Crimen y Castigo

La fiesta II

Aburrido, es como ya está la fiesta, quiero irme. Pero si me voy, no sabré quien se ganará el lugar de capitana.

Sinceramente estoy enojada. Un idiota derramo un líquido morado sobre mi estupendo outfit y tuve que ponerme el uniforme del equipo.

Me enoja que las personas sean tan descuidadas. Pero bueno creo que ya debo concentrarme en lo que dice la entrenadora.

— Cómo ya saben está fiesta o reunión, como ustedes prefieran llamarle se organizó para decidir cuál de las 12 chicas que conforman el equipo de animación será la nueva capitana — musito mientras todas pasamos al frente.

—Estoy segura de que tú ganarás Hanna,— exclamó emocionada una de mis compañeras.—

—Aww que lindo, yo igual se qué ganare.— después de esa pequeña motivación por parte de mi queridísima Keily la entrenadora paso con cada uno de los jueces para recoger las calificaciones qué cada uno había puesto sobre nuestros bailes.

—Antes de abrir el sobre, quiero felicitarlas a todas. Sus bailes estuvieron geniales, pero sólo el de una fue el mejor y eso lo leeré ahora.— La atención estaba sobre todas las chicas. Hanna estaba segura de qué ella sería la nueva capitana. Hasta qué la entrenadora dijo lo contrario. — La nueva capitana, bueno no es tan nueva ya qué...Madison, tú sigues siendo la capitana.—

Esas fueron las palabras que hicieron que el enojo de Hanna aumentará. Saber qué tantos meses de esfuerzo no sirvieron de nada la había hecho enfadar más que la primera vez. Esto no se quedaría así. Ella tenía qué ganar. Y todos saben qué no descansará hasta ser la nueva capitana.

— ¿Qué?. Cómo qué Madison sigue siendo la capitana. La coreografía qué ella presentó no era cómo usted la pidió.— entonces las risas se escucharon.

—Hanna.— la entrenadora la reprendio— Madison fue la única que cumplió con las reglas que yo di. — Y eso hizo que aquella chica causará una pelea en medio de muchísimos alumnos. Muy en en fondo sabía qué eso afectaría su reputación, pero en ese momento nada le importaba más que ser la capitana.

Del otro lado de aquel escenario se encontraba una persona. Nadie sabía quien era. Pero estaba ahí para lograr lo qué quería. Y aprovecharía lo qué sucedió minutos antes.

...

—Hanna. Lamento que no hayas ganado,— exclamó Verónica,— se cómo te sientes.

—No Verónica. Tú no sabes como me siento,— le dijo enojada por lo qué había sucedido,— Lo mejor será irme a casa. No quiero terminar mal con las autoridades del colegio.

Verónica había tomado las palabras de Hanna cómo algo malo, ella dudaba sobre lo que pasaría con su amiga. Sabía qué cuando quería algo no descansaba hasta obtenerlo y ser capitana del equipo de animación lo ha deseado por años. Temia por lo qué su mejor amiga pueda hacerle a Madison, así que no perdió tiempo y decidió seguirla.

Hanna por su parte se encontraba enojada y desepcionada de ella. Sabía qué al contarle a sus padres sobre lo sucedió haría qué ellos se sientan traicionados por segunda vez. Tal vez lo mejor sería quitar a Madison del camino.

Eso era lo mejor.

Al salir del colegio decidió no llamar al chofer que la había llevado a aquella fiesta, quería pensar, y caminar sería la manera más fácil de hacerlo.

Camino aproximadamente tres calles, en las cuales todo estába oscuro. Sentía una presencia extraña cerca de ella, sabía que alguien la seguía haci qué decidió meterse en una calle demasiado oscura. Una mala idea de su parte.

— Verónica puedes dejar de seguirme. Te dije que quería estar sola,— hablo sin dejar de caminar.

30 segundos y nadie respondió. Eso alarmó a la chica.

—Verónica se qué eres tú.

—Ah sí. ¿Y por qué se supone que soy Verónica?— alguien la abrazo y le susurro al oido.

—Quién eres y qué hiciste con mi amiga.— reclamo mientras intentaba soltarse.

—No sé quién es Verónica, pero la chica qué nos seguía ya no podrá interrumpir lo qué tengo preparado para ti.— la presionó más a su cuerpo.

—Sueltame.

—Mira niña, se qué quieres ser la capitana del equipo de animación, yo puedo ayudarte,— le entregó un papel— sólo lleva a Madison al lugar que está en lo qué te di.  Mañana las espero.

Sin más aquel extraño desapareció. La chica impresionada por lo que acaba de suceder corrió en busca de la salida de aquel lugar, hasta qué su cuerpo choco con algo o más bien con alguien. Fue entonces donde recordó a Verónica.

—¿Estas bien?— pregunto él chico con el qué había tropezado.

—Viste...a...Verónica, ella... ¿está bien?.— pregunto con lágrimas en los ojos

—Hanna cierto,— ella sólo asintió,—Verónica está bien, sólo tiene un golpe en la cabeza, su hermano está con ella.— le dijo y la abrazo.

Hanna en ese instante era lo qué más necesitaba, pero no dejaría qué nadie la vea débil así que se separó del chico.

—¿Podrías llevarme con mi amiga?— el sólo asintió y comenzó a caminar. —Ey, chico, espera...

—Soy Harry— le dio la mano pero ella no lo tomo.— Vamos, tú amiga debe estar preocupada.— Le contesto cortante y comenzó a caminar sin esperarla. Luego de salir de la parte oscura vieron cómo Marcó ayudaba a Verónica a levantarse, lo cual hizo qué  Hanna corra hasta ella.

—Verónica amiga ¿estas bien?— Le pregunto mientras la abrazaba.

—Si, ya estoy mejor— susurro mientras le correspondía el abrazo.— Bueno Marco vamos a casa, necesito descansar,— Su hermano sólo asintió.

—Harry, ¿podrías acompañar a Hanna a casa?— el iba a hablar, pero la chica se adelanto.

—Verónica yo puedo ir sola a casa.

—No Hanna, yo te acompaño,— la tomo del brazo,— vamos.

—No Harry. Yo puedo ir sola a casa.

—Bien has lo que quieras.— sin decir nada el chico desapareció.

(...)

Una hora más tarde, Hanna se encontraba en su habitación dando vueltas, una parte de ella quería llamar a Madison y decirle que se vean en el río, justo como aquel extraño le había dicho.

Sin seguir pensando en aquel suceso, tomó su celular y marcó el número.




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