Crown

Capítulo 5

Es una mañana fría, el sonido de un caballo cabalgando interrumpe el silencio de la mañana, un mensajero ha llegado al castillo, al llegar a la plaza de inmediato es llevado ante el rey para entregar el mensaje, el rey Gerard se prepara para abrir la carta proveniente de Clayford, sabe perfectamente lo que es, con sus manos temblorosas rompe el sello, abre la carta para leerla con detenimiento.

Viejo amigo, las noticias que llegan a mí no son muy alentadoras, parece ser que has elegido ya un lado, desafortunadamente no es el mío, quiero advertirlo una vez más por si no entendiste la última vez, si no te unes a nosotros tu reino será destruido, tú y tu familia serán ejecutados en un juicio público, en esta guerra no habrán prisioneros, regresa a tu reino esas tropas que enviaste y olvidaré todo esto, únete a mí y venceremos, tienes hasta mañana antes de la batalla para decidir, piensa en lo mejor para tu reino y tu familia.

El rey arruga la carta para arrojarla al fuego, en cuestion de segundos se vuelve cenizas, todos los que están allí reunidos lo ven atentamente, el mensajero es escoltado fuera del castillo antes de que el rey diga una sola palabra.

- ¿Cuál es el estado actual de las tropas que fueron enviadas a Graceville?

- Ya tuvieron que haber llegado su majestad, aún esperamos al mensajero. - Responde uno de los caballeros.

- Infórmeme de inmediato cuando esté aquí.

- Sí, su magestad.

- Hoy quiero que convoquen al pueblo a la plaza, tengo un anuncio que hacer, los quiero allí al medio día, todos detendrán sus labores para asistir.

- Enviaré sus órdenes de inmediato su magestad.

En otra parte del castillo Elena entra en los establos, dentro hay varios caballos, todos muy hermosos, cada uno tiene un lugar lleno de eno y un contenedor con agua, los caballos sacan la cabeza para poder ver quien se ha acercado a ellos, todos son muy amigables, cuando se acerca se pone junto a ellos para poder acariciarlos.

- ¿Se le ofrece algo su alteza? - Pregunta un mozo.

- ¿Podría preparar un caballo para mí?

- De inmediato. - Dice tomando una silla de montar.

El mozo prepara el caballo con mucho cuidado, pone cada cosa en su sitio, revisa al finalizar dos veces que todo esté en orden, el último mozo que cometió un error fue enviado al calabozo durante tres meses, él no quiere ser el siguiente.

- Gracias ¿Podría ayudarme a subir?

El mozo se acerca a la princesa para ayudarla a subir con delicadeza, ella le agradece asintiendo con la cabeza, el caballo comienza a trotar cuando Elena da la orden.
En los alrededores hay majestuosas montañas, las cuales albergan las mas bellas flores, algunos animales salvajes como venados y lobos, las aves que habitan los alrededores del castillo cantan sus distintas y bellas canciones, el día es soleado, perfecto para hacer cualquier actividad al aire libre, Elena siente el viento acariciando su rostro el cual peina su cabello suelto hacía atrás, en el lugar donde se encuentra ahora no se ve nadie, parece estar sola, pronto le ordena a su caballo detenerse, lágrimas de decepción y arrepentimiento salen de sus ojos, ruedan por sus mejillas y caen en la falda de su vestido, intenta reprimir sus emociones, sus sollozos se escuchan cada vez menos, procura respirar hondo para calmarse, a unos metros de ella una joven serpiente se arrastra en su dirección, el caballo al ver a este animal se espanta, se levanta en dos patas dejando caer a Elena al suelo, el caballo en un abrir y cerrar de ojos comienza a correr lejos de allí para ponerse a salvo.

El príncipe Charlie quién desde muy temprano salió a cazar conejos regresa al palacio en su caballo, a lo lejos ve a una chica en un caballo, no toma mucha importancia a la escena pues estaba muy ancioso de volver a casa, sin previo aviso el caballo relincha y se para en dos patas dejando caer a la chica, este se apresura para poder ayudar a aquella joven, al llegar a la escena baja de su caballo, Elena levanta la mirada, ambos se reconocen al instante, él nota que la serpiente se dirige hacía ella, toma su espada y sin una palabra la clava en el venenoso animal, Elena cierra los ojos con mucha fuerza al presentir que el príncipe va a dañarla, cuando abre sus ojos ve a la serpiente partida en dos en el suelo, ella en ningún momento la notó, el príncipe guarda la espada y le extiende su mano para ayudarla a ponerse de pie, ella de forma rápida lo hace.

- Usted salvó mi vida. - Dice Elena incrédula. - Gracias su alteza. - Dice tratando de hacer una reverencia.

El dolor en su cadera incrementa mucho, seguramente mañana tendrá un gran moretón por esa caída, se frota inconscientemente el costado.

- No tiene por qué agradecerme princesa, es un honor poder salvarla. - Sonríe. - ¿Se encuentra bien?

- Sí, solo son un par de moretones y raspones, no es nada.

- Usted es increíblemente fuerte y valiente si me permite decirle, cualquier otra doncella estaría quejándose del dolor y pidiendo atención médica.

- No es para tanto, he recibido peores golpes cuando estoy entrenando para pelear cuerpo a cuerpo, mi padre siempre quiso que fuese la mejor.

- No me lo puedo imaginar, una mujer tan hermosa como usted en una armadura, seguramente podría vencerme con facilidad.

- Quizás algún día lo descubra.



#44372 en Novela romántica
#11923 en Joven Adulto

En el texto hay: caballeros, princesa, guerra

Editado: 09.09.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.