La niebla matutina envolvía la iglesia como un sudario. William se bajó del auto y miró a su hermana, que mantenía los ojos bajos. La acompañó en silencio hacia la entrada de la iglesia, donde los esperaba el padre Juan.
El sacerdote sonrió, pero sus ojos parecían ocultar un secreto. William sintió un escalofrío al recordar el documento que había encontrado en la iglesia. El padre Juan estaba involucrado en una organización secreta que eliminaba a aquellos que consideraban una amenaza.
William había dejado atrás su pasado de violencia y crimen, pero la sombra de su pasado lo perseguía. La iglesia parecía un refugio, pero ahora se sentía atrapado.
"¿Estas listo?"- preguntó el padre Juan
William asintió. La hermana de William se alejó. El padre Juan lo guió hacia la capilla.
"¿Qué deseas confesar?"-preguntó el sacerdote.
William vaciló-"Mi pasado... mis errores...".
El padre Juan sonrió de nuevo-"Dios te perdonará."
Pero William sabía que no era Dios quien lo juzgaría. La organización secreta lo había condenado.
De repente, un rayo de luz iluminó la capilla. Un ángel apareció ante William.
"Eres elegido"-dijo el ángel-"Tu pasado te ha preparado para esta misión."
William se sintió renovado. La muerte no lo esperaba. Tenía una segunda oportunidad.
El padre Juan se desvaneció en la niebla. William salió de la iglesia, listo para enfrentar su nuevo destino.
La hermana de William lo esperaba fuera. "¿Qué pasó?"-preguntó.
William sonrió-"Mi redención."
Y juntos, desaparecieron en la niebla.