Mirando las nubes.

No sé si alguna vez vas a hacer algo con tu vida, ahí acostado sin hacer nada, al menos ven ayúdame, son las palabras de mi madre, al verme echado en el sofá, viendo caricaturas a mis 15 años.

- maaaa, estoy cansado

- ¿cansado? ¿Y cansado de qué?

- ¿Cómo que cansado de qué? Yo estudio de LUNES A VIERNES 7 HORAS DIARIAS, sin contar las horas que paso haciendo tareas, estudiando para los exámenes y soportando a esos profesores.

- Tu sí que eres sin vergüenza, ¿qué estudiar?, si las notas pasadas fueron un desastre, si ya hasta me sugirieron que te haga unas pruebas psicológicas para ver si algo te pasaba.

- (rezongue) ya, ¿a ver en qué te ayudo?

Comúnmente mi madre, siempre se encarga de reprocharme mis malas calificaciones, eso sí, muy sutilmente, y tiene la extraña manera de pensar que debo ayudar en la casa en compensación de haber reprobado una que otra asignatura, la ayudaría con gusto y por iniciativa propia si no fuera porque las cosas que me pide son demasiaaado aburridas, y más que aburridas me hacen cansar u montón.

- Oye, muévete que no tengo tú tiempo, tu estando joven debes tener más energías que yo.

- Pero es que esto está sucísimo, y hace un calor horrible ¿Por qué mejor no lo hago más tarde cuando el día este más fresco?

- ... ándate no más, yo termino sola de barrer.

- ¿De verdad?

- Sí, si ándate no más, que más rápido termino yo sola.

Después de la liberación de mis tareas, decidí sería mejor ir a mi habitación, allí tengo mi tv, mis películas y mi computadora, así conseguiré disfrutar de lo que queda de mi domingo, normalmente cuando estoy en mi cuarto me la paso viendo películas, la mayoría de los "jóvenes"de mi edad, se la pasan en el celular enfrascados en su red social o si son como los de mi colegio, organizan salidas (sin invitarme), se toman mil y un fotos, las suben, bahh la verdad me descontrola un poco pensar todo eso. Lo peor de todo es que mañana otra vez tendré que soportar sus petulancias.

- SALAS

- ...

- SALAS

- Ahh, presente

- Mire Salas, si va a estar distraído de una vez le pido que salga

- No, no, si es que...

- Ya no me diga nada.
           Torres - Presente
           Trujillo - Presente

De todos los profesores, a este es al que más aborrezco, siempre enseñoreándose como si fuera de lo mejor que hay, posiblemente sea la razón principal por la que repruebo química, naaa, la verdad es que a mí la química siempre me ha importado un bledo.

- Bien muchachos, hoy como todos los LUNES, vamos a agruparnos ¿sí?, ya saben en grupos de cuatro.

Lamentablemente en el salón, hay 33 alumnos y el obvio sobrantes soy...yo, sumándole a eso es que todos están mafiosamente compinchados, todos furtivamente buscaron su respectiva asociación, y por supuesto en un acto de "generosidad", el petulante profesor arriesgándose a ser ganador del premio a la obviedad exclama: ¡estas solo! ¿Alguien desea tenerlo en su equipo de trabajo?

<Vamos no se peleen por mí, uno a la vez>

- Vamos muchachos necesito que alguien lo "incluya" en su grupo, estamos perdiendo tiempo.

- <incluya, como odio esa palabra, como si insinuara que soy un leproso del siglo primero al que hay que evitar>

- Ehh, profe aquí si quiere puede venir acá.

- <claro porque preguntármelo a mí directamente es degradante para ti, ¿no?>

- ¿Qué te parece si te unes allí? Hazlo rápido que ya hemos perdido mucho tiempo.

- Si

La verdad, a más de enojado y avergonzado me sentía sumamente humillado, resalta a la vista que no me querían en sus estúpidos "equipos de trabajo", cosa que se veía en su total esplendor, cuando apenas haberme unido, se limitaban a hacerme un pequeño gesto de saludo, y a murmurarme que no me preocupe porque no hace falta que haga nada, igual pondrían mi nombre en el estúpido trabajo, de ahí en adelante yo permanecía sentado inmóvil mientras ellos tan brillantemente resolvían quien sabe que.

- Bien muchachos vayan terminando, en cinco minutos necesito sus trabajos en el escritorio, no se olviden de poner el tema, la fecha, EL NOMBRE DE LOS INTEGRANTES y el número de su equipo.

- Mira ya pusimos tu nombre.

- <Gracias por ese inmenso favor, desearía tener suficientes años de vida para demostrar mi sincera gratitud> Gracias.

El receso particularmente no está mal, me gusta comprar algo para comer e ir al estacionamiento, allí puedo recostarme en el césped y mirar el cielo, sé que suena a cliché, pero es lo que me gusta hacer, me relaja mucho hacerlo y diría que hay cierta pureza es esas formaciones hechas a base de minúsculas gotas de agua <al menos eso creo> llamadas nubes, al hacerlo mi memoria se remonta a cuando era niño, recuerdo que mientras las veía intentaba buscar alguna que tuviera forma, una vez logré ver una que era idéntica a un canguro, es de las que más me han gustado.

- Hola

- Eeeee hola

- ¿Me puedo sentar?

- Si, siéntate

- ¿Qué haces?

- Nada, solo miraba las nubes.

- ¡¿En serio?! Yo también solía quedarme mirando el cielo, pero de eso ya ha pasado mucho tiempo, pero siempre me ha parecido muy bonito.

- <Si, muy muy bonito>

- Ay cierto me llamo Diana, y tú

- ¿yo? Ahh si yo me llamo Mateo.

- ¿En qué año estas? Yo, en Primer año de bachillerato.

- ¡Yo también! Pero... no te he visto antes, ni en mi paralelo ni en los otros.

- Ay si es que soy nueva, mi papá logro convencer al rector para dejarme entrar a estas alturas del año, lo que pasa es que en mi antiguo colegio hubo un pequeño escandalo con una de las alumnas del último año y un profesor.

- Y tu padre se preocupó, se escandalizo y decidió sacarte de las pecaminosas manos de ese foso de perdición.

- Jajajaja si, eso mismo.

- Oye, ¿en que paralelo estás? yo estoy en el "A"

- ¡¿En serio el "A"?, a mí me tocó el "C", ¿oye es cierto que ahí es mucho más complicado, que allí están los mejores estudiantes?