Sinopsis

Y el murmullo del viento se paseaba en las altas cumbres, como también en las colinas más menudas. Anunciando que pronto se aproximarían veloces ráfagas.

Era mediados de diciembre, cuando el ocaso más rojo y sangriento cubría el horizonte, cuando las ramas despojadas de sus hojas danzaban y golpeaban las ventanas.

—Hace 73 horas desde que Susana desapareció—mascullo el sacerdote con un pequeño libro en su regazo, los dedos entrelazados y la mirada baja.

La habitación era un solemne desastre, los cuadros se habían torcido y los pinceles salpicado pintura por doquier. Grace Mazzantini se frotaba las manos con demencia mientras contemplaba la leña ardiendo en el maldito fuego. Sintiendo el complejo de la culpa; sus labios se tornaban morados, su propia saliva jugueteaba a estrangularle la garganta e invadiendo sus pulmones un aire atónito resoplaba en su pecho.

Las fotografías de Susana Mazzantini aparecían a menudo en las primeras planas de los periódicos por ser una reconocida bailarina de Ballet y el orgullo de un maravilloso pueblo al norte de España; alejado de las altas temperaturas, escondido en lo profundo de magníficas montañas. Donde sus habitantes van abrigados, llevan gorros y guantes de lana, porque la niebla de la mañana cubre cada espacio y los rayos de sol se despiertan lentamente iluminado el horizonte...Excitando a cualquiera que quisiera vacacionar, lejos del bullicio de la ciudad ahí donde pocos acontecimiento son interesantes a divulgar.

Las estaciones tienden a dispersarse veloces como un voraz soplido humilla a las moribundas ramas de los árboles. Cuando los visitantes retornan a sus agitadas vidas, el pueblo retoma sus solitarias calles.

Una tarde ridículamente indiferente en la mansión de la familia Mazzantini; el sol iluminaba los pinos altos, los colibrís se revolcaban en las flores y por la ventana de la cocina se asomaba un incesante olor a jalea y a panecillos. La señora Grace Mazzantini, conocida por preparar las más suculentas exquisiteces en dulces de todo el pueblo, descubrió a su hija...

Cuando toda la realidad la desnudaba, se negaba a aceptarlo, caía lentamente junto a la sangre derramada en el suelo.

¿Quizás este era su destino? Surgían diferentes historias sobre lo ocurrido, pero ninguna acertaba ni se acercaba a lo que realmente había sucedido.

¿Cuál de las dos personas descubiertas hasta ahora, era aquella niña que corría por las calles con su vestido blanco y lazo rojo? ¿No podría ser ambas? ¿Cuál es Susana?