Cruzada de Sangre - Presagios #3

Capítulo 13

El ambiente se tornó denso entre ambos mientras guardábamos silencio. La bruja comenzó a reírse ante lo que acababa de escuchar.

 

—Sí, es mi hijo y del hechicero oscuro...

 

Aprieto los labios conteniendo mis sentimientos. No puedo culpar a Víctor de aquello ya que si alguna vez quiso a esta mujer fue en su vida anterior, sin embargo ¿Por qué siento como si me hubieran arrebatado algo?

 

—Vaya —murmura Víctor con una sonrisa irónica, sus ojos oscuros la miran con odio—. Un hijo que fabricaste sin amor solo para reemplazarme, esa debe ser la razón por la cual lo ocultaste de mi, necesitabas de alguien que manejara la espada Tenebris en caso de mi muerte.

 

—Sí, pero algo fallo, no es capaz de usar la magia como tú, además que me ha traicionado colocándose de su lado —señaló perdiendo la calma—. Tendré que matarlo junto con todos ustedes.

 

—No te atrevas, madre —la amenazó Daniel—. Sabes perfectamente que esta espada aunque sea una sombra de Tenebris es capaz de matarte.

 

La mujer borró de inmediato su sonrisa contemplándolo con asco, aunque quien le habla sea su hijo sus ansias de matarlo son claras. Quita el cabello largo y suelto que cae sobre su rostro, pero vuelve a sonreír en forma inquietante y burlesca. Levantando ambos brazos y dejando su pecho libre.

 

—Vamos, inténtalo —lo insta a atacarla.

 

—No lo hagas —agrega Víctor con adustez—. Es solo una sombra, no podrás herirla desde aquí.

 

La bruja se cubre el rostro riéndose.

 

—Que escena más tierna padre e hijo, lástima que deban ¡morir aquí! —se lanzó contra todos.

 

Pero su ataque fue retenido por las raíces de los arboles que se enroscaron en todo su cuerpo dejando solo su cabeza libre, intentó liberarse pero la sostienen con tal fuerza que le fue imposible.

 

—¡Arístides! —indicó Francisca dándonos a entender que él es quien controla a los arboles.

 

—¡Francisca, no te quedes parada! —le gritó mientras mantiene sus dos manos sobre la tierra, tal vez es la forma como puede controlar a las raíces y ramas del bosque a nuestro alrededor.

 

—¡Sí! —respondió de inmediato.

 

Saco su báculo que giró señalando amenazante a la bruja quien la observó con ira.

 

—Sé que esto no te matara pero interrumpirá tu conexión con la sombra que muestras en este lugar ¡Desaparece! —y una fuerte luz salió de su arma atravesando a la bruja que dio un grito antes de disolverse su cuerpo tal y como una fotografía en una llama de fuego.

 

—El báculo de Tempus es un arma increíble —señaló Cristóbal—.  Ahora —se volteó serio hacia Daniel—, explícanos que significa eso de que eres hijo de Víctor, y que paso con Ellen.

 

—Eres un hijo de fabrica ¿No es así? —preguntó Víctor con seriedad.

 

Daniel no respondió solo volteó la mirada.

 

—¿Qué es eso de "hijo de fabrica"? —pregunté a Víctor sin entender el porqué lo llama de esta manera.

 

—Que no es procreado como tal, sino algo así como los humanos llaman clonación —respondió sin alejar su atención de Daniel—. Las brujas no pueden dar vida, y es por eso que con magia oscura y prohibida crean criaturas en unas especie de fabricas, monstruos, e incluso a lo que llaman "hijos" que es cuando juntan su propia sangre con la de otro ser.

 

—Sí, yo soy una de esas criaturas —señaló Daniel más tranquilo aunque no puede borrar lo doloroso que tal vez le resulta ser un hijo de esta manera.

 

No pude evitar mirarlo con compasión pero luego volqué mi atención hacia Víctor quien se ve sumamente molesto, con su semblante tenso y sus ojos oscuros observando al piso como si buscará una forma de controlar su estado de ánimo.

 

—Parece que la noticia no fue muy agradable —agregó Daniel arrugando el ceño.

 

—No —respondió Víctor con rudeza—. Que esa bruja juegue con otras vidas usándome no me parece justo para ti.

 

Daniel sonrió levemente aunque no pude notar si fue sincero o no.

 

—¿Entonces como te presentaste como el hijo de Ellen e incluso tomaste posesión del clan? —preguntó Cristóbal cruzando los brazos, es claro que eso le molesta.

 

—La bruja, mi madre, la hipnotizó estaba en un estado confuso luego de que había sido vencida por ustedes, era justo la oportunidad que buscaba mi madre, le hizo creer que yo era Daniel, su hijo, a quien años antes la bruja asesinó. Utilizando mi control mental pude manipular sus recuerdos haciendo que el rostro de su hijo fuera reemplazado por el mío. No fue difícil engañar a los demás ya que Daniel nunca vivió junto a Ellen. Quienes podían reconocerme como Samanta, o Vanessa, una ya había fallecido y otra esta fuera del país en un rumbo desconocido.

 

—Si no te llamas Daniel ¿entonces cuál es tu nombre? —preguntó Francisca endureciendo su expresión.

 

—Soy Astherus —respondió con la misma seriedad.

 

Francisca no agregó nada más pero su rostro se tensó aun mas. Nicolás carraspeó llamando la atención de todos que estaban sumidos en sus propios pensamientos.

 

—Deberías movernos ya antes de que la bruja se recuperé y vuelva a atacarnos —agregó.

 

—Hay que destruir los restos de su cuerpo original —señaló Astherus—. Sé en donde se encuentra, en lo que antes fue tu castillo —se dirigió a Víctor quien lo observó sorprendido.

 

—Pensé que había sido destruido —arrugó el ceño.

 

—Fue reconstruido por la bruja ¿No es así? —agregó Cristóbal—. Hemos recibido informaciones al respecto.

 

—Así es —confirmó Astherus.

 

—Bien, entonces vamos a ese lugar, tenemos información de que aun el ejército creado por la bruja es escaso por lo que no debería ser difícil llegar al castillo, ¡es ahora o nunca! —exclamó Francisca levantando la voz.




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