Cuando las estrellas se enamoran

Capítulo 1

Capítulo uno

𝟮𝟬𝟭𝟰

Mariam Valerotti

Hoy comienza una nueva temporada y seguimos viviendo el nuevo año, el invierno ya había acabado y un nuevo día se asoma por la ventana de mi habitación. Estaba muy emocionada por comenzar mi último año en la preparatoria, mientras los días de febrero pasan rápido; los días de dormir habían acabado.

Mi preparatoria era bastante básica, y las clases se habían retrasado un poco, no solía ocurrir nada fuera de lo común las cosas siempre estaban en su curso y no era muy interesante pasar todos los días allí, aunque mi motivo siempre fueron los estudios y nada más. En la preparatoria si hacían fiestas y ese tipo de cosas pero yo no era una chica de fiestas ni de alcohol, me consideraba una chica bastante responsable y sumamente comprometida conmigo misma. El alcohol y fiestas de preparatoria estaban en último plano.

A pesar de que yo era una chica hermosa me gustaba más pasar desapercibida, algo que era imposible; todos en la preparatoria me conocían pero me gustaba estar concentrada en mi única prioridad: estudiar y ser la mejor.

Me gusta cantar, enseñar, dar lo mejor de mi en todo, y que todo salga excelente, no soy muy amante a los animales, pero fan eternamente de las cosas tiernas.

Amo con locura lo cítrico y el chocolate para mí es lo más asqueroso que hay; soy bastante responsable, atenta y muy selectiva con la comida, malcriada, consentida, pero con un corazón de pollo, puedo parecer muy odiosa y quizás con algunas personas puede que lo sea, pero en realidad tengo mi corazoncito lleno para amar.

Los gritos de mi madre hacen que haga terminar con mi alisado de cabello más rápido de lo normal, estaba a buena hora, pero siempre me retrasaba bastante.

Me consideraba una chica preciosa, solía tener muchos complejos, solo a veces cuando mi ciclo menstrual estaba por venir, mi madre siempre me habló de aceptarme tal cuál soy con debilidades y fortalezas, y si los demás no lo aceptaban era su problema.

Era un poco malcriada y quizás un poco, pero muy poco consentida pero, tenía más virtudes que cualquier chica de mi edad -Sí lo sé demasiada autoestima-pero así era yo, sólo de vez en cuando.

Mamá entra apresurada a mi habitación mencionando mi nombre y hace que dé un salto haciendo que dañara el delineado de gato en mi ojo izquierdo haciendo que inserte la punta del lápiz en mi sien.

-Mariam, ¿qué estás esperando para bajar a desayunar? ni creas que te vas a escapar del desayuno, acelera el paso, pronto pasará el transporte. -dice mientras me da un beso y sale de mi habitación con su cartera en la mano y su uniforme de trabajo.

Mientras me limpio el pésimo intento de delineado de gato yo me inclino a tomar mi mochila y salir para bajar las escaleras al comedor donde estoy segura se encontraban mis hermanas desde muy temprano.

Mi casa no era exagerada, era de dos plantas y bastante amplia, las paredes al frente eran color beige oscuro con franjas blancas y ventanales de cristal, con lámparas a cada esquina color negro, en el interior el color de la casa relucía en blanco con escaleras de madera y decoraciones antiguas pero con clase, el comedor colinda con la entrada de la puerta y una cocina bastante amplia y cómoda, teníamos 6 habitaciones cada una ocupaba una y dos para los huéspedes, las habitaciones de mi hermana y mía contenían dos balcones lo cual dan vista a un hermoso paisaje y debajo algunas casas de la ciudad. Nuestra casa era hermosa, sofisticada y elegante como mamá.

- Buen día preciosura... -habla mi hermana mayor Darshel.

La miré con cara de duda eso me pareció sospechoso, sabía que había hecho algo, ella jamás era tan amable y de mañana menos. Me miró y bajó la mirada definitivamente había hecho algo así que ignorando su saludos pregunté...

-¿Qué has hecho Darshi? -demandé

Ella decidió quedarse callada.

Mamá entra al comedor lanzando tres besos ya debía irse al trabajo y nosotras respondimos su beso mientras la puerta sonaba para después escuchar el rechinar del auto de mamá.

- Vamos Darshi dile, no seas tan tonta, ¿qué es lo peor que podría pasar?- dice kelle mi hermana pequeña.

Darshel subió la mirada y me dió un puchero bastante estúpido

-Lo siento, lo siento, lo siento, fue sin querer, me descuidé y no quise derramar todo tú esmalte favorito, prometo comprarte uno esta misma tarde. -dice mientras observa sus uñas.

Estuve apunto de gritarle unas cuantas cosas inapropiadas para una dama como yo, no podía pero igual le haría saber que no puede usar mis cosas sin decirme y creer que todo estará de maravilla comprando uno nuevo.

Cuando intenté alzar mi voz la bocina del transporte escolar hizo eco en todo el comedor, ya debía irme pero esto no sé quedaría así, la fulmine con la mirada tomé mi mochila rápidamente y salí de casa;

Mamá ya se había ido a trabajar y Darshel se iba a encargar de llevar a Kelle al colegio, así que me apresure a tomar el autobús, mi nuevo ciclo escolar me esperaba y el cielo pintaba un gran día.

En mi familia había una pequeña tradición familiar es que la primera semana de clase tendremos que ir en el transporte público para así conocer amigos nuevos antes de entrar a la preparatoria, relacionarnos y estar más en confianza.

El viaje en el autobús fue bastante normal, no me sentía intimidada o algo así, sentí varias miradas pero nadie que llame mi atención, yo sabía cuál era mi posición era fácil de hacer amigos aunque tenía una reputación intacta en el colegio y todos siempre eran mis amigos con un fin, pero era difícil mantener esas amistades sinceras, no todos se aguantaban mis caprichos, mis malcriadeces y mi lloradera. Los minutos transcurrieron rápido y para cuándo menos espere ya habíamos llegado.




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