Cr 02 - El abrazo del Este [kaisoo]

Capítulo Catorce

Con su compañero a su lado y Sunhee en sus brazos, Kyungsoo se sentía como un hombre nuevo. Contuvo la cara hacia el sol, respirando el aire fresco, cuando los cálidos rayos se hundieron en su piel. Se sentía vivo de nuevo, alegre.

Después de estar solo en la oscuridad durante mucho tiempo, las cosas parecían estar de vuelta en marcha, y yendo en la dirección correcta.

—Te amo —Jongin dio un beso en los tres puntos verdes que dejó en el pómulo de Kyungsoo.

Kyungsoo sonrió, sintiéndose feliz y cursi y sin importarle ni un poco. Jongin se había vuelto loco cuando descubrió los tres puntos en la mejilla hace unos días. La alegría en los ojos del dragón dio a Kyungsoo una sensación de paz que no había sentido desde... bien, nunca.

—Yo también te amo.

Sunhee se apoderó de las mejillas de Kyungsoo con sus manos regordetas, consiguiendo su atención. Mirando hacia abajo a su hija, él la besó y ella rio alegremente.

—¡Daimyo Jongin! —Jongdae gritó mientras corría hacia ellos. Él hizo una mueca mientras miraba hacia abajo a Kyungsoo—. Lamento interrumpir, señor.

—Está bien, Jongdae sonrió a la ansiedad del hombre.

—¿Te importaría si me llevo a Jongin por un momento, Daimyo Kyungsoo?

—Mientras que lo traigas de vuelta, creo que voy a ser capaz de sobrevivir durante un corto periodo de tiempo sin él.

Jongdae se inclinó. —Gracias. Me comprometo a traerlo de vuelta lo más rápido posible.

Jongin se rio de las payasadas de Jongdae antes de besar a Kyungsoo. —Vuelvo enseguida mi amor.

Los dos hombres se fueron. Kyungsoo continuó su paseo, manteniendo a Sunhee en sus brazos. Cuando llegaron al jardín, Kyungsoo cogió una desechada cesta de mimbre. Se arrodilló, puso a Sunhee en una redonda piedra.

—Hay hierbas que todos los cocineros deben utilizar. Y tenemos la suerte de tener todas en este jardín. ¿No es maravilloso? —él hizo un guiño a Sunhee, y ella le regaló una sonrisa gomosa—. Tenemos albahaca, menta, romero, orégano, tomillo, cilantro, perejil, cebollino, eneldo, estragón y salvia.

Kyungsoo mantenía cada hierba, mostrándola a Sunhee. Ella extendió la mano, y él le dio unas ramitas diferentes que sabía serían inofensivas para Sunhee si ella decidía ponerlas en la boca. Sunhee les hizo señas alrededor como una bandera, balbuceando rápidamente. Kyungsoo asintió y habló con ella, pretendiendo que los dos levaban una conversación mientras ella estaba hablando bebé.

Mantuvo un ojo en su hija mientras recogía algunas hierbas, llenando la cesta de mimbre pequeña. Esta era la vida que quería cuando él se acoplo a Jongin.

—Bueno, bueno, bueno, —Suho cantó con voz burlona mientras se movió detrás de Kyungsoo—. Mira a quien me encontré solo.

Una sensación de temor llenó a Kyungsoo, enviando un escalofrío de repugnancia por su espina. Kyungsoo dejó caer la canasta y agarró a Sunhee, tirando de ella hacia sus brazos mientras se levantaba. En ese momento, Kyungsoo se dio cuenta de que las preocupaciones de Jongin por su seguridad no eran para nada. Él estaba en el jardín con su hija solo, frente a un guerrero con la intención de hacerle daño.

—Jongin estará de vuelta en cualquier momento. Tienes que mantenerte lejos.

—Kyungsoo utilizo la voz más dura que pudo, pero las palabras aún salieron inestables.

Suho miró a su alrededor, sonriendo cuando sus ojos volvieron a Kyungsoo. —No parece como que llegara aquí en cualquier momento. Excepto tú y yo, nadie será capaz de oír tus gritos en esta ocasión.

Suho dio un paso amenazador hacia adelante, y Kyungsoo automáticamente se retiró hacia atrás. Envolvió sus dos brazos alrededor de Sunhee, manteniéndola apretada contra su pecho. ¿Cómo iba a protegerla?

Él era un ser humano contra un poderoso dragón.

Reuniendo todo su coraje, Kyungsoo adoptó el tono de su hermano ahora. —Soy Daimyo Kyungsoo. Vas a salir de mi presencia o sufrirás las consecuencias.

¿Entiendes, dragón? —escupió la última palabra como una maldición, con la esperanza de transmitir lo serio que era. No dejaría que este hombre lo lastimara o a su hija.

En lugar de parar, Suho continuó avanzando. Kyungsoo estaba sin opciones. Si él ponía a Sunhee abajo, ¿podía volar a la seguridad? Si él gritaba, ¿iba alguien a escucharlo?

Suho agarró el brazo de Kyungsoo, clavando sus uñas en su piel, Kyungsoo gritó, tratando de tirar de su brazo libre.

—¡Suéltame, bestia! —exigió.

—No hay nadie alrededor. Eres mío, humano.

Kyungsoo gritó entonces, largo y fuerte, llamando a Jongin. Mantuvo sus brazos alrededor de Sunhee, manteniéndola protegida mientras gritaba con todas sus fuerzas. ¡Jongin! ¡Jongin, te necesito!

Un rugido de respuesta sonó, sacudiendo la tierra debajo de los pies de Kyungsoo. Alivio lo lleno, corriendo a través de su sistema. Suho dejó caer el brazo de Kyungsoo y comenzó a retirarse.

—Esto no ha terminado, humano. —se burló.

—Sí, lo está.



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En el texto hay: fanfic, adaptacion, kaisoo

Editado: 21.04.2023

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