Cr 02 - El abrazo del Este [kaisoo]

Capítulo Quince

Kyungsoo estaba aterrorizado. Agarró a Sunhee contra su pecho, rezando con todas sus fuerzas para que estos no fueran los últimos momentos de su vida.

Su hermano estaba enojado.

Kyungsoo había estado devastado cuando supo que Suho los había traicionado y dicho a Hoseok de los escondites en todo el castillo. Nadie, excepto Jongin, Kyungsoo, Jongdae, Woohyun, y el Rey se suponía que sabían sobre esa habitación secreta. Y Kyungsoo había estado tan emocionado cuando oyó la cerradura abriéndose, ansioso por ver a su compañero. La visión de su hermano de pie en la puerta casi había puesto a Kyungsoo de rodillas.

Y ahora el hombre le estaba arrastrando a través de la torre del homenaje. Un ceño fruncido comenzado a formarse en el rostro de Kyungsoo mientras bajaban por un corredor y luego otro. Subió un conjunto de escaleras, caminó por un pasillo, y luego bajó otro tramo de escaleras. Kyungsoo mordió sus labios para no reírse.

Hoseok se había perdido.

—¿Dónde jodidos esta la puerta de este lugar? —finalmente gritó Hoseok cuando llegaron a un callejón sin salida en uno de los pasillos.

Kyungsoo se encogió atrás y metió a Sunhee más cerca de su pecho cuando su hermano se dio la vuelta en un gesto nervioso. —Cómo diablos puedo salir de este lugar olvidado de Dios.

—Salta por la ventana. —los ojos de Kyungsoo se abrieron cuando las palabras salieron de su boca. En realidad no había tenido intención de dar voz a las palabras flotando por su mente, pero ahora estaban ahí y su hermano estaba mirándolo como era su costumbre, con los ojos llenos de odio.

Hoseok contrajo su rostro hasta que pareció relajarse después, como si Kyungsoo le hubiera dado un plan brillante. Una pequeña sonrisa se curvó los lados de su boca. Era más aterrador que ver el odio en los ojos de su hermano.

—Esa es probablemente la mejor manera de conseguir finalmente deshacerme de ti.

Kyungsoo tragó saliva.

Sostuvo a Sunhee más cerca, tratando de mantener su silencio. No quería que Hoseok arremetiera y lastimara a su hija. Abrió la boca, listo para rogar por su vida, cuando un fuerte estruendo sacudió el castillo. Kyungsoo sabía sin lugar a dudas que se trataba de Jongin.

—Ese es mi compañero. Si te vas ahora, no te hará daño.

Hoseok se echó a reír. Él agarró el brazo de Kyungsoo y lo arrastro por el pasillo por donde vinieron. Cuando Kyungsoo vio la ventana en el otro extremo, él sabía cuál era el plan de Hoseok.

¡Jongin! Hoseok me tiene y a Sunhee. Él va a matarnos. ¡Aprisa!

Otro rugido resonó, esté más cerca que el anterior. Kyungsoo dijo una oración en silencio, esperando que su dragón llegara a tiempo.

Hoseok abrió las persianas. Miró por la ventana, sus ojos llenosde alegría.

—La mocosa primero. Entrégala.

Hoseok tendió un brazo como si esperara que Kyungsoo simplemente entregara a su hija. Se puso de pie casualmente, esperando. Kyungsoo sabía que era hora de defenderse. Hasta ahora, había sido empujado, pateado, y abusado. Él había seguido todas las reglas y siempre hizo lo que se le dijo, pero Hoseok había ido demasiado lejos esta vez.

Sin planificación o pensamiento, Kyungsoo levanto el pie y golpeó a Hoseok en las pelotas. Su hermano dejó escapar un grito lleno de dolor cuando se dobló. Kyungsoo no se quedó allí. Salió, corriendo tan rápido como pudo hacia el cuarto oculto donde Jongin lo colocó antes.

—¡Jongin! ¡Jongin! —Kyungsoo gritó el nombre de su compañero una y otra vez por lo que su compañero podría saber dónde estaba.

No estaba seguro de si Hoseok los seguía o no. No se molestó en mirar por encima de su hombro. Sostuvo a Sunhee cerca mientras corría, viajando por los pasillos y corriendo por las escaleras. La torre del homenaje era un laberinto, y Kyungsoo comenzó a preguntarse si se había perdido también.

Jadeante, Kyungsoo se detuvo y se apoyó contra una de las paredes de piedra. Él respiro por oxígeno en sus pulmones, tratando de calmarse lo suficiente para pensar.

Kyungsoo miró a ambos lados. Tirando de su labio inferior en la boca, trató de averiguar dónde estaba. No había explorado la gran torre del homenaje. Él había pasado la mayor parte de su tiempo antes de ahora encerrado en su habitación.

Humedad llenó sus ojos cuando oyó pasos que se acercaban. Él no podía decir dónde venían. Él comenzó a temblar cuando el pánico creció dentro de él.

¿Cómo se suponía que iba a mantener a Sunhee a salvo? Él no era lo suficientemente fuerte como para protegerla.

Cuando Jongin y Jongdae volaron alrededor por la esquina, Kyungsoo dejó escapar un sollozo ahogado. Estaba tan feliz de ver a su compañero.

—¿Qué pasó? ¿Estás bien? —Rebotaron los ojos frenéticos de Jongin entre Kyungsoo y Sunhee.

—Sí —Kyungsoo asintió con la cabeza—. Le di una patada. Me escapé.

Jongin tiró de Kyungsoo en sus brazos, sosteniéndolo cerca. —Jongdae, ve a buscar a ese hijo de puta y encárgate de él.

—Es un placer, señor.

—Estoy tan feliz de que me encontraras.



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En el texto hay: fanfic, adaptacion, kaisoo

Editado: 21.04.2023

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