Capitulo uno

Nunca me he sentido completamente a gusto en mi piel. Mi reflejo en el cristal empañado del pequeño apartamento donde vivo muestra a una mujer de 22 años, con el cabello castaño oscuro siempre recogido en una coleta desordenada y unos ojos azules que parecen haber visto demasiado. Mi piel es clara, con una textura que parece hablar de noches sin sueño y días interminables. A pesar de los años, la pobreza y la tristeza han dejado su huella en mí. No tengo ninguna de las ropas que solían adornar mi armario cuando vivía con mis padres, pero no las echo de menos. Esa vida no era para mí.

El aroma del café recién hecho y el crujido de los croissants son mi refugio mientras trabajo en esta cafetería en el centro de la ciudad. Me muevo entre las mesas con una agilidad que he perfeccionado con el tiempo. A primera vista, parece un lugar sencillo, pero para mí, es el único lugar que me ofrece una sensación de normalidad y una oportunidad para distraerme de los recuerdos que persiguen mi mente.

Mi familia siempre fue una contradicción constante. Mi padre, Hugo Savino, era un hombre que parecía estar en la cima del mundo cuando era más joven. Recuerdo cómo su orgullo crecía con cada éxito que parecía alcanzar, cada nuevo coche, cada casa de lujo. Nos trataba como si fuéramos una extensión de su éxito, pero la verdad era que mi madre, quien murió cuando yo era pequeña, nunca me mostró el amor que necesitaba. Sus ausencias pesaban más que cualquier riqueza material.

Pero la fortuna de mi padre comenzó a desmoronarse de manera tan abrupta como había subido. Los rumores sobre su caída fueron tan rápidos como el ascenso. De repente, todo cambió. Los lujosos vehículos fueron reemplazados por coches de segunda mano, y la casa que una vez fue un símbolo de poder se convirtió en una sombra de lo que era. Mi padre, un hombre que siempre se había sentido invulnerable, se encontró en medio de un naufragio financiero, y nosotros, su familia, nos hundimos con él. Todo esto mientras él repetía la misma mentira sobre cómo "los tiempos eran difíciles" pero sin nunca explicar lo que realmente ocurrió.

Siempre sospeché que hubo algo más detrás de la caída repentina, una verdad oculta entre los papeles que mi padre nunca compartió. Sin embargo, todo lo que importaba era la realidad que me tocaba enfrentar ahora. Con 22 años, estoy en la recta final de mi carrera de Medicina, realizando mi servicio social. Los trabajos en hospitales, que debería haber estado persiguiendo, se me escapan, así que aquí estoy, sirviendo cafés y sonriendo a los clientes mientras trato de olvidar las preocupaciones que persiguen mi mente.

Trabajo en la cafetería de 12 a.m. a 8 p.m., y luego me dirijo al hospital de 9 p.m. a 5 a.m. El tiempo restante lo uso para dormir, cuando finalmente logro encontrar algo de descanso. Mi vida se ha convertido en una serie de días repetitivos, interrumpidos solo por el aroma del café y las charlas triviales con los clientes. Sin embargo, en mi corazón, sigue existiendo una inquietud persistente. ¿Cómo pudo alguien como mi padre, que parecía tenerlo todo, perderlo tan repentinamente? Y más importante aún, ¿qué secretos guardan las sombras de su pasado que aún no he descubierto?