Cross My Mind

~6~

Niall.

-Es la solución que puedo ofrecerle Señor Horan.

- ¿Me está bromeando?

-No creo que una situación como esta se preste para bromas. O toma nuestra sugerencia o su hija deja este establecimiento.

Una psicóloga...aquella decrepita e ineficiente directora de la escuela de mi hija me había sugerido mandarla al psicólogo, se supone que sería la única manera de que la siguieran aceptando allí. Emily para sus cortos seis años tenía un carácter difícil de manejar, a veces era un tanto desobediente, pero una niña problemática no era, puede que haya golpeado un par de veces a sus compañeros, pero motivos tendrá. Aunque claro eso ellos no lo veían, no veían como aquellas niñas se burlaban de ella por el hecho de no tener una madre. Emily pensaba que no me daba cuenta, pero podía escuchar como lloraba a escondidas y eso me partía el alma y si no estaba allí, mi fiel amigo Calum me contaba. Quizás el consejo de Calum de que golpeara a las personas que la molestaran no haya sido el mejor, gracias a ese consejo ahora estaba entre la espalda y la pared, entre si seguir los consejos de aquella mugre señora o sacarla de ese colegio y buscar otro. El único gran problema es que por las fechas era casi imposible, además de que era una escuela de gran prestigio y con las anotaciones negativas en la hoja de vida de mi hija no me la aceptarían en ningún otro establecimiento... ¡Dios que hare!

- ¡Maldición! - cerré de golpe mi laptop y apoyé mi cabeza entre mis manos tirando levemente mi cabello.

Estaba frustrado, es que no le veía la necesidad de que mi hija necesitara ir al psicólogo, era solo una etapa, era una niña de seis años... ¿Quién no se peleó a esa edad?

Los golpes en mi puerta me hicieron volver a la realidad.

-Adelante- dije con desgano.

-Señor Horan, perdón que lo moleste. Intente llamarlo por el teléfono, pero creo que no funciona. De todas maneras, ya llamé y lo vendrán arreglar dentro de poco. Venía a informarle que acaba de llegar un correo con la confirmación de la reunión de esta tarde.

Mire a mi nueva y eficiente secretaria, han pasado dos semanas desde que la rojiza chica había entrado a trabajar y ha resultado ser más que eficiente, mucho más que cualquier otra secretaria que haya tenido. Debido a sus conocimientos en administración, manejaba cosas que otras secretarias comunes y corrientes no lo hacían, era puntual y debía reconocer que hasta llegaba antes que yo. Aunque suele tener sus escapadas debido a la gran boca que tiene y suele decir las cosas antes de pensarlas lo cual no es del todo bueno. Y puede ser que haya abusado de su gran amabilidad estas semanas, hemos terminado de trabajar pasado las nueve de la noche y ella no ha replicado en ninguna ocasión, llevo el registro de aquellos días en que me he extralimitado del horario de trabajo, porque la verdad es que su jornada acababa a las siete y si yo me quedaba era por decisión mía, ella no debía quedarse, sin embargo, ella había acatado la orden de que su jornada laboral acababa cuando yo lo hacía y creo que...he pasado los limites. Así que llevo anotado las horas extras que ha hecho sin su conocimiento para sumárselas a su pago de fin de mes.

Y lo que le pediría a continuación también superaría los limites.

-Necesito que me acompañe a la reunión, aunque pueda ir solo no me siento en las condiciones de hacerlo. Así que lleve una libreta y quiero que este atenta a toda la reunión en caso de que se me pase algo.

Ella dejando escapar un suspiro asintió y se retiró de mi oficina. Por mi parte ordene mis cosas guardando lo necesario en mi maletín, tome mi chaqueta y abandone el despacho. Mi secretaria estaba apagando el computador e hizo lo mismo que yo; guardar sus cosas y ponerse su abrigo blanco. Haciendo una seña le pedí que me siguiera.

Bajamos hasta los estacionamientos de la empresa y haciendo sonar la alarma ubique mi auto; BMW x2 color negro. Ambos nos acomodamos en nuestros respectivos asientos y en completo silencio nos pusimos en marcha. Silencio que ella termino rompiendo...era demasiado bonito para ser real.

- ¿No escucha música mientras maneja?

-De vez en cuando. Si quieres poner música hazlo- dije con seriedad.

-Si te vas a poner así de gruñón prefiero no poner- susurro, sin embargo, logre oírla.

-Tal parece que olvidas que estamos a escasos centímetros de distancia, así que querida...escucho lo que dices. ¿Cómo es que pasamos de hablar de usted a tutearme en escasos segundos?

-Lo lamento SEÑOR- dijo entre dientes.

-Valoraría mas aquella disculpa si fuera verdadera y no cinismo puro.

Por el rabillo del ojo vi como su cabeza giraba con tanta brusquedad que jure que se dislocaría el cuello y cuando sus rosados labios se abrían con claras intenciones de hacerme tragar mis palabras, la pantalla del auto se ilumino anunciando que alguien me llamaba. Con el botón en el manubrio conteste la llamada, ignorando el hecho de que no iba solo en el auto y aquella chica escucharía mi llamada privada.

- ¿Diga?

-Buenas tardes, ¿hablo con el Señor Horan?

-El al habla. ¿Con quién hablo?

-Señor Horan, hablo de Westminster School.

Tome mi celular y rápidamente lo desvincule del auto, sé que podía ganarme una multa si la policía me llegaba a detener. Pero algo me decía que si me llamaban del colegio de Emily era porque no era nada bueno.

Caroline.

Estaba maravillada con el auto, sin duda un auto de último modelo. Pero lo que más llamó mi atención fue el techo de cristal panorámico, podía ver las nubes grises del cielo de Londres, que amenazaba con que llovería en cualquier momento.

-Entiendo...estaré en cinco minutos allí, estoy cerca.

Mi mañoso jefe corto la llamada, tiro su celular con rabia y apretó el manubrio de tal manera que sus nudillos se pusieron blancos.

-Haremos una parada antes de la reunión. Aún tenemos tiempo- anuncio con molestia.



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En el texto hay: romance, drama, psicologa

Editado: 28.04.2020

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