Crónicas de Ergreaven

Capítulo 2: La Decisión de Thalion (ciudad de Valnerion) (regentes los Duques de Berslif)

El sol despuntaba en el horizonte, inundando el claro del bosque con tonos dorados y anaranjados. Thalion, el elfo arquero de metro ochenta y cinco, estaba de pie, con semblante preocupado, miraba a su amigo mientras mantenían una conversación sincera y dura en sentimientos. Su cabello largo y plateado caía en suaves ondas, enmarcando unos rasgos afilados y delicados. Sus ojos verdes, astutos y despiertos, destilaban inteligencia y, en ese momento, una sombra de duda.

Garruk, el humano imponente de dos metros, permanecía a su lado, su piel era bronceada y estaba marcada por cicatrices de antiguas batallas. El brillo de la luz matutina reflejaba en su armadura de placas, cada pieza había sido meticulosamente diseñada a medida para proteger su robusto cuerpo. Su barba espesa y su cabello trenzado de un rojo intenso le conferían un aire de guerrero experimentado, pero en ese momento, su postura firme ocultaba la creciente preocupación por su compañero elfo.

—Garruk, no puedo seguir así —comenzó Thalion, su voz sonaba cargada de una mezcla de frustración y tristeza—. Elenion… hay algo oscuro en él. Siento que su magia ya no es la misma, que está siendo corrompido por un poder que no comprende.

Garruk frunció el ceño, él también había notado algo, pero su misma bondad le hacía creer que era imposible que Elelnion cayera, pensaba que estaba jugando y experimentando con magias distintas, pero que él sabía sobrellevarlo: —¿Estás seguro de eso? Elenion es un mago poderoso, y su control sobre el rayo es increíble. No podemos simplemente abandonarlo.

Thalion dio un paso atrás, como si la distancia física pudiera aliviar el peso de su decisión.

—No se trata solo de su poder —dijo, con los ojos clavados en el suelo—. Recuerda la masacre de los goblins. Todos nos alababan por la victoria, pero lo que sentí fue a Elenion deleitarse con la destrucción, como si no luchara por salvar a nadie, sino por el simple placer de matar. Y no te diste cuenta? no se cansaba, nunca he visto a nadie usar tal cantidad de poder sin siquiera sudar, es más,. parecía que se fortalecía por momentos. No es normal Garruk, Algo peligroso, algo que no podemos controlar, está ocurriendo en él.

Garruk sintió un nudo en el estómago al recordar la escena. Elenion, alguien a quien había admirado por tanto tiempo, ahora se presentaba como una figura sombría, peligrosa. — Pero es bueno que se haga mas fuerte no? además, si se descontrola nosotros podremos tranquilizarlo. Somos un equipo, nos necesitamos, te necesitamos Thalion.

La mirada del elfo se suavizó, pero su voz temblaba: ——No puedo alzarme contra mi amigo, pero tampoco puedo verlo caer en la oscuridad. Quizás es que soy un cobarde.

Garruk negó con la cabeza, comprendiendo el conflicto en el que se encontraba su compañero: —No eres un cobarde, Thalion. Te conozco, y lo se, pero eso me preocupa mas, quiza no quiero admitirlo, pero verte inseguro me da miedo. Siempre te has mantenido firme contra las adversidades, y quiza… quiza, si estes en lo cierto. — se quedó unos momentos en silencio, como organizando sus ideas y pensando en las cosas que tanto preocupaban a su amigo —Pero recuerda, a veces, la verdadera amistad implica enfrentarse a los que amamos, incluso cuando es doloroso.

Thalion miró al horizonte, la decisión era difícil, pero los elfos sienten las cosas de una forma diferente, y si su amigo estaba coqueteando con magias oscuras, era algo muy peligroso para el, pues un elfo que este del lado de la luz, si se acerca demasiado a la oscuridad aun para combatirla puede enfermar del corazón, y que la fuente de esa oscuridad fuera cercana aumentaba esa vulnerabilidad —Es lo mejor. Debo irme, volveré a mi tierra natal, donde la magia aún fluye pura y la vida respira calma.— quizá, fueron las palabras más duras que nunca había pronunciado.
Garruk permanencia de pie, inmovil, con un semblante serio, miraba a su amigo a los ojos. —Entonces, ¿lo tienes decidido?
— Me temo que sí, amigo mío. Nunca olvidaré todo el tiempo que hemos disfrutado juntos. Llevaré esta amistad en mi corazón por el resto de mis días y atesoraré cada recuerdo como el más preciado de los tesoros.

Dio un último vistazo a Garruk antes de girarse hacia el bosque. Cada paso que daba, cada metro que se alejaba, Garruk sentía que perdía una parte de él mismo.

—Siempre serás parte de este grupo, Thalion —dijo Garruk, su voz quebrándose por la emoción contenida. Y sin poder contenerse más se abalanzó sobre su amigo envolviendo con sus enormes brazos, sería el primer y último abrazo de este par de amigos. —¡Siempre serás parte de este grupo!

Hasta Thalion quedó sorprendido, y no por el abrazo, sino por los sollozos del gigante musculoso. — Maldito humano, te voy a echar mucho de menos.
Y así, los dos camaradas se separaron, para quizá, no volver a verse nunca más.

Poco después de que Thalion desapareciera entre los árboles, Garruk emergió de la espesura, sintiendo el fresco aire matutino en su rostro. Un viento y frescura que necesitaba en ese momento. El camino hacia su hogar, flanqueado por altos árboles que se mecían con la brisa, contrastaba con la pesadez que llevaba en el corazón. Mientras caminaba, su mente divagaba hacia tiempos pasados, cuando él, Thalion y Elenion formaban un trío inseparable.

Las risas resonaban en su memoria como ecos de un tiempo más simple. Recordó la primera vez que se encontraron en la taberna de Aldergrove. Thalion deslumbró a todos con su destreza con el arco, mientras Elenion asombraba con su control sobre la magia eléctrica haciendo que aparecieran arcos de electricidad entre las flechas que Thalion había clavado en la diana, que al unirse con los arcos eléctricos formaban el dibujo de un arco y una flecha. Garruk había sentido una conexión instantánea con esos dos seres extraordinarios, confiando en que, juntos, podrían enfrentar cualquier desafío.

Uno de esos desafíos aún lo marcaba: la vez que se enfrentaron a dos trolls colosales. Garruk, con su hacha en mano, había atraído a las bestias hacia unos círculos mágicos que Elenion había preparado de antemano, diseñados para paralizar sus piernas. Thalion, escondido en un árbol cercano, lanzó flechas imbuidas de magia, debilitando a los trolls.
Pero el plan no funcionaba del todo, los trols tienen una fuerte resistencia magica y al ser dos a Garruk le estaba costando manejarlos, poco a poco iba retrocediendo y alejandose del punto donde estaban las trampas.




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