La luna ilumina el reino de Graceville, todos duermen en esta lluviosa noche excepto el príncipe Philip.
Camina sigilosamente por los pasillos del castillo para no despertar a nadie ni alertar a los guardias, entra en la habitación de Elena, su hermana menor.
- Elena despierta. - Susurra mientras la mueve suavemente por el hombro.
- ¿Que pasa? - Dice entre dientes aún con los ojos cerrados.
- Vine a despedirme.
- ¿Vas a ir de caza?
- Me iré por mucho tiempo Elena, cuídate, te quiero.
- Tráeme un conejo blanco, quiero una mascota. - Dice acomodándose en su cama.
Philip besa la frente de su hermana y sale de su habitación, afuera del palacio, en los establos toma a su caballo, está listo para ser montado, sube en el y sale de allí a toda velocidad, el galope del caballo quebranta el silencio de la noche, en el bosque, afuera del reino lo espera su amada, la princesa Grecia de Waterfalls, junto a la princesa se encuentran sus guardias y algunas doncellas quienes los escoltan hacía las tierras lejanas de Waterfalls.
Algunos cientos de kilómetros más adelante el príncipe Philip recuerda que no le dejó la carta a su hermana.
- Necesito enviar esto. - Dice el príncipe Philip a su amada. - Es para mi hermana.
- Haré que mi mensajero se la lleve de inmediato.
La princesa hace una seña con su mano, el mensajero de inmediato se acerca a ella.
- Llévale esta carta a la princesa Elena de Graceville.
- En seguida su majestad.
El mensajero da vuelta a su caballo inmediatamente y se dirige hacía Graceville a toda velocidad.
Horas más tarde el mensajero llega al castillo, los guardias lo dejan entrar, lo guían a través del laberinto que protege el reino, hasta encontrar a la princesa en el gran salón hablando con su padre, están discutiendo sobre la desaparición de Philip.
- Princesa Elena. - Dice el mensajero haciendo una reverencia.
- ¿Si? - Dice con desconfianza.
El mensajero le da la carta, hace una reverencia y sale de allí escoltado por los guardias.
La princesa ve el sobre un segundo, lo abre y comienza a leer su contenido.
"Querida hermana,
Hemos pasado por tantas cosas juntos, practicas y horas de juego, ambos hemos crecido y con el tiempo tomamos algunas decisiones, mamá siempre nos enseñó a seguir nuestro corazón, eso es lo que estoy haciendo, siguiendo a mi corazón, yo amo a la princesa Grecia, desde la primera vez que la vi en esa fiesta supe que era la indicada, ahora voy en camino a su reino para casarme con ella, o quizás ahora mismo esté casándome.
Se que tal vez estoy siendo egoísta, conozco tus deseos y se que no quieres ser reina y no lo hubieses sido de ser por mi partida, pero se que eres fuerte e inteligente, serás una buena reina, mejor de lo que yo pude haber sido para nuestro reino.
Espero que algún día puedas perdonarme.
Larga vida a la futura reina de Graceville.
Con amor, tu hermano."
- Mamá. - Dice con lágrimas en los ojos.
- ¿Que sucede?
Elena le da la carta a su madre, ella la lee detenidamente y se la da a su padre.
- Te desobedeció, se fue para casarse con la princesa. - Dice la reina.
- Renunció a su derecho al trono. - Dice el rey mirando a Elena. - Ya debe estar en Waterfalls, no hay nada que podamos hacer. - Dice arrugando la carta.
Elena sale del gran salón, se encierra en su habitación y comienza a llorar.
- Elena. - Dice su madre con una dulce voz mientras toca la puerta.
- No quiero hablar con nadie.
- Abre la puerta Elena.
Elena limpia su rostro, suspira y abre la puerta.
- Tu padre quiere darte el título lo antes posible, sino el pueblo podría comenzar a temer que no haya un heredero.
- ¿No hay alguien más que pueda tomar mi lugar?
- Me temo que eres la única que puede reinar, de lo contrario las tierras se dividirán entre los cuatro reyes restantes, es un acuerdo que hicieron los cuatro reyes con tu padre, si uno de ellos o sus descendientes directos no reinan entonces las tierras pasaran a dividirse, es para evitar que las familias se maten entre sí para obtener la corona, eso fue lo que pasó en el pasado y por eso el pueblo sufría. Cariño, tienes una gran responsabilidad y sé que harás lo correcto.
Elena asiente con la cabeza mientras limpia una lágrima en su mejilla.
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Las doncellas terminan de arreglar el cabello de Elena, ella toma su corona de flores y se la pone frente a su espejo, su madre la admira desde la puerta.
- Eres muy hermosa.
- Gracias madre. - Suspira.
- ¿Sucede algo?
- Quisiera que Philip no se hubiera ido, siento un enorme peso sobre mí desde que se fue.
- Tranquila cariño, todo va a estar bien, un día seras una gran reina.
- Todos dicen eso, pero nadie lo sabe con certeza ¿Y si me equívoco?
- Todos nos equivocamos cielo. - Dice su madre acariciando su rostro. - Un error puede enmendarse, a demás son una lección, debes aprender de ellos para no cometerlos nuevamente.
Elena toma una de las manos de su madre, la lleva hasta sus labios y le da un beso.
- No voy a decepcionarte, no como Philip.