Crepusculo [knj x ksj] |adaptación| #1

26. Juegos malabares. [Seokjin]

— ¡Seung! —le llamó Jongsu tan pronto como se bajó del coche.

Me volví hacia la casa y, una vez me hube guarecido debajo del porche, hice señales a Jungkook para que entrase. Oí a Jongsu saludarlos efusivamente a mis espaldas.

—Kook, voy a hacer como que no te he visto al volante —dijo con desaprobación.

—En la reserva conseguimos muy pronto los permisos de conducir —replicó Jungkook mientras yo abría la puerta y encendía la luz del porche.

—Seguro que sí —se rio Jongsu.

—De alguna manera he de dar una vuelta.

A pesar de los años transcurridos, reconocí con facilidad la voz retumbante de Seung. Su sonido me hizo sentir repentinamente más joven, un niño.

Entré en la casa, dejando abierta la puerta detrás de mí, y fui encendiendo las luces antes de colgar mi cazadora. Luego, permanecí en la puerta, contemplando con ansiedad cómo Jongsu y Jungkook ayudaban a Seung a salir del coche y a sentarse en la silla de ruedas.

Me aparté del camino mientras entraban a toda prisa sacudiéndose la lluvia.

—Menuda sorpresa —estaba diciendo Jongsu.

—Hace ya mucho tiempo que no nos vemos. Confío en que no sea un mal momento — respondió Seung, cuyos inescrutables ojos oscuros volvieron a fijarse en mí.

—No, es magnífico. Espero que os podáis quedar para el partido.

Jungkook mostró una gran sonrisa.

—Creo que ése es el plan... Nuestra televisión se estropeó la semana pasada.

Seung le dirigió una mueca a su hijo y añadió:

—Y, por supuesto, Jungkook deseaba volver a ver a Jin.

Jungkook frunció el ceño y agachó la cabeza mientras yo reprimía una oleada de remordimiento. Tal vez había sido demasiado convincente en la playa.

— ¿Tenéis hambre? —pregunté mientras me dirigía hacia la cocina, deseoso de escaparme de la inquisitiva mirada de Seung.

—No, cenamos antes de venir —respondió Jungkook.

— ¿Y tú, Jongsu? —le pregunté de refilón al tiempo que doblaba la esquina a toda prisa para escabullirme.

—Claro —replicó. Su voz se desplazó hacia la habitación de en frente, hacia el televisor. Oí cómo le seguía la silla de Seung.

Los sandwiches de queso se estaban tostando en la sartén mientras cortaba en rodajas un tomate cuando sentí que había alguien a mis espaldas.

—Bueno, ¿cómo te va todo? —inquirió Jungkook.

—Bastante bien —sonreí. Era difícil resistirse a su entusiasmo—. ¿Y a ti? ¿Terminaste el coche?

—No —arrugó la frente—. Aún necesito piezas. Hemos pedido prestado ése —comentó mientras señalaba con el pulgar en dirección al patio delantero.

—Lo siento, pero no he visto ninguna pieza. ¿Qué es lo que estáis buscando?

—Un cilindro maestro —sonrió de oreja a oreja y de repente añadió—: ¿Hay algo que no funcione en el monovolumen?

—Ah. Me lo preguntaba al ver que no lo conducías.

Mantuve la vista fija en la sartén mientras levantaba el extremo de un sándwich para comprobar la parte inferior.

—Di un paseo con un amigo.

—Un buen coche —comentó con admiración—, aunque no reconocí al conductor. Creía conocer a la mayoría de los chicos de por aquí.

Asentí sin comprometerme ni alzar los ojos mientras daba la vuelta a los sandwiches.

—Papá parecía conocerle de alguna parte.

—Jungkook, ¿me puedes pasar algunos platos? Están en el armario de encima del fregadero.

—Claro.

Tomó los platos en silencio. Esperaba que dejara el asunto.

— ¿Quién es? —preguntó mientras situaba dos platos sobre la encimera, cerca de mí. Suspiré derrotado.

—Jung Namjoon.

Para mi sorpresa, rompió a reír. Alcé la vista hacia él, que parecía un poco avergonzado.

—Entonces, supongo que eso lo explica todo —comentó—. Me preguntaba por qué papá se comportaba de un modo tan extraño.

—Es cierto —simulé una expresión inocente—. No le gustan los Jung.

—Viejo supersticioso —murmuró en un susurro.

—No crees que se lo vaya a decir a Jongsu, ¿verdad? —no pude evitar el preguntárselo. Las palabras, pronunciadas en voz baja, salieron precipitadamente de mis labios.

—Lo dudo —respondió finalmente—. Creo que Jongsu le soltó una buena reprimenda la última vez, y desde entonces no han hablado mucho. Me parece que esta noche es una especie de reencuentro, por lo que no creo que papá lo vuelva a mencionar.

—Ah —dije, intentando parecer indiferente.

Me quedé en el cuarto de estar después de llevarle a Jongsu la cena, fingiendo ver el partido mientras Jungkook charlaba conmigo; pero, en realidad, estaba escuchando la conversación de los dos hombres, atento a cualquier indicio de algo sospechoso y buscando la forma de detener a Seung llegado el momento.

Fue una larga noche. Tenía muchos deberes sin hacer, pero temía dejar a Seung a solas con Jongsu. Finalmente, el partido terminó.

— ¿Vais a regresar pronto tus amigos y tú a la playa? —preguntó Jungkook mientras empujaba la silla de su padre fuera del umbral.

—No estoy seguro —contesté con evasivas.

—Ha sido divertido, Jongsu —dijo Seung.

—Acércate a ver el próximo partido —le animó Jongsu.

—Seguro, seguro —dijo Seung—. Aquí estaremos. Que paséis una buena noche —sus ojos me enfocaron y su sonrisa desapareció al agregar con gesto serio—: Cuídate, Jin.

—Gracias —musité desviando la mirada.

Me dirigí hacia las escaleras mientras Jongsu se despedía con la mano desde la entrada.

—Aguarda, Jin —me pidió. Me encogí.

¿Le había dicho Seung algo antes de que me reuniera con ellos en el cuarto de estar? Pero Jongsu aún seguía relajado y sonriente a causa de la inesperada visita.

—No he tenido ocasión de hablar contigo esta noche. ¿Qué tal te ha ido el día?

—Bien —vacilé, con un pie en el primer escalón, en busca de detalles que pudiera compartir con él sin comprometerme—. Mi equipo de bádminton ganó los cuatro partidos.



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En el texto hay: crepusculo, bts, namjin

Editado: 01.05.2024

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