Aún no sé muy bien cómo empezar mi deseo es poder transmitir un poco de mi experiencia, de la madurez que he adquirido y si en el camino de estas palabras alguien encuentra un consejo será ese mi mejor pago. Además de que es un ejercicio de narración que quiero llevar a cabo. Y para empezar voy a compartir un poco de mi para que puedan comprender cómo es que crecí y porque hoy en día soy como soy, y sé lo que se.
Soy la mayor de cuatro hermanos, tengo dos hermanas (que son gemelas) con las que me llevo un año cuatro meses de edad y un hermano, soy más grande por cinco años. Lo cierto es que no recuerdo mis primeros años de infancia, pero hay anécdotas que me han contado y que forman parte de mi historia y presentación de quien soy hoy en día.
No fui muy reservada, siempre fui más extrovertida y de muchos amigos aunque si recuerdo que siempre me afectó que los demás niños no quisieran jugar conmigo, me hacía llorar y eso que tenía hermanos. Era vanidosa y me preocupaba mucho el como los demás me veían, mi mente siempre ha funcionado a mil por hora, tanto que me costaba mucho concentrarme en una sola cosa y mi mamá asegura que para hacer la tarea hasta con mis propias manos me distraía, eso también me ayudó a llevar a cabo muchas travesuras, mi mente era la mente maestra detrás de los planes y mis hermanos mis ayudantes y cómplices.
No me puedo quejar de la vida que tengo, he disfrutado muchas cosas, la compañía de mis hermanos y padres, hacer muchas travesuras (de niña), comer lo que me gusta. Si bien es cierto que no ha sido perfecta, en mi casa hubieron buenas y malas temporadas económicas, pero eso no pudo apagar la felicidad de esos momentos que pasas junto a las personas que te rodean y no pueden ser comparados con nada, son esos momentos los que siempre quedarán en tu memoria y que aunque pasen muchos años los seguirás recordando.
He de añadir que nací en un hogar cristiano, por lo que mi educación siempre fue enfocada a Dios y sus mandamientos, cuando cumplí 12 años tomé la decisión de confesar a Jesús como mi Señor y salvador, no me arrepiento y sé que fue la mejor decisión que pude tomar en mi vida. Hoy soy consciente de más cosas que en ese momento y no lo veo como una religión más a la que pertenecer sino como una relación entre Dios y yo y esto es un referente muy importante por lo que les voy a contar.
Siempre soñé con cumplir 15 años, tener una fiesta hermosa, llena de regalos baile y rodeada de las personas que más me querían y así fue. Tuve una presentación preciosa, me compartieron una palabra precisa y aunque sabía que después de ese día todo iba a cambiar no imagine que sería de la siguiente manera.
Tan solo habían pasado unos meses desde que había cumplido 15 años, y aunque joven era alguien madura para mi edad, pero se debía a cosas que había vivido, pues cuando niña mis papás trabajaban y yo cuidaba a mis hermanos, siempre hice amistad con personas de una edad mayor a la mía. Fue esa madurez la que me ayudó en ciertos momentos de mi vida y me permitió comprender situaciones que para mi edad no eran fáciles.
Lo único que no esperaba a esa edad era ilusionarme de alguien, que ahora meditándolo mejor no sé qué le veía. Y es que eso es lo que pasa cuando pasa el tiempo uno va teniendo una perspectiva diferente, un hábito que empecé a hacer desde los 17 años es escribir en un cuaderno mis recuerdos buenos y malos mis rutinas y parte de lo que he vivido y como me he sentido, eso me ha ayudado a poder ver atrás y verme en ese momento, y aunque es cierto que esto no quedó registrado en mi cuaderno si quedó grabado en mi memoria. Por lo que les puedo asegurar que esa persona que me ilusiono no tenía nada de lo que me pudiera atraer, solo sé que sabía escucharme y eso fue lo que más valoraba en ese tiempo, ya que me sentía "sola", una mentira que en ciertos momentos me creí pues siempre estuvo mi familia.
Fui ingenua e inocente lo reconozco, me traiciono mi necesidad y carencia de ese momento, pues mira que pensar que alguien que te lleva por lo menos cinco años de edad está interesado en ti es una reverenda burla a la inteligencia de cualquiera, pero que les digo soy una soñadora que pocas veces ve la realidad de su propia vida y después de estamparse contra ella se arrepiente.
Todo comenzó, pero no cuando nos conocimos sino cuando empecé a convivir con el sujeto X (por así llamarlo), no me gusto su físico, ni me atraparon sus palabras, lo que comenzó con un mensaje fue lo que me atrapó, fue todo el tiempo de conversación y todo lo que platicamos. Mi error fue uno no escuchar a mis papás y sus advertencias y dos que no quise ver que a pesar de ser mayor era alguien que vivía bajo las faldas de su mamá, y que por ridículo que parezca hoy después de todo lo que paso le agradezco infinitamente que no permitiera que "lo nuestro" llegara siquiera a relación; bendita esa mujer y sus locas ideas de creer que una jovencita de 15 años puede "distraer" de su propósito a un joven de más de 20 años (gracioso lo sé), pero fue eso lo que me lleva a lo siguiente...
¿Qué pasó por mi cabeza? ahora que lo pienso y medito, yo creo que estaba como en otra dimensión (llamada enamoramiento), ese momento en tu vida donde todo lo ves color de rosa, porque crees que eres especial para alguien, y no lo niego, eso existe pero muchas veces es con la persona incorrecta y en el momento incorrecto, donde no te paras a meditar si es eso lo correcto, o lo que quieres para tu futuro. Tal vez es extraño toparse con una joven de 15 que piense en su futuro y como ya dije antes era muy madura para mi edad; pero a pesar de eso y aun sabiendo que era lo que siempre he querido me deje caer y envolver en una red que yo ayude a tejer y que ahora que lo pienso, fui yo en gran manera la que permitió que todo acabara en tremendo “malentendido”.