentido.

—Lo sé, conozco las normas, cielo. Lo que pasa es que son demasiado estrictas. Las cosas no son como el consejo siempre dice. Creen que por restringir la magia negra no os adentraréis en ese mundo. Se equivocan, ese es el peor error. Lo que os llevará al lado oscuro es la desinformación. Escuchad, esta clase es totalmente optativa. Si no queréis estar aquí después de que diga lo siguiente podréis iros con libertad. La sala contiene un hechizo. Todo aquel que salga de aquí no podrá recordar nada de esto, a menos que el momento indicado surja. Si corréis peligro y necesitáis usar algo de lo aprendido, entonces todo volverá a vosotros. También, por cada lección que toméis, tendréis conocimientos del tipo de defensa que tienen los guardias cada día. Es parte del hechizo. Quiero que sobreviváis. —Nuevamente nos miramos, nadie estaba seguro ahí de las palabras de Luna.

—Yo prefiero irme ahora. —Camille se dio la vuelta.

— ¡Camille, espera! Permite al menos que me explique. —Mi amiga suspiró y se quedó para prestar atención a la directora. —. Chicos, estamos en guerra. Por más que el consejo quiera tapar la realidad, esa es. Nada va a poder parar a los oscuros, necesito que estéis preparados. Los oscuros usan magia negra, tenéis que aprender lo que es para poder enfrentarlos. Sé que os da miedo, pero no debéis sentirlo. —Hizo una pausa —. La magia es algo general, hemos sido nosotros, a lo largo de los años, los que la hemos separado. Magia blanca, magia oscura, magia de los guardias… Esas son las más conocidas. ¿Alguien sabe de alguna más?




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