Cr 02 - El abrazo del Este [kaisoo]

Capítulo Trece

Kyungsoo miró hacia el techo. Sentía al mundo a su alrededor entumecido.

Podía oír a la gente, pero no tenía la capacidad de responder. Podía ver a la gente ir y venir, él simplemente no podía verlos a menos que estuvieran de pie justo encima de él. Era casi como si estuviera enterrado en algún lugar dentro de su propio cuerpo. Sus ojos abiertos, pero él no fue capaz de empujar a través de la pared entre él y el mundo.

Una parte de él se preguntaba si estaba muerto, un fantasma de lo que fue, encerrado dentro de la habitación que se había convertido en su prisión. No era un lugar seguro. Ya no era amante o compañero de Jongin.

—Buenos días, Daimyo Kyungsoo —Woohyun se detuvo un momento, como si esperara una reacción—. Venga. Sé lo mucho que odias cuando me refiero a tí como Daimyo —Woohyun levantó la cabeza de Kyungsoo, colocando unas cuantas almohadas detrás de su espalda—. Te he traído un poco de sopa. Es tu favorita.

Se sentó junto a Kyungsoo y coloco una bandeja en el regazo. Woohyun levantó la cuchara. Sopló sobre el caldo al vapor antes de colocar la cuchara contra los labios de Kyungsoo obligando a que el contenido entre en la garganta.

—Las cosas no están bien aquí sin tí. Extraño a mi amigo, Sunhee extraña a su papá, y Jongin extraña a su pareja. No hay nada físicamente mal contigo. El curandero dijo que estas saludable. Si desearas salir de esto, verías que todo va a estar bien ahora. Jongin se deshizo de esa horrible niñera. Fue bastante impresionante.

Él pateo su culo y yo estaba allí para acompañarla hasta la puerta principal.

Woohyun sumergió la cuchara de nuevo en la sopa y la llevó a la boca de Kyungsoo.

—Ha estado muy triste por aquí —él dejó escapar un suspiro—. Jongin no cuida de sí mismo. No come, no duerme, nada. Está enfermo de preocupación, Kyungsoo. Jongin realmente te ama. Supongo que es demasiado malo el que le tomara tanto tiempo decírtelo, ¿eh?

Kyungsoo quería responder. Quería decir algo, pero no podía. Se sentía como si estuviera paralizado dentro de su propio cuerpo, incapaz de liberarse. ¿Le importa que Jongin estaba sintiendo dolor? Por supuesto que lo hacía. No quería ser la causa de la tristeza de nadie. ¿Podría hacer algo al respecto? No. No podía jodidamente moverse.

Woohyun continuó hablando, hablando a Kyungsoo de todo lo que se había perdido. A pesar de que él no respondió, no parecía detener a su amigo de hablar hasta por los codos.

—Oh, mira Sunhee vino a visitarte —Woohyun dejo la bandeja de la comida aparte. Tomó a Sunhee de los brazos de Jongin, poniéndola sobre si dándole la vuelta—. Hola, papá —agitó su pequeña mano hacia Kyungsoo.

Cuando Kyungsoo no respondió, pudo ver la decepción en los ojos de Woohyun y la devastación en el rostro de Jongin.

—Vamos a poner Sunhee aquí al lado de Kyungsoo mientras vamos a la cocina —anunció Woohyun—. Ella podría tomar una siesta.

Puso a Sunhee abajo antes de deslizarse fuera de la cama y coger la bandeja. Jongin parecía inquieto, pero se dio vuelta sobre sus talones y siguió a Woohyun fuera de la habitación.

Sunhee levantó sus pies y se tocó los dedos de los pies, meciéndose de lado a lado mientras hacía pequeños sonidos diferentes. Los ruidos hicieron algo necesario en el corazón de Kyungsoo, curarlo y darle un poco de paz que tanto necesitaba.

Sus labios temblaron y sus músculos flexionados por su propia voluntad. Él quería tocarla. Le dolían los brazos por alcanzar y sostener a su hija.

Sunhee siguió balbuceando para sí misma mientras se dio la vuelta, sobre su vientre. Ella echó las piernas y apretó los puños sobre las mantas, preparándose para gatear. Fue sorprendente. ¿Cuánto tiempo se había perdido?

Sunhee estaba madurando y creciendo rápidamente. ¿Era porque ella era parte dragón? ¿O había estado realmente lejos de él durante meses? Kyungsoo miró a Sunhee mientras se arrastró hacia el borde de la cama.

¡Detente! Sunhee no te muevas. ¡Oh Dios! ¡Alguien ayúdenla! ¡Ayuda!

Kyungsoo comenzó a entrar en pánico y luchar. No había nadie alrededor. Lo habían dejado a solas con su hija y ahora la pequeña niña miraba a su alrededor lista para lanzarse por el borde de la cama.

De repente, ella cayó del colchón y Kyungsoo dio un salto.

—¡Sunhee! —gritó, mientras se arrastraba hacia el borde de la cama.

Sunhee no hizo un sonido. Su cuerpo no golpeó el suelo. Con su corazón en la garganta, Kyungsoo se asomó por el borde de la cama. Sunhee miró hacia él con una gran sonrisa gomosa en su rostro. Kyungsoo jadeó con sorpresa.

Dos pequeñas alas esmeralda revoloteaban, sosteniéndola arriba del suelo.

—Wow —él la miró con asombro—. Eres tan bonita. Ella se rio alegremente y voló hacia Kyungsoo.

Se echó hacia atrás, mirando las alas de murciélago moverse. Le recordó en gran parte las alas de Jongin. Sunhee se dejó caer en su regazo, y Kyungsoo envolvió sus brazos alrededor de ella, abrazándola.

—Te amo —le besó la parte superior de la cabeza y aspiró el olor a limpio del bebé—. Te amo demasiado.

—Te amo —dijo Jongin, pasando por encima del umbral y caminando hacia la cama—. No pensé que iba a funcionar, pero Woohyun estaba en lo correcto.



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En el texto hay: fanfic, adaptacion, kaisoo

Editado: 21.04.2023

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