Cr 02 - El abrazo del Este [kaisoo]

Capítulo Siete

La torre del homenaje era increíble. Kyungsoo no tuvo la oportunidad de ver todo cuando había llegado con Jongin. El dragón lo había escoltado a la habitación y lo abandonó allí. Pero lo que había visto en el camino era increíble.

Mientras caminaba a través de la torre del homenaje con Woohyun a su lado, fueron de habitación en habitación, a investigar y explorar. Se dio cuenta rápidamente que se había perdido mucho. Los pasillos, a pesar de ser de piedra, eran cálidos y acogedores, iluminados por antorchas con tanta frecuencia que casi brillaban.

Las sonrisas en los rostros de aquellos que pasaban eran felices y optimistas, algo que Kyungsoo no había esperado con el reciente cambio de liderazgo.

Kyungsoo estaba emocionado cuando Woohyun le presentó a los otros hombres y mujeres que trabajaban dentro de la torre. En su experiencia, la gente detrás de escena eran verdaderamente los que mantenían todo en pie.

Guerreros y gobernantes tenían la gloria. Cocineros y sirvientes conseguían la carga de la obra.

Pero también los guerreros disfrutaban del anonimato y los gobernantes no lo hacían, lo que significaba que podía sentarse en la cocina caliente después que de las tareas de la cena fueran hechas y sólo conversar. Podrían ser amigos con quienes ellos querían, siempre y cuando esa persona no fuera un guerrero o un gobernante. Ellos no estaban obligados a ser todo educados y dignos. Ellos no tenían que seguir tantas reglas.

—Esta es la biblioteca —Woohyun sonrió mientras abría la puerta. Kyungsoo se quedó con la boca abierta. Nunca había visto tantos libros en toda su vida. Arrastrando los pies, Kyungsoo se trasladó al centro de la habitación y dio vuelta en un círculo. Filas y estantes de libros tan lejos como el ojo podía ver. Era un sueño hecho realidad.

—Wow —murmuró.

¿Supongo que te gusta leer?

—Sí —Kyungsoo asintió—. Después de terminar mis tareas diarias, solía esconderme en una esquina y leer. Era mi escape de la realidad.

No tienes que ocultarte nunca más.

Kyungsoo suspiró. No podía apartar los ojos de todos los libros. —Supongo que no —respondió para tranquilizar a su nuevo amigo, pero él no estaba tan seguro.

—Coge un libro y luego te voy a mostrar la cocina. Es impresionante.

Kyungsoo sabía que necesitaría más tiempo para investigar realmente la biblioteca, y tenía ganas de esconderse dentro de esta habitación maravillosa. Quería leer desde un extremo al otro, cada libro. No le importaba lo que fuera.

Él no quería mantener a Woohyun esperando. El otro hombre le hacía un favor al mostrarle el lugar.

—Puedo volver más tarde.

—¿Estás seguro? —Woohyun se mordió el labio inferior por un momento, viéndose pensativo—. Tenemos un montón de tiempo.

—No —dijo Kyungsoo a Woohyun—. Voy a volver.

—Bueno.

Kyungsoo siguió a Woohyun fuera de la biblioteca, deseando poder quedarse por siempre. Amaba las habitaciones así. Pero también quería ver el resto de la torre del homenaje.

Kyungsoo caminó con Woohyun por el hermoso lugar que era ahora su casa y sintió una sensación de paz. Desde la madera pulida de los suelos, los techos goteando con las arañas con velas, todo era una elegancia rica que Kyungsoo nunca había visto antes, con la excepción de del castillo del Rey.

Cuanto más se acercaba a la cocina, más fragante el aire se hizo. Levantando su cara, él inhaló profundamente y magníficos olores llenaron su nariz, por lo que su estómago dio un gruñido.

—¿Cómo es el cocinero aquí? —Kyungsoo había visto buenos y malos cocineros.

—El equipo de cocineros que tenemos son muy talentoso —respondió Woohyun—. Todavía estamos trabajando los problemas en la cocina, pero ha ido bastante bien hasta ahora.

Al doblar una esquina, Kyungsoo se dio cuenta de que estaban en el gran salón.

Líneas de mesas cruzaban la habitación. Cuando se dio cuenta de que la mayor parte de los ocupantes eran guerreros, Kyungsoo bajó la cabeza y se trasladó a una posición detrás de Woohyun. Él movió los pies, en silencio pidiendo a Woohyun moverse más rápido. No quería que los hombres de Jongin lo vieran, temeroso de que podrían reportar su paradero al líder dragón, y ser enviado de vuelta a sus aposentos.

Koibito —uno de los hombres gruñó y Kyungsoo se chocó con la espalda de Woohyun. No se había dado cuenta de que el hombre se detuvo tan de repente.

Mirando a escondidas a un lado, Kyungsoo trató de localizar al hombre que hacía referencia a Woohyun como amor, sin ser demasiado obvio.

—Ahora no —dijo Woohyun en voz baja—. Estoy trabajando —él agarró el antebrazo de Kyungsoo y los llevo junto a la cocina.

—A mis recámaras después de la cena —gritó el guerrero dragón después de ellos.

Abucheos y silbidos sonaron, haciendo eco a través de la gran sala.

Kyungsoo tragó nerviosamente. No estaba seguro de sí debería estar preocupado por la seguridad de su amigo o no. Cuando los hombres de su hermano actuaban excesivamente familiares con los criados, nunca terminaba bien. Los sirvientes eran abusados de las formas más crueles, ya que no tenían el poder de decir no. Por otra parte, no sabía cómo se comportaban los dragones alrededor unos de los otros y no quería asumir nada. Tal vez los dos hombres eran amantes.



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En el texto hay: fanfic, adaptacion, kaisoo

Editado: 21.04.2023

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