CRECIENDO SIN QUERER

Ashley siempre supo lo que no quería en su vida: Responsabilidades y obligaciones, de ningún tipo, principalmente porque se encontraba en la edad de de la adolescencia y pensaba que era dueña del mundo, por lo tanto solo quería disfrutar. Pero entonces todo llega de golpe en forma de llantos por las noches, desvelos la mayor parte del día, biberones por hacer, gases por sacar y pañales sucios por lavar, producto de un embarazo no deseado.

Muchas puertas le fueron cerradas, pero ella se encargaría de abrir una enorme para el pequeño que se convertiría en su todo, porque tener un hijo no es sinónimo de rendirse y dejar de luchar, sino todo lo contrario. Es tomar valor para salir adelante y abrirse paso en la vida.

Y es así como se encuentra haciendo todo lo que no se había planteado, se encuentra jugando a ser madre y creciendo sin querer.