Crepusculo [knj x ksj] |adaptación| #1

13. Cuentos de miedo. [Seokjin]

En realidad, cuando me senté en mi habitación e intenté concentrarme en la lectura del tercer acto de Macbeth, estaba atento a ver si oía el motor de mi coche. Pensaba que podría escuchar el rugido del motor por encima del tamborileo de la lluvia, pero, cuando aparté la cortina para mirar de nuevo, apareció allí de repente.

No esperaba el viernes con especial interés, sólo consistía en reasumir mi vida sin expectativas. Hubo unos pocos comentarios, por supuesto. Mark parecía tener un interés especial por comentar el tema, pero, por fortuna, Jackson había mantenido el pico cerrado y nadie parecía saber nada de la participación de Namjooon.

No obstante, Mark me formuló un montón de preguntas acerca de mi almuerzo y en clase de Trigonometría me dijo:

— ¿Qué quería ayer Jung Namjoon?

— No lo sé —respondí con sinceridad—. En realidad, no fue al grano.

— Parecías como enfadado —comentó a ver si me sonsacaba algo.

— ¿Sí? — mantuve el rostro inexpresivo.

— Ya sabes, nunca antes le había visto sentarse con nadie que no fuera su familia. Era extraño.

— Extraño en verdad —coincidí.

Parecía asombrado. Se paso la mano por sus cabellos oscuros con impaciencia. Supuse que esperaba escuchar cualquier cosa que le pareciera una buena historia que contar.

Lo peor del viernes fue que, a pesar de saber que él no iba a estar presente, aún albergaba esperanzas. Cuando entré en la cafetería en compañía de Mark y Jackson, no pude evitar mirar la mesa en la que Taehyung, Jimin y Yoongi se sentaban a hablar con las cabezas juntas. No pude contener la melancolía que me abrumó al comprender que no sabía cuánto tiempo tendría que esperar antes de volverlo a ver.

En mi mesa de siempre no hacían más que hablar de los planes para el día siguiente. Jackson volvía a estar animado, depositaba mucha fe en el hombre del tiempo, que vaticinaba sol para el sábado. Tenía que verlo para creerlo, pero hoy hacía más calor, casi doce grados. Puede que la excursión no fuera del todo espantosa.

Intercepté unas cuantas miradas poco amistosas por parte de Kyungsoo durante el almuerzo, hecho que no comprendí hasta que salimos juntos del comedor. Estaba justo detrás de el, a un solo pie de su pelo, lacio y brillante, y no se dio cuenta, desde luego, cuando oí que le murmuraba a Jackson:

— No sé por qué Jin —sonrió con desprecio al pronunciar mi nombre— no se sienta con los Jung de ahora en adelante.

Hasta ese momento no me había percatado de la voz tan estridente que tenía, y me sorprendió la malicia que destilaba. En realidad, no lo conocía muy bien; sin duda, no lo suficiente para que me detestara..., o eso había pensado.

— Es mi amigo, se sienta con nosotros —le replicó en susurros Jackson, con mucha lealtad, pero también de forma un poquito posesiva.

Me detuve para permitir que Mark y BamBam me adelantaran. No quería oír nada más.

 

Durante la cena de aquella noche, Jongsu parecía entusiasmado por mi viaje a Jinha Beach del día siguiente. Sospecho que se sentía culpable por dejarme solo en casa los fines de semana, pero había pasado demasiados años forjando unos hábitos para romperlos ahora. Conocía los nombres de todos los chicos que iban, por supuesto, y los de sus padres y, probablemente, también los de sus tatarabuelos.

Parecía aprobar la excursión. Me pregunté si aprobaría mi plan de ir en coche a Seoul con Jung Namjoon. Tampoco se lo iba a decir.

— Papá —pregunté como por casualidad—, ¿conoces un lugar llamado Goat Rocks, o algo parecido? Creo que está al sur del monte Rainier.

— Sí... ¿Por qué?

Me encogí de hombros.

— Algunos chicos comentaron la posibilidad de acampar allí.

— No es buen lugar para acampar —parecía sorprendido—. Hay demasiados osos. La mayoría de la gente acude allí durante la temporada de caza.

— Oh —murmuré—, tal vez haya entendido mal el nombre.

 

Pretendía dormir hasta tarde, pero un insólito brillo me despertó. Abrí los ojos y vi entrar a chorros por la ventana una límpida luz amarilla. No me lo podía creer.

Me apresuré a ir a la ventana para comprobarlo, y efectivamente, allí estaba el sol. Ocupaba un lugar equivocado en el cielo, demasiado bajo, y no parecía tan cercano como de costumbre, pero era el sol, sin duda.

Las nubes se congregaban en el horizonte, pero en el medio del cielo se veía una gran área azul.

Me demoré en la ventana todo lo que pude, temeroso de que el azul del cielo volviera a desaparecer en cuanto me fuera.

La tienda de artículos deportivos olímpicos de Wang se situaba al extremo norte del pueblo. La había visto con anterioridad, pero nunca me había detenido allí al no necesitar ningún artículo para estar al aire libre durante mucho tiempo.

En el aparcamiento reconocí el Suburban de Jackson y el Sentra de Kai. Vi al grupo alrededor de la parte delantera del Suburban mientras aparcaba junto a ambos vehículos. Youngjae estaba allí en compañía de otros dos chicos con los que compartía clases; estaba casi segura de que se llamaban Jinyoung y Hyengjun.

Mark también estaba, flanqueado por BamBam y Kyungsoo. Las acompañaban otras tres chicas, incluyendo una a la que recordaba haberle caído encima durante la clase de gimnasia del viernes. Esta me dirigió una mirada asesina cuando bajé del coche, y le susurró algo a Kyungsoo, que se sacudio el cabello y me miró con desdén.

De modo que aquél iba a ser uno de esos días. Al menos Jackson se alegraba de verme.

— ¡Has venido! —gritó encantado—. ¿No te dije que hoy iba a ser un día soleado?

— Y yo te dije que iba a venir —le recordé.

— Sólo nos queda esperar a Lee y a Samantha, a menos que tú hayas invitado a alguien —agregó.

— No —mentí con desenvoltura mientras esperaba que no me descubriera y deseando al mismo tiempo que ocurriese un milagro y apareciera Namjoon. Jackson pareció satisfecho.



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En el texto hay: crepusculo, bts, namjin

Editado: 01.05.2024

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