Lia:
– ¡Surpriseeeeeeee!...
Gritó una chica de pelo castaño, tez blanca y ojos azul cielo, a la cual rápidamente reconocí como mi prima Samantha Suárez. Iba vestida con un jeans negro, un top de ese mismo color y por encima una chaqueta color blanco.
– ¿Qué haces aquí? – le pregunté mientras me acerco a ella para abrazarla y ella me corresponde.
– Tu madre no les contó. Estaré aquí por un tiempo, ya que mis padres se tuvieron que ir de viaje por su trabajo y como yo no quise ir, pues me quedaré un tiempo con ustedes. Para ser exacta, casi dos cursos – respondió separándose de mí y entrando con sus maletas.
La verdad es que la hermana de mi madre, o sea mi tía Jessica, es investigadora y científica, junto con su esposo Andi, y tienen que estar viajando. Mi prima es un año menor que yo, va en primer año.
– Así que te quedarás a vivir un tiempo – le pregunté curiosa mientras cerraba la puerta y me sentaba al lado de ella en el sofá.
– Pues sí – contestó con una sonrisa en el rostro.
– Eso es genial, Sam – comenté volviéndola a abrazar.
– Y tu hermano, por lo visto, iban de salida – preguntó separándose de mí y sonriendo.
– Mi hermano está arriba arreglándose. Íbamos a ir a una fiesta juntos, pero ya que estás aquí, mejor me quedo viendo una peli contigo – le respondí sonriendo.
– Oh no, no hace falta. Ve a divertirte, yo de todas formas tengo que organizar mis cosas – me comentó sonriendo.
– Oh no, Sam, yo me quedo contigo y así charlamos un poco y te ayudo. Insisto, no está en discusión, okey – le digo con una sonrisa en mi rostro.
– Okey, ya sé que no te voy a convencer de que no te quedes – dice en forma de rendición.
– Samantha – se escucha a mi hermano hablar, llamando la atención de Samantha y mía. Ella sonríe emocionada y se para a abrazar a mi hermano que estaba parado enfrente del sofá.
– ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste? – pregunta mi hermano separándose.
– Me vengo a quedar una temporada con ustedes y llegué hace unos minutos – responde sonriendo y volviéndose a sentar a mi lado.
– Ah, okey. Yo iba a una fiesta con Lia y la verdad no me la quiero perder, así que me voy. Lia, ¿tú vienes o te quedas? – comenta mi hermano algo apenado pero a la vez feliz.
– No, yo me quedo con Sam – le respondí. Él asintió y se fue.
– Bueno, me quiero dar una ducha, así que me indicas dónde queda el baño – me dice Sam, a lo que yo asiento. Me paro para indicarle el baño y la habitación de huéspedes en la que se quedaría.
Mientras se duchaba, yo me cambié e hice algo de comer. Luego ella bajó y nos sentamos a comer. Después de eso, nos fuimos a mi habitación. Nos pasamos el resto de la noche charlando y contándonos las cosas que habíamos hecho desde que nos separamos, porque se fue de la ciudad donde vivíamos.
Le conté las cosas que habían pasado entre Lucas y yo. La verdad es que creo que me está empezando a gustar. Nunca creí sentir esto por alguien, pero desde que él llegó a mi vida todo ha cambiado y eso no me gustaba, ya que yo no quería sufrir por amor.
Ella me dijo que eso algún día me iba a pasar, que era parte de la vida, y la verdad es que tiene razón. Pero si él no siente lo mismo que yo, voy a sufrir mucho, por eso no se lo voy a decir. Eso será lo mejor para mí.
Luego de charlar tanto con ella, nos fuimos a dormir. Ella se quedó a dormir en mi cuarto. A la mañana siguiente me desperté super temprano; eran las 6:30 am. Mi prima seguía dormida, así que no la despertaría. Me levanté y me dispuse a asearme.
Cuando salí del baño, me fui a mi habitación a vestirme. Mi prima seguía dormida como un tronco, así que no hice mucho ruido para no despertarla. Cogí un juego de un top blanco que me quedaba por encima del ombligo, un short corto de este mismo color y unos botines también de ese color.
Después de vestirme, bajé a la cocina para preparar el desayuno y cuando terminé, vi a mi prima que bajaba ya arreglada. Le dije que se sentara a desayunar. Mientras desayunábamos, me propuso salir a dar una vuelta, así que cuando terminamos de desayunar, le dejé una nota a mi hermano y su desayuno. Así que cogimos las cosas y nos fuimos al centro.
Llamé a las chicas para vernos en un centro comercial y ahí nos vimos. Les presenté a mi prima y les cayó super bien. Luego nos fuimos de compras, fuimos a un restaurante, a un parque de diversiones, al cine... Pasamos un día maravilloso.
Lucas:
Desde el día de la pijamada, apenas veo a Lia. No hemos cruzado ni una palabra desde ese día. Me estoy volviendo loco, no sé lo que me pasa. Creo que estoy enamorado de ella.
Eso es lo que más miedo me da, ya que cuando tuve una relación seria con una chica de la que me enamoré de verdad, salí lastimado de una manera tan fuerte que juré no volver a enamorarme.
Pero algo cambió. Lia tiene algo que hace que me enamore de ella y, aunque tenga algo de miedo, creo que esta noche en la fiesta que estoy haciendo le voy a decir todo lo que siento por ella.
Llegan las 8:00 pm. Me doy una ducha y me pongo un jeans negro, un pulóver Balenciaga blanco y unas botas negras. Ya cuando termino de arreglarme, bajo a la sala.
Las personas ya empezaron a llegar. Saludo a algunos para después ir a la cocina por un vaso de cerveza. Las chicas se me empiezan a acercar y las rechazo a todas.
Estoy esperando a que Lia llegue para poder hablar con ella y, después de un rato, veo a Jeremy, así que me acerco a saludarlo y preguntar por Lia.
– Jeremy – digo a modo de saludo.
– Hey, hola, tío. Quedó buena la fiesta – me devuelve el saludo.
– Gracias. Y Lia, ¿no vino? – le agradezco y le pregunto por Lia.
– No pudo. Llegó una prima nuestra y se tuvo que quedar – respondió a la pregunta serio.
– Ah, ya entiendo. Bueno, a divertirse – comenté con una sonrisa.
La fiesta iba bien, las personas se divertían, pero en cambio yo estaba en una esquina bebiendo. No dejo de pensar en Lia, me voy a volver loco. Una chica se acerca a coquetear, pero enseguida la rechazo, como todas las que lo han intentado antes que ella.
El resto de la noche fue igual: la gente divirtiéndose, yo en una esquina pensando en Lia como tonto. La fiesta acabó a las 2:30 am. Todos se fueron, yo me acosté, pero no puedo dormir. No dejo de pensar en Lia.
La verdad es que ha cambiado algo en mí. Ella tiene algo que me encanta y me enamora cada día más. Estoy decidido a arriesgarme. Voy a correr el riesgo de no ser correspondido, pero lo intentaré. Aunque termine lastimado, lo voy a intentar. Solo quiero que ella sepa lo que siento.
Al otro día solo hice ejercicio, jugué videojuegos y en la tarde salí a un club con los chicos. Llegué a casa a las 7:00. La verdad no me estaba divirtiendo, no he dejado de pensar en Lia todo el bendito día.
Me di un baño, comí algo y me fui a acostar, pero no podía dormir, así que me puse a ver una película y cuando acabó, aún no podía dormir. Solo pensaba en Lia, pero de tanto pensar me quedé dormido.
Al siguiente día me preparé para la escuela. Tenía un poco de sueño, ya que apenas dormí anoche. Llegué tarde a la escuela, así que entré en la segunda clase.
El tiempo pasó rápido. Llegó la hora de recreo, fui a la cafetería y vi a Lia. Me iba a acercar, pero ella, junto a las chicas y otra nueva que había en el grupo, se pararon y salieron de la cafetería.
El recreo terminó, las otras clases pasaron volando. Llegó la práctica, así que fui a la cancha y la verdad tengo esperanzas de ver a Lia para poder hablar con ella.
Cuando llegué, ella estaba ahí con otra chica, por lo que no pude acercarme. Cuando terminó la práctica, nos fuimos a cambiar y ella le gritó a Jeremy que lo esperaba afuera.
La verdad me da la impresión de que me está evitando, y eso no me gusta para nada. Me duele que me evite, pero sé que en parte tengo algo de la culpa. Rápidamente me cambié y me fui a casa.
Lia:
Después de pasar ese día espléndido, llegamos a casa. Mi prima se fue a dar una ducha. Busqué a Jeremy, pero no estaba. Dejó una nota que iba a un club, que llegaba tarde. Después de leer la nota, fui a preparar algo de comer.
Luego me di una ducha y me vestí para bajar a la cocina. Mi prima estaba terminando de comer, yo me serví mi comida. Después de terminar, mi prima me propuso ver una película.
Cuando acabó, conversamos un poco, luego nos fuimos a dormir, pero yo no dejaba de pensar en Lucas. Mi prima tenía razón, tengo que dejar ese miedo irracional de que me hagan daño y arriesgarme con él.
No sé en qué momento me quedé dormida. A la mañana siguiente, mi prima me levantó. Preparé el desayuno, para luego darme una ducha.
Después de salir del baño, fui a mi habitación. Escogí unos jeans deportivos, una camiseta negra con un dibujo de mariposa y unas botitas negras. Luego desayuné y cuando terminamos, nos fuimos a la escuela.
Al llegar, vimos a las chicas. Cuando tocó el timbre, cada una se fue a su clase. A la hora del recreo nos vimos en la cafetería y nos pusimos a charlar un poco.
– Chicas, ¿y si vamos a la azotea? – propone Maya.
– Sí, vamos – responde Alisia y Verónica.
Todos nos paramos y nos fuimos a la azotea. Cuando terminó el recreo, nos fuimos a dar el resto de las clases. Al terminar, recogí a mi prima en su aula y nos fuimos a la cancha de fútbol.
Mi prima y yo nos sentamos a charlar para matar el tiempo. Luego de un rato, empezó la práctica. Le enseñé a mi prima quién era Lucas. Después de que terminaran, le grité a Jeremy que lo esperábamos afuera.
Al llegar a casa, comimos, nos dimos una ducha y salimos a pasear los tres. Al regresar, cada uno se bañó y después vimos una película de terror los tres en mi cuarto. Hicimos una guerra de almohadas y nos acostamos a dormir después.
En el resto de la semana, traté de evitar a Lucas a toda costa. Intentó hablar conmigo varias veces, pero le ponía una excusa para que me dejara en paz.
La verdad ya había hablado con mi prima de esto otra vez y me aconsejó pensarlo bien. Y por eso lo evito, quiero aclarar mis sentimientos para poder hablar con él y que, fuera la que fuera su respuesta, iba a tratar de no salir herida.
Como era sábado, las chicas, mi prima y yo íbamos a ir a la casa de Alisia, que de hecho también es la de Lucas. Mi prima se fue a preparar y yo también.
Escogí un juego de dormir de seda color negro y unas pantuflas blancas de pelusa. Eché un conjunto de ropa en la mochila, cogí el celular, el cargador de este y bajé.
Abajo estaba mi hermano esperándonos, ya que él también se iba a ir a quedar, pero con Lucas y sus amigos. Esperamos a mi prima, cuando bajó nos fuimos.
Al llegar, Lucas nos recibió y nos llevó a una habitación que resultó ser una sala de cine. Allí estaban las chicas y los chicos charlando. Nosotros nos unimos a ellos y nos pusimos a ver una película de acción.
Cuando se acabó, dije que iba al baño. Ellos dijeron que no me demorara, ya que iban a escoger otra para ver. Cuando llegué al baño, hice mis necesidades, me lavé las manos y al salir vi a Lucas recostado de la pared enfrente al baño.
Lucas:
Cuando vi que Lia salió, dije que iba a ir por un poco de agua. Llegué al baño, me recosté a la pared frente al baño y cuando salió, me miró confundida.
– ¿Qué haces aquí? – me pregunta seria.
– Quería hablar contigo – le respondí.
– Bueno, estamos hablando, dime – me dice con el semblante serio.
Trato de aguantar las ganas de besarla, pero no puedo, así que la cogí de la cintura, la arrastré dentro del baño. Ella se puso nerviosa. Cerré la puerta y la besé como si mi vida dependiera de eso.
Ella tardó unos segundos en corresponder el beso, el cual fue subiendo de intensidad. Nos separamos por falta de aire, pero no fue por mucho tiempo, porque esta vez ella tomó la iniciativa de besarme y yo la alcé, aún besándola.
Ella enrolló sus pies a mi cintura y la recosté contra la puerta, pero sentí como se tensó y se separó del beso. Cuando intenté volver a besarla, me separó y se soltó. Vi como una lágrima salía de su mejilla.
– ¿Qué quieres de mí, eh? – su voz se quebró. Yo solo agaché la cabeza.
– ¡Dime! – gritó con su voz quebrada y llorando.
Yo no pensé mucho y solté todo lo que estaba guardando dentro.
– Me encantas, me gustas, me vuelves loco, estoy enamorado de ti y quiero que seas mi novia...
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Editado: 12.09.2025