Explosión

Que cambios había en todos, platicaba en la barra de bar del salón con Aram. Bebían líquidos alcoholizados, reían y se miraban cómo cualquier enamorado. No tenían un tema de conversación específico, pero, el mayor estaba diciéndole que se veía muy bien con vestido.

—Sólo en fiestas me verás así—, respondió dando un sorbo a su bebida.

—Bien—, comentó Aram sonriendo. —Esas flores te van muy bien…dime que es una broma.

—No, me gusta…es raro…lo sé—, comenzó a reír.

Era un vestido azul claro con margaritas.

Tomó a Aram de la mano y comenzó a jugar con ella. Minutos después Corín y su amiga, llegaron a saludar.

—¿Puedo bailar con ella? —, le preguntó Corín a Aram mientras apuntaba a la chica del vestido floreado.

—A ver si puedes…no ha querido.

—Bien—, sonrió travieso Corín.

Se acercó a Lyla que lo saludó con un abrazo y después de separarse, Corín la jaló con delicadeza del brazo haciendo que se bajará del banco.

—Vamos a bailar.

—¡No quiero! —se resistió.

—Vamos a bailar—, volvió a decir Corín llevándola con él hacia la pista de baile.

—No sé bailar.

—¡Bah! No importa, no te pongas rígida.

Lyla seguía negándose, además pensaba que su hermano no sabía bailar el género de la música que sonaba; la impresionó tanto que comenzó a reír. Nunca se había sentido tan ligera bailando con alguien. Aram por su parte, seguía bebiendo y los observaba bailar mientras platicaba con la amiga de Lyla.

—Quiero decirte algo—, comentó Corín.

—¿Qué será?

—Debemos…

Miró los labios de su hermano moverse, pero no oyó nada, un ruido muy potente no le permitió escuchar. Sonaba cómo las turbinas de un avión descendiendo muy cerca de ahí. Y cada vez más, ese sonido se intensificó.

Corín abrió los ojos muy grandes y con torpeza abrazó a su hermana lanzándose al suelo. La explosión qué pasó en ese momento los aturdió y lanzó unos metros, volando contra la pared. Al despertar buscó a Aram y él yacía del otro lado a la perfección, excepto por el hilo de sangre que le corría por la sien.

Una montaña de escombros los separaba.

—Vete de aquí—, le ordenó.

—¿Por qué? —, preguntó levantándose de los escombros.

—Vete de aquí con Corín…—Buscó a su hermano. Él estaba en el suelo todavía con los ojos cerrados.

—¡No! —, gritó.

—¡Váyanse! ¡Despiértalo!

Lyla corrió hasta su hermano y comenzó a zarandearlo. Cuando él despertó se levantó de un salto porque detrás de Lyla vio algo. Otra explosión.

Corín la jaló del brazo; ya no vio Aram, sin embargo, observó la fuente de las explosiones…

Misiles…