Cruzada de Sangre - Presagios #3

Capítulo 17

Al escuchar mi nombre contemplé a aquel hombre es muy similar a mi hermano Benjamín aunque se ve más maduro, y eso me hizo titubear por unos segundos. Pero luego recordé que Marcos me había dicho que han pasado diez años desde mi "muerte" por ello mi hermano siendo humano es normal que si han pasado diez año aquello se note en él. Su rostro cansado acentúa aun más su edad, aquello me inquieta. Sus ojos claros lucen sorprendidos y enrojecen mientras al parecer trata de contener sus lagrimas.

 

—Pero eso no puede ser cierto —sonríe con tristeza bajando la mirada—. ¿Quien eres criatura? ¿Como osas usar el rostro de mi hermana fallecida?

 

—Soy Catalina, Benjamín —dicho esto bajé del pilar soltando con cuidado al hombre que sostenía— . Yo nunca morí...

 

Arrugó el ceño preocupado observando a sus compañeros que se levantaban con dificultad del suelo. Luego me examinó con rapidez confundido ya que su rostro triste parece luchar con la dura expresión que intenta adquirir.

 

—Vi a mi hermana en ese ataúd y estuve presente cuando la incineraron... puede que seas una trampa, una carnada de la bruja o de aquel hechicero para descubrir nuestro escondite —habló con voz más ronca.

 

—Estuve en un ataúd pero no fue a mi a quien incineraron —respondí notando los rostros asustados y amenazante de los otros dos hombres que se acercaban a Benjamín.

 

—Lo siento, pero eso no me es posible creerlo —exclamó mi hermano dispuesto a atacarme.

 

Logré esquivarlo con facilidad, al igual que cada otro golpe con el que intento vencerme, aun cuando es más ágil que antes al parecer yo también lo soy. Los otros dos se acercaron dispuestos a ayudarlo.

 

—¡No se metan en esto! —les gritó Benjamín—. Esto es una pelea entre yo y...

 

Pero no pudo continuar con sus palabras ya que la tristeza pareció invadirlo y sus lagrimas se asomaron en su rostro. Apretó los dientes intentando calmarse. 

 

—No es justo... ¡No es justo que utilicen la imagen de mi hermanita! —exclamó con rabia.

 

Dio un golpe certero que logré detener, y le respondí empujándolo con fuerzas y tirándolo al suelo, antes de que logrará pararse me subí encima de él reteniendo sus manos contra el suelo.

 

—¡Soy yo! Soy Catalina, tu hermana, la menor que quebró un vidrio en casa con una pelota y tu asumiste la culpa en mi lugar, la que odiaba el puré de papas y se escondía detrás del televisor porque juraba que los monstruos de la pantalla podían mirarla, con quien agujeraste un parlante creyendo que dentro de este encontraríamos a pequeños cantantes en miniatura —me miró tratando de mantener el ceño arrugado aunque estaba siendo afectado por mis palabras—.  Y tu eres mi hermano mayor el que juraba protegerme toda la vida, aquel niño que rayaba sus cuadernos con dibujos, que un día vio una película de terror y me pidió "asilo" en mi habitación porque juraba que el demonio le tiraba las mantas de la cama, el que se comió una bolsa enorme de snach  y al otro día casi vomito hasta el alma, a quien mi mamá llevo a rapar la cabeza y al otro día intento ir con gorro a la escuela en pleno verano...

 

Dejo de luchar dejando fluir sus emociones con libertad, lo solté y me quede de rodillas a su lado, se levantó inclinando sus piernas y me contempló fijamente tomando mi rostro con sus manos las cuales temblaban.

 

—Catalina —señaló—. Voy a creer que eres tú, creeré en tus palabras, es algo que te debo después de haberte hecho tanto daño en mi juventud, aunque tu estas igual que antes...

 

Apretó los ojos y sus lagrimas se deslizaron por sus mejillas.

 

Me había jurado no volver a ser una llorona pero me es imposible al ver a mi hermano llorar por mi y apoyando mi frente en la suya deje a mi emoción desbordarse. Benjamín al darse cuenta de esto me rodeó con sus brazos abrazándome con fuerzas.

 

—Nuestros padres estarán tan felices de verte, sufrieron tanto cuando les conté que habías muerto.

 

—¿Ellos saben que soy un vampiro? —le pregunté con angustia.

 

Movió la cabeza negativamente. Es una desilusión saber esto, temo su rechazo al darse cuenta de lo que soy, pero aun hay cosas que me inquietan aun más, y por ello tomando de los hombros a Benjamín le pregunto:

 

—¿Quien esta detrás de este daño? —apreté los dientes sintiendo que mis sentidos se intranquilizaban temiendo su respuesta—. ¿Es la bruja?... es ¿Víctor?

 

—Lo siento —murmuró—. Pero fue Víctor quien busco matar a todos los lideres de los clanes de vampiro, incluyendo a Cristóbal...

 

—Eso no puede ser así —moví la cabeza a los lados sin querer creer lo que escuchaba.

 

—Catalina —musitó Benjamín con tristeza—. Años después de tu muerte él desapareció, dejo a mi sobrina a cargo de Cristóbal y luego no supimos que paso hasta que el hechicero al mando de un grupo de criaturas atacaron a los clanes, y ese hechicero era Víctor. En solo años destruyeron todo, las ciudades han sido consumida por la guerra y los humanos se refugiaron cerca de la sede de los cazadores, luego se unieron algunos vampiros ya que la mayoría al mando de Ellen se quedaron en otro lugar. Las hadas están relegadas en sus terrenos pero con ellos mantenemos constante contacto.

 

Guarde silenció y tratando de verme más tranquila levante mi mirada.

 

—¿Como esta Millaray? —Y tuve un miedo peor el escucharlo, mis manos temblaron el solo inevitablemente imaginarme lo peor.

 

—Ella esta bien —sonrió. Mi pecho se apaciguó en cierta forma al escucharlo decir eso, a pesar que aun sigue latente la supuesta traición de Víctor.

 

Benjamín se levantó del suelo analizando a nuestro alrededor con seriedad. Y me extendió su mano para ayudarme a levantar del suelo. Arrugó el ceño indicándole a sus hombres que debíamos retirarnos.




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