Lucas:
Estaba en la cocina bebiendo agua cuando siento que llega la amiga de mi madre y sus hijos, así que me dirigí a la sala. Al llegar, me fijo en la amiga de mi madre y luego en sus hijos, los cuales resultaron ser Jeremy y Lia. Vaya grata coincidencia.
– Miren, ella es mi hija Alisia y él, mi hijo Lucas – nos presentó a mi hermana y a mí a las visitas.
– Ya mi hermana y yo conocemos a Lucas, señora. Es mi compañero de aula y mi amigo también – dice Jeremy.
– ¡Ay, qué casualidad! Pero qué bueno es que se lleven nuestros hijos – suelta mi madre ante el comentario de Jeremy.
– Sí, eso es bueno – responde la madre de Lia y Jeremy.
– Bueno, ¿por qué no vamos a comer? – propone mi madre.
– Sí, está bien – responde la madre de Jeremy y Lia.
Cuando terminamos de comer, nos fuimos a la sala. Mi madre se quedó en la cocina haciendo café para acompañar unas galletas. Después de un rato, ella viene con las galletas, el café y se sienta.
– Bueno, Lucas, ¿por qué mientras nosotras nos ponemos al día, los chicos y tú van a la sala de juegos? – propone mi madre.
– Está bien, mamá – respondí mientras todos nos parábamos de la mesa.
– Chicos, vamos – dije y les hice seña para que me siguieran. Al llegar a la sala de juegos, nos sentamos.
– ¿Qué hacemos? – preguntó Jeremy.
– ¿Y si jugamos un rato fútbol en la Play Station? – le propuse.
– Qué va, jueguen ustedes, yo paso – soltó Lia.
– Y yo no me gusta – dice también mi hermana.
– Bueno, entonces jugamos yo y Lucas – respondió Jeremy.
– Sí, entonces jugamos nosotros dos – solté yo.
– Okey, Lia, ¿por qué tú y yo no vamos al minibar y conversamos un rato? – le propuso mi hermana a Lia.
– Sí, vamos – ella se fue junto con mi hermana mientras Jeremy y yo jugamos en la Play.
Lia:
Alisia y yo nos fuimos al minibar y ella preparó unos cócteles para las dos.
– Y, ¿qué tal te pareció Lucas cuando lo conociste, Lia? – me preguntó Alisia.
– Que era un bad boy – respondí a Alisia.
– Vaya, pensaste bien. Él sí es el típico bad boy al que a casi todas las chicas les gusta – suelta para empezar a reírse junto conmigo.
– Alisia, tú no sales mucho, ¿verdad? – le pregunté.
– No, ese ambiente no es el mío – responde simplemente.
– Mm, ¿y tú vas a nuestra escuela? ¿En qué curso? – le pregunté curiosa.
– Sí, sí voy a la misma escuela. Estoy en el primer año – contestó sonriendo.
– Ah, okey – le digo sonriendo.
– Oye, ¿qué te parece si en la escuela andas conmigo y mis amigas? – le propongo.
– Sí, sí me parece bien – responde sonriendo.
Después de un rato de charla entre ella y yo, decidí ir al baño.
– Ahora vuelvo – le digo a Alisia para dirigirme hacia el baño.
Cuando terminé de hacer mis necesidades, me comencé a lavar las manos. Mientras me las estaba lavando, siento que tocan la puerta y, al abrirla, veo a Lucas.
– ¿Qué haces aquí? – le pregunté seria.
– Quería verte – contestó, cerrando la puerta del baño y echando el pestillo.
– ¿Qué crees que haces? – le pregunté nerviosa, ya que se estaba acercando cada vez más.
– Nada malo – responde, acercándose a mí, pegándome contra la pared del baño mientras me estampa un beso.
Al principio no correspondo, pero al final cedo, pasando mis brazos sobre su nuca mientras sus manos me agarraban por la cintura para pegar más nuestro cuerpo. Nos separamos unos segundos para coger aire, pero antes de decir una palabra, me volvió a besar con fiereza y deseo. El beso se intensificó, introdujo su lengua en mi boca, haciendo una danza contra la mía. Bajó sus manos a mis muslos para alzarme, yo enrollé mis pies a su cintura y en ese momento alguien toca la puerta. Rápidamente me bajé y nos separamos algo agitados.
– Lia, ¿estás ahí? – escuché a mi hermano decir al otro lado de la puerta.
– Sí, estoy aquí – contesté a su llamado.
– Ya nos vamos, apresúrate – respondió.
– Sí, ya voy – dije por última vez y sentí que se alejaba. En ese momento, Lucas me cogió de la cintura y me atrajo hacia él.
– Creo que ya me voy, con tu permiso – digo intentando soltarme, pero me atrajo hacia él y me besó. Beso que correspondí inconscientemente, pero me separé rápido.
Para bajar, estaban esperando por mí en la sala y cuando me ven llegar, se paran para despedirse.
– Bueno, amiga, fue un gusto volver a verte. Ya nos vamos, chao – mi madre se despide con un saludo.
En eso, me fijo que Lucas está bajando las escaleras y no pude evitar ver sus labios y me sonrojo. Todos nos dirigimos a la puerta para irnos.
– Bueno, hasta la próxima – dice la madre de Lucas despidiéndose de nosotros.
Lucas y yo no nos dejamos de mirar hasta que me di la vuelta y me fui al auto con mi hermano y mi madre. En todo el camino no dije nada, solo pensaba en lo que había pasado en el baño con Lucas. Ese beso entre él y yo había sido diferente a los otros que nos habíamos dado antes; este fue lleno de pasión y deseo. Al llegar a casa, me di un baño y me acosté a dormir, aunque no dejaba de pensar en lo que había pasado entre él y yo.
A la mañana siguiente, me preparé para ir a la escuela. Me puse un mini short de mezclilla azul, una blusa corta de color negro, una chaqueta de cuadro con mangas cortas en color rojo y negro. Al terminar de prepararme, bajé, desayunamos en familia y luego mi hermano y yo nos fuimos para la escuela. Al llegar, vi a Alisia bajar del auto de Lucas para venir a saludarme y más atrás, él...
Lucas
Ella salió del baño de la casa después de ese último beso, mientras yo me echo a reír, aunque no puedo dejar de pensar en el beso que nos dimos, ni en ella. Al bajar las escaleras, ella posa sus ojos en mí y yo en ella, hasta que no sale por la puerta no la dejo de mirar. La verdad es que esta chica me está volviendo loco.
Después de que se fueran, me doy una ducha de agua fría, para después irme a dormir, aunque en toda la noche no dejo de pensar en ese beso intenso que nos dimos.
A la mañana siguiente, me preparo para irme. Me pongo un pulóver negro, con unos vaqueros del mismo color y unas botas negras también. Bajo a desayunar y al terminar, mi hermana y yo nos fuimos para la escuela. Al llegar, nos bajamos y mi hermana ve a Lia, así que se va a acercar a saludar y más atrás voy yo.
– Hola, Lia – la saluda mi hermana al llegar.
– Hola – dije yo simplemente.
— Hola, Alisia. Hola, Lucas – responde ella al saludo.
Ellas entran a la escuela después de hablar un rato, mientras yo y Jeremy nos quedamos hablando.
– Anoche me besé con tu hermana – le cuento a Jeremy.
– ¿Qué, de verdad? – me pregunta sorprendido.
– Sí, la verdad no fue el primero, pero este, a diferencia de los otros, fue diferente – respondí y él se echó a reír un poco sorprendido.
– Cierto, no fue el único. Se habían besado anteriormente también, pero, ¿este beso qué tuvo de diferente a los otros? – suelta Jeremy aún sorprendido.
– Que este beso lo correspondió con el mismo deseo que yo – respondo ante lo dicho por él.
– Quién lo diría, mi hermana, la difícil, está cayendo bajo tus encantos de seductor – suelta, echándose a reír, y yo hice lo mismo.
Luego de un rato, nos fuimos al salón de clases hasta que fue la hora de recreo. Cuando estaba en la cafetería, vi a Lia conversando con sus amigas, entre ellas mi hermana, y en un momento rápido cruzamos miradas. En ese instante, ella se levanta y sale de la cafetería y voy tras ella. Al salir, la vi recostada en un lado de la pared mirándome...
Lia:
Cuando entré con Alisa, se las presenté a mis amigas y después de estar hablando con ellas por un rato, me fui al salón de clases hasta que fue la hora del recreo.
– Chicas, tengo que contarles que me besé con Lucas – les comenté a las chicas cuando nos sentamos todas, incluyendo a Alisia.
– ¿Qué? – sueltan todas a la vez.
– Sí, y no fue el primero, pero este, a diferencia de los otros, fue muy diferente – les digo un poco incómoda.
– Pero, ¿cuándo fue? – me preguntó Vaneza.
– Fue ayer. Fui a una cena en su casa, fui al baño y ahí nos besamos. Pero también nos besamos en la fiesta que hubo en su casa, cuando fui a un bar con mi hermano y también en la fiesta de la piscina – le respondí. Ellas se quedaron de piedra.
– Pero, ¿qué fue lo diferente en este beso de los otros? – preguntó Alisia curiosa y sorprendida.
– En que este beso le correspondí con el mismo deseo que él me besó y creo que me gustó. Lucas me atrae – le contesté.
– Dios, no me lo creo – suelta Alison sorprendida.
En un momento crucé mirada con él.
– Disculpen, chicas, ahora regreso. Sí, voy a salir un momento – me levanté mirando a Lucas, el cual estaba con sus amigos en una mesa cercana. Salí del comedor y me recosté a un costado de la pared para esperarlo. Él salió por la puerta y, al darse cuenta que estoy recostada a un costado, se viró para mirarme a los ojos.
– ¿Por qué me besaste anoche? – le pregunté directamente.
– Porque quería besarte, tenía ganas. Y tú también, porque no te resististe a que te besara – suelta en un tono sarcástico y me coge de la cintura para intentar volverme a besar.
– Ni se te ocurra – lo detengo a medio camino, virando la cara para que no me besara.
Y menos mal que en ese instante sonó la campana. Me separé rápido de él y fui al aula...
Lucas:
La campana sonó y ella aprovechó para escapar. Esta chica me va a volver loco. Sin más que esperar, voy a la cancha de fútbol, ya que tocaba entrenamiento. Después de un rato esperado, el profe llegó. Iniciamos el entrenamiento haciendo varios ejercicios de precalentamiento.
Luego de un largo rato entrenando, el profe nos dio un descanso de 30 minutos, en el cual los chicos fueron a la cafetería, pero yo me quedé en la cancha para seguir entrenando. Después de unos minutos de entrenar yo solo, sentí la puerta de la cancha abrirse. Me giré y vi a Sofía, una de mis conquistas. Se acerca a mí y me va a dar un beso, el cual rechazo.
– Cariño, ¿por qué no me has buscado más? Te he extrañado – dice, rodeándome el cuello con sus brazos, pero yo la aparto.
– Te dejé muy claro que no me interesas, Sofía. No insistas más, solo fue cosa de una noche – le respondí molesto por su insistencia.
– Pero, amor... – no termina de hablar porque la puerta de la cancha se abrió, interrumpiéndola. Ella y yo nos fijamos a ver quién había entrado y era Lia...
Lia:
Cuando terminé la última clase, fui a la cancha de fútbol. Al entrar, me convertí en el centro de atención de Lucas, el cual estaba con una chica, la cual giró su cabeza para verme con indiferencia, lo que causó cierto grado de incomodidad.
– Disculpen, ¿interrumpo? – les pregunto, acercándome a ellos.
– Sí, cariño, nos estás interrumpiendo – suelta, intentando ser simpática, forzando una sonrisa que solo duró segundos.
– Ah, entonces me... – no termino la frase ya que Lucas me interrumpe.
– No interrumpiste nada. Sofía ya se iba – suelta él, mirando a la tal Sofía.
Dirijo mi mirada a la chica, la cual, echa una furia, me rodeó y soltó una maldición antes de dirigirse a la puerta y salir. Cuando fui a mirar otra vez a Lucas, no me dio tiempo a reaccionar porque me estampó un beso...
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Editado: 12.09.2025