Cross My Mind

~16~

Caroline. 
 


"No te hubiera conocido"

Aquellas simples palabras que salieron de los rosados labios de mi jefe me habían dejado sin palabras. Tanto así que fui incapaz de responder e incluso de darle las gracias tras dejarme en la puerta de mi edificio, murmurando un insignificante "Gracias" y caminando lo más rápido posible para desaparecer de su vista.

¿Cómo era posible que aquellas simples palabras me causaran tanta conmoción?

¡Y cómo no!

Si esa frase había salido de la persona más fría y tosca que había conocido en mi vida. Incluso superaba a Nicolle- que con su discurso de no dejar entrar a nadie a su vida por miedo a ser vulnerable- la superaba con creces. Niall Horan era la viva imagen de un tempano de hielo y llegaba un día de la nada mientras nos devorábamos una pobre hamburguesa soltándome una frase cargada de emociones y confesiones de las cuales él era ajeno o lo que yo creía...hasta ahora.

Y es ahí que mis suposiciones se hacían más reales. Aquello que él mostraba era tan solo una fachada, al igual que la fachada de mi amiga la psicóloga. Y eso extrañamente causaba en mi un montón de emociones a las cuales creía olvidadas.

-Ahora dime porque estamos aquí- la voz de mi violeta amiga me hizo aterrizar. Mirando a mi alrededor y darme cuenta donde estábamos.

-Porque necesitaba ayuda y hoy no tienes clases- respondí mirando a cada extremo de la extensa calle del centro de Londres- ¿A quién esperamos?

-A mi hombre- respondió con orgullo y un deje de ilusión en su voz.

La mire asombrada tras sus palabras, en su rostro podía ver la felicidad ante las palabras que habían salido de su boca. Había pasado con exactitud una semana desde que me había mencionado a aquel chico que ahora la traía vuelta loca y ahora se refería a él como "su hombre" y al ver su cara de boba enamorada me llenaba el alma y a la vez me preocupaba, no somos las personas con la mejor suerte si de amor hablamos, todas hemos tenido un cacas en nuestras vidas que nos han destruido a tal punto de no querer saber más de los hombres y pensar seriamente en volvernos lesbianas. Pero la que había corrido con la peor suerte había sido mi pequeña amiga, porque su cacas superaba cualquier rango existente.

-Va enserio la cosa- hable finalmente luego de mis cavilaciones.

Ella movió su cabeza con vacilación- Bueno no sé si serio, pero si me interesa y no puedo mentir. Estoy que me hago en mis pantalones del miedo que tengo y no precisamente hacerme del uno. Pero sé que si no me arriesgo no sabré que pudo haber pasado.

Nos recargamos en una de las paredes del edificio tras nuestro y frotamos nuestras manos intentando darles calor. El frio era insoportable, si por mi fuera estaría en casa, con mi pijama de polar viendo películas mientras me tragaba un bowl lleno de papitas.

Pero no...

Me encontraba en pleno centro de la capital esperando al hombre de una de mis grandes amigas para luego ir a hacer la degustación del menú de la cena de fin de año de la gran empresa irlandesa.

- ¿Y tú que me cuentas? Como van las cosas con tu jefe. ¿Ya concretaron el cliché de jefe y secretaria?

La notoria voz coqueta en Kelly me hizo mirarla con susto. Y su risa no espero más al ver que guardaba silencio y la miraba con horror.

-Estás loca- susurre con nerviosismo- de donde sacas eso.

-¡Oh vamos! Mujer te conozco. Y me basto con ir una sola ves a tu trabajo y notar la mirada de adoración que le lanzas.

- ¿A-adoración? - el tartamudeo fue más que notorio logrando que ella riera con mayor fuerza.

-Está bien, quizás la palabra adoración es muy grande. Pero de que te causa intriga y curiosidad más de lo normal no se puede negar. Además de que reaccionaste como leona cuando se produjo el encuentro entre Thom y el en el local.

- ¡Ese imbécil! - dije con rabia al recordar a mi amigo- me dijo que lo conocía por algunas fiestas que se habían encontrado y por lo que algunos ex empleados de Niall le han dicho. Pero no, se conocen de antes, mucho antes. Maldito mujeriego mentiroso.

-Ándale, si hasta le dices por su nombre.

Mire a mi amiga con rapidez, había hablado de más. ¡Que bruta!

-Mira que tu estés enamorada y andes viendo corazoncitos por todos lados no significa que yo sienta algo o me sienta atraída de forma amorosa hacia mi jefe. No es como si me gustara su sonrisa lo cual la ves en escasas ocasiones o que me fascinen sus ojos o que me muera por enredar mis dedos entre su cabellera. No, estas completamente equivocada.

Me cruce de brazos y deje escapar un bufido.

-Yo jamás mencione que te sintieras atraída de forma amorosa- se burló. Gire mi rostro mirándola con mis ojos más abiertos de lo normal- te has echado al agua solita cariño. Si tan solo te falto decir que sueñas con verlo en paños menores y que te azote duro con sus grandes manos.

Con la bolsa donde traía las invitaciones de la fiesta la golpee en su estómago causando más su risa.

Mordí mi labio, cruce mis brazos en mi pecho y mire a mi izquierda. No tenía como justificar mis dichos, me había puesto nerviosa y cuando me pongo nerviosa suelto más la lengua de lo que es debido y digo cosas de las cuales me termino arrepintiendo de por vida.

Como ahora...

Sentí como mi amiga dejaba salir un suspiro, luego chasqueo la lengua y finalmente susurro mi nombre. Pero tenía tanta vergüenza- demasiada porque sentía mis mejillas arder y el frio que sentía se había esfumado- que era incapaz de mirarla a sus ojos.

-No deberías sentirte avergonzada por eso. Es un papacito no hay por donde negarlo. Amiga solo puedo decirte una sola cosa...

Con total lentitud volví mi rostro para mirarla, tenía el rostro serio, algo inusual en ella, porque era como un frasco de felicidad y energía...un pequeño frasco.

- ¡Tu dale! – soltó con una sonrisa burlona en su rostro. Rodee los ojos con fastidio- y dale todo lo que quieras, pero recuerda siempre usar condón. Sin gorrito no hay fiesta.



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En el texto hay: romance, drama, psicologa

Editado: 28.04.2020

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