El campanilleo de las risas se deslizaba por los pasillos del colegio, una sinfonía que anunciaba el regreso a las aulas. Era un primer día de clases típico, rebosante de expectativas y sueños renovados. A mi alrededor, el bullicio de estudiantes se convertía en un mosaico de caras sonrientes , abrazos entusiastas y palabras atropelladas mientras todos compartían sus historias de las vacaciones . Sin embargo, bajo esa atmósfera vibrante , yo avanzaba con determinación hacia mi casillero , el corazón latiendo con fuerza . Había algo en el aire , un presentimiento que no lograba sacudirme, como si el universo se estuviera preparando para girar mi mundo al revés.
Con una sonrisa contenida , busqué a Luca . Mi Luca .Mi corazón se aceleró al imaginar la expresión de su rostro al verme . Quería sorprenderlo , abrazarlo por la espalda y susurrarle cuánto lo había extrañado durante las vacaciones. Él era mi refugio , mi lugar seguro . Cada paso hacia su casillero era como acercarme a un lugar cálido y conocido. Pero cuando giré la esquina , toda esa calidez se evaporó en un instante .
Lo vi . Allí estaba , pero no como lo había imaginado.
Luca estaba inclinado hacia Lisa , mi mejor amiga . Sus manos descansaban con familiaridad en su cintura, y sus labios, esos mismos labios que tantas veces habían prometido amarme , estaban fundidos en un beso con ella. Un beso que parecía robado en algún rincón prohibido del universo. El tiempo se detuvo . El aire pareció solidificarse en mis pulmones . Por un momento, no escuché nada, no sentí nada , no ví nada más que esa escena que se repetía en mi cabeza como un eco cruel y ensordecedor.
Mis piernas , que habían sido tan seguras al caminar hacia él , ahora temblaban como si no pudieran sostenerme. Las palabras que quería gritar se atoraron en mi garganta , formando un nudo de emociones imposibles de desatar . Di un paso atrás, como si la distancia pudiera aliviar el peso que sentía en el pecho , pero solo conseguí chocar contra alguien que pasaba.
-¡cuidado!-dijo una voz molesta, pero no levanté la mirada. Mi atención seguía atrapada en esa escena frente a mí.
Fue Lisa quien me vio primero. Se separo de Luca de golpe , como si mis ojos fueran dagas que la atravesaban. Su rostro se torno pálido, y sus labios se movieron , buscando palabras que no llegaban.
-yo...puedo explicarlo- balbuceó, su voz temblorosa.
Luca, en cambio, se quedó inmóvil, con una mezcla de sorpresa y culpa pintada en su rostro. La única reacción que tuvo fue alzar las manos , como si quisiera detenerme antes de que me rompiera por completo.
-No...no es lo que parece , de verdad...-empezó a decir , pero esa frase, tan usada y tan vacía, solo logró enfurecerme más.
-¿No es lo que parece?- mi voz salió más fuerte de lo que esperaba, llena de un dolor que no podía contener. Sentí las miradas de los demás estudiantes girarse hacia nosotros, pero no me importo.
-¡CLaro que lo es!-continúe dando un paso hacia ellos- Te vi, Luca . Los vi a los dos. No hay nada que explicar.
Lisa dio un paso hacia mí, su mano extendida como si eso pudiera borrar lo que acababa de hacer.
-Por favor, déjame ...
-¡No te atrevas!- la interrumpí, alejándome aún más - ¡Eras mi amiga, Lisa! Mi mejor amiga ....¿y así me pagas?
Mis palabras la hicieron retroceder , por un momento, pareció que iba a llorar . Pero no esperé para ver si lo hacía . Mire a Luca , buscando en sus ojos alguna señal de arrepentimiento, de amor , de algo que pudiera darme una razón para no odiarlo en ese instante.
-¿Por qué?- pregunté con mi voz quebrada.
Él no respondió. Simplemente bajo la mirada, incapaz de sostener mi dolor. Y eso fue todo lo que necesité para entender que no había vuelta atrás.
Sin decir más , me giré y salí corriendo , ignorando las voces que me llamaban . Las lágrimas quemaban mis mejillas , pero no me detuve. Atravesé los pasillos hasta llegar a un aula vacía, donde me dejé caer contra la pared y solté un grito que estaba reteniendo.
Mi eco del llanto resonó en el silencio , y por un momento, todo el mundo pareció detenerse . Pero justo cuando pensé que estaba sola , una voz suave interrumpió mis pensamientos.
-¿Estás bien?
Levanté la cabeza de golpe y me encontré con unos ojos azules brillantes y expresivos que me observaban con preocupación.
-perdón si te molesto-dijo con voz suave- acabo de llegar a esta preparatoria , soy nueva , pero te vi entrar aquí y pensé que talvez....necesitabas algo.
Quise decir que me dejara en paz , que no necesitaba a nadie en ese momento, pero algo en su tono me hizo dudar. Había calidez en su forma de hablar , una sinceridad que no podía ignorar.
-Estoy bien- mentí, tratando de sonar convincente mientras me limpiaba las lágrimas.
Ella no pareció creerme , pero en lugar de insistir, se sentó a mi lado con cuidado, manteniendo una distancia respetuosa.
-Soy Maribel Anderson , por cierto- dijo después de un momento- Si necesitas hablar...bueno, aquí estoy.
La miré , sorprendida por su actitud amable.La mayoría de las personas que acaban de llegar a la preparatoria se mantenían al margen , nerviosos por hacer amigos , pero Maribel parecía diferente . Había algo reconfortante en su presencia, algo que me hizo sentir un poco menos sola.