Lia:
– Nick – soltamos yo y Jeremy al mismo tiempo.
– El mismo. ¿Qué, mocosos? ¿No me piensan abrazar? – comenta, y nosotros saltamos encima de él.
Lucas y Samantha, al escuchar el alboroto, vinieron a ver.
– Ay, pequeña, ya estás más grande. Y tú, campeón, ¿cuántos corazones has roto ya? – nos dice sonriendo y abrazándonos.
– Unos diez, Nick – le contesta a la pregunta que Nick le hizo.
– Huy, ese es mi hermano – dice, abrazándolo y elevándolo.
– ¿Y yo? – digo, y él me coge también. Nick, cuando me baja, se fija en Samantha y en Lucas. Él saluda a Samantha.
– ¿Y quién es este chico? – pregunta con curiosidad. Yo solo me río.
– Es el novio de Lia. El corazón de piedra al final cayó – le responde Jeremy.
– Ah, así que tú fuiste el que conquistó el corazón de piedra de la pequeña. ¿Cómo te llamas? – le pregunta a Lucas mientras le toma la mano a modo de saludo.
– Sí. Me llamo Lucas Rodríguez – responde, y mi hermano lo mira.
– Tú eres el hijo de Michael Rodríguez – le pregunta a Lucas.
– Sí, soy yo. ¿Tú conoces a mi padre? – responde Lucas.
– Sí, él hizo negocios con mi padre – contesta Nicholas.
– Nick, fue una gran sorpresa. Pensé que mi padre había mandado alguna tablet o auto para nosotros, pero este regalo fue el mejor – le digo para luego abrazarlo.
– De hecho, hay otro regalo. Ven, te enseñaré – me comenta para agarrarme de la mano y llevarme afuera. Había algo con una sábana arriba y cuando lo destapo, era una moto de carreras color roja con mi inicial inscrita.
– Dios, esto es increíble – suelto y abrazo a Nick.
– Sabía que te gustaría. Papá la regala por tu cumpleaños número diecisiete. Es dentro de un mes, ¿no? – me dice sonriendo.
– Sí, el 2 de enero – le respondo y lo vuelvo a abrazar. Luego cojo el casco y me lo pongo. Él me entrega las llaves. Enciendo la moto y doy una vuelta en la cuadra.
– ¡Guau! Tiene 10 caballos de potencia – suelto cuando me bajo. Todos ríen.
– Papá sí que te enseñó de motos. Creo que de los tres, la mejor que corres eres tú – comenta Nick sonriendo.
– Sí, ya sé que soy la mejor, bombón – le contesto a mi hermano con una sonrisa.
– Creída, yo soy el mejor – dice Jeremy. Yo no le hago mucho caso.
– ¿Qué tal si entramos, cenamos y Nick después se da un baño? – les propongo. Todos entramos y nos sentamos a cenar.
Después de comer, Nick se fue a dar un baño y nosotros nos quedamos conversando en la sala. Después de un rato, Nick bajó y se nos unió. Yo me fijo en que tiene su labio partido y me da curiosidad saber qué le pasó.
– Nick, ¿qué te pasó en el labio? – le pregunto con curiosidad.
– Me pegó Verónica. Ella estaba maltratando a Karol delante de sus amigas y eso me molestó, así que le di una cachetada y, bueno, ella me la devolvió al doble – me cuenta riéndose.
– ¿Y cuándo fue eso? ¿Qué hizo papá para resolverlo? – le pregunto con curiosidad de saber qué hizo mi padre para resolverlo.
– Fue dos horas antes de venir. Cuando se lo dije a papá, ella actuó, dijo que la estaba calumniando y, como siempre, ciego por ella, la terminó defendiendo – me responde serio.
– Mi padre, como siempre, cegado con ella – le comento para después seguir comiendo.
Cuando terminamos, los chicos se fueron a hablar y yo y Sam nos quedamos lavando los trastes. Cuando terminamos, vamos a la sala. Ahí estaban hablando los chicos.
– Lia, ¿me puedes guiar a un cuarto? Estoy cansado y quiero dormir — me comenta mi hermano.
– Sí, vamos – respondí. Él se separó, se despidió de los chicos. Yo lo llevé a un cuarto de invitados y ahí se acomodó.
– Lia, mañana iré a buscarlos a la escuela. Quiero pasear con ustedes, ¿sí? – me propone mi hermano.
– Sí, me parece bien – le respondí. Él se acercó, me dio un beso en la frente y yo salí para ir a la sala.
Ya Samantha se había ido a acostar. Jeremy se despidió y subió a la habitación. Yo me acerqué a Lucas, el cual estaba sentado, e hizo seña para que me sentara en su regazo. Lo hice. Él me dio un beso, el cual correspondí.
– ¿Qué tal si te quedas a dormir? – le propongo, y él sonríe.
– Mmm, me parece un buen plan – me responde.
– Entonces vamos a la habitación – le digo. Él asiente y nos dirigimos al cuarto.
Lucas:
Sonó la alarma. Desperté a Lia. Nos preparamos, bajamos a desayunar. Los chicos no se sorprendieron que me quedara. Cuando llegamos, le di un beso a Lia. Ella se fue a su aula y yo a la mía.
A la hora de recreo, iba a ir con Lia cuando me encontré con Sofía, una de las tantas chicas que me llevé a la cama.
– Hola, cariño – me saluda tratando de acercarse a mí para besarme, pero yo me aparté.
– ¿Qué quieres, Sofía? Sabes perfectamente que yo no quiero nada contigo. Ahora estoy con Lia. Es mi novia y la amo – le suelto enojado.
– Ay, amor, no seas así. Sabes que podemos volver a divertirnos juntos. La estúpida de tu noviecita no se tiene porque enterar. Además, yo soy mejor que ella y ambos sabemos que eso es pasajero – me comenta, volviéndose a acercar a mí para volver a besarme. La empujé y la acorralé en la pared. Ella cerró los ojos, creyendo que la iba a besar.
– Eres estúpida. Abre los ojos – le digo furioso, y ella los abre.
– Escúchame bien lo que te voy a decir. Yo a Lia la amo. Estoy enamorado de ella y no, no la quiero solo para un rato. Yo la quiero solo para mí. Así que deja de caer tan bajo e intentar seducirme. A mí tú no me levantas ni un pelo. Así que vete a prostituirte a otro, porque ya eso conmigo no funciona – le suelto para luego apartarme y dejarla ahí para ir a buscar a Lia.
Cuando voy a doblar para ir hacia la cafetería, ahí me encuentro a Lia, quien al parecer había escuchado todo. Ella se acerca a mí y me besa, beso que le correspondo. En eso pasó Sofía con el rostro rojo. Se notaba su enojo. Ella se separa y me ve.
– ¿Por qué mejor no vamos a la azotea después de comprar algo de comer? – me propone entrelazando sus dos manos en mi cuello y sonriéndome.
– Hmm, me parece bien – le respondo. Así vamos. Compramos algo. Ella le dice a las chicas que iba a estar conmigo y pregunta por Alison, ya que no la vio, pero las chicas no sabían nada de ella desde la entrada.
Después nos dirigimos a la azotea y al llegar nos llevamos una gran sorpresa, ya que vimos a Alison besándose con Jeremy.
– ¿Qué está pasando entre ustedes dos? – les pregunta Lia, haciendo que se sobresalten. Ellos se separan y miran a Lia, la cual está sorprendida.
– Les hice una pregunta. ¿Qué está pasando entre ustedes? – volvió a preguntar Lia.
– Lia, es que tu hermano me gusta – le responde Alison.
– Sí, ya sé que te gusta. Me quedó bastante claro cuando te vi comiéndole la boca. Pero despreocúpate, Alison, yo después hablo contigo. Así que te agradecería que te fueras ahora que voy a hablar con mi hermano – le dijo a Alison furiosa.
Alison salió y se fue. Ella se acercó a Jeremy y le soltó una fuerte bofetada.
– Eres estúpido. ¿No te das cuenta de las cosas? A ella tú le gusta. Está enamorada de ti. No me lo ha dicho, pero estoy segura. Y tú, tú solo la usas para divertirte con ella. Es solo un juego. Le estás dando esperanzas de algo que ella cree que sientes, cuando en realidad no sientes nada.
Cuando estuviste inconsciente esos tres días en el hospital, ella te fue a ver y me enteré ahí de que está enamorada de ti, de que se habían besado más de una vez. Ella está ilusionada de que tal vez tú sientas algo por ella, cosa que no es así, y sé que la vas a hacer sufrir.
¡Joder! Madura, madura. Le haces daño a algunas chicas solo por tu puto ideal de que el hombre no se puede enamorar y por tu puto trauma de salir lastimado, cuando solo haces que otros salgan lastimados. Y sí, yo también tenía el trauma de no creer en el amor por lo que pasó con nuestros padres, pero a diferencia de ti, yo no ilusioné a nadie de que iba a tener algo con él.
Así que deja tu puto egoísmo a un lado y date cuenta de que le has hecho daño a muchas chicas por tratar de no hacerte daño a ti. Y tú muy bien sabes que eso no fue lo que te enseñó mamá. Así que deja tu egoísmo a un lado, joder. Dile que solo estabas jugando con ella y que no sientes nada por ella, que solo fue diversión antes de que sea demasiado tarde y ella sufra – le grita Lia desenfrenadamente a Jeremy, furiosa y con rabia.
Este solo se quedó en silencio, escuchando todo lo que decía Lia. Las lágrimas se le salieron a él y a ella.
– Joder, parece mentira de que seas mi hermano mayor cuando yo soy la que te tiene que decir la verdad y darte consejos – le dice ella a él furiosa y llorando por la rabia.
– Joder, Lia, no lo entenderías. Es que yo por ella estoy sintiendo algo. No sé qué es. Me siento confundido. Estoy tratando de aclarar las cosas y sé que esta no es la forma, pero creo que por primera vez en la vida me enamoré de alguien. Y puede que sea irónico, pero creí que si ella me gusta mucho — le comenta Jeremy llorando a Lia.
Ella se acerca, lo abraza y comienzan a llorar. Ella lo separa y le da un beso en la frente.
– Cuando salgamos, vamos a hablar con Nick, ¿sí? – le propone ella a él y le seca las lágrimas. Él asiente. La vuelve a abrazar.
– Te quiero, Lia – le dice Jeremy a Lia.
– Y yo – le responde Lia.
– Bueno, ya, pero ahora largate que quiero estar a solas con mi novio – le suelta de repente a Jeremy. Este se ríe y se va.
– Ahora sí solos – le digo para dejar lo de comer a un lado para acercarme a ella, besarla, y ella corresponde. Luego nos separamos, comimos algo y nos fuimos a las aulas.
A la hora de salida, me despedí de Lia. Me fui a casa. Al llegar, almorcé, me di una ducha y me acosté a dormir.
Lia:
Después de todo lo que pasó hoy en la escuela, voy camino a un restaurante con mis hermanos y mi prima. Pasamos por una farmacia. Le digo a Nick que pare, que necesito comprar algo, y él para. Entro y cojo unas... 10 cajas de anticonceptivos. Fui hacia la dependienta, los pagué, salí, me monté y seguimos con nuestro camino.
Al llegar, nos bajamos. Nos llevaron a una mesa con vista al mar para cuatro personas. Llegó el mesero. Pedimos lo que íbamos a comer y nos pusimos a esperar.
– Nick, yo y Jeremy queremos decirte algo – le comento, y él me mira.
– Díganme – responde serio.
– Me fajé con Jeremy. Lo encontré besándose con una de mis amigas. Me fajé con él porque él le está dando esperanzas y ella está enamorada de él. Pero eso no es todo. Lo esencial es que él siente algo por ella y está confundido. La verdad, yo ya estoy demasiado enfadada. Habla con él, ¿sí? – le cuento a Nick, y él asiente.
– Sam, vamos al baño, ¿sí? – le propongo, y nos vamos al baño para hacer tiempo de que ellos hablen.
– ¿Quién es la amiga que encontraste con Jeremy? – me pregunta. Yo la miro con cara de pocos amigos y suspiro.
– Es Alison – le respondo. Ella solo me mira asombrada.
– ¿Alison, nuestra amiga? – me pregunta.
– Sí, esa Alison – le contesto.
– Cuéntame, quiero saber – me pide con ansiedad y extrema curiosidad.
– Después te cuento, ¿sí? – le respondo. Ella asiente.
Seguimos un rato más en el baño hasta que regresamos porque están llevando la comida a la mesa. Nos sentamos, comimos para luego ir a un parque, luego a tomar helado, a patinar y por último a cenar para luego regresar a casa.
Cuando llegamos, me fui a mi habitación. Me di una ducha y, después de un rato acostada, hablando con mi novio, llega mi prima. Así que me despido de él, cuelgo la llamada y empiezo a contar todo lo que pasó con respecto al tema Alison con Jeremy. Luego de contarle todo, ella se fue, así que aproveché y llamé a Alison.
Después de hablar con ella, me dijo que ama a Jeremy y que se arriesgaría aunque saliera sufriendo, pero lucharía. Así que solo le dije que se cuidara y que yo no le iba a decir más nada sobre el tema. Así colgué para luego irme a dormir.
A la mañana siguiente, me preparé. Me fui para la escuela con Jeremy y Samantha. Cuando llegué, Lucas se acercó, me dio un beso en los labios, me acompañó al aula para irse a la suya después de dejarme.
La hora del recreo la pasé con las chicas, charlando de todo un poco y actualizándonos. Cuando las clases acabaron, me fui con Lucas, ya que iríamos a almorzar. Él me preguntó si podía ir en la noche a mi casa y le respondí que sí. Para luego, cuando terminamos, él me dejó en mi casa para luego irse.
Yo me di una ducha para luego ponerme a ver una peli con mi prima y mis hermanos.
Lucas:
Después de haber dejado a Lia en su casa, fui a la mía. Cuando llegué, fui a hacer ejercicio para luego ducharme e ir a comprar un regalo. Fui a una joyería y compré un brazalete de plata con un dije de delfín. Luego regresé a la casa y eché una siesta.
Cuando desperté, comí algo, me bañé y me fui para casa de Lia. Por el camino, compré unas rosas azules para ella. Al llegar, toqué el timbre. Me abre una Lia desaliñada, con el pelo revuelto. Tenía puesto un mini short, un crop top negro y unas pantuflas. El escrutinio lo hice en segundos, ya que me cerró la puerta en la cara.
Luego de unos minutos, abrió con el pelo ya recogido y con algo de maquillaje.
– Hola – me saluda, se para en puntillas y me da un beso corto en los labios.
– Hola, hmm, pero ese saludo estuvo un poco corto – le comento. Ella se echa a reír, se pone la mano en la cara y yo con avidez le aparto la mano. La cojo de la cintura, la acerco, le doy un beso más largo para luego separarme y entregarle el ramo de rosas. Me dedica una sonrisa.
– Hmm, huelen bien. No creí que existieran las rosas azules. Están preciosas, Lucas – me dice para darme un beso. La correspondo para luego separarnos.
– Todo por ti – le digo con una sonrisa, y ella me la devuelve. Estuvimos unos segundos en silencio hasta que yo lo rompí.
– Hmm, una cosa, ¿me vas a invitar a pasar o me regreso a mi casa y te dejo sola? – le pregunto en un tono sarcástico. Ella se ríe y me jala de la camisa para que entre.
– No, tonto – responde riendo para luego cerrar la puerta. Para entrar a la sala detrás de mí y poner en una jarra las flores.
– ¿Qué hacías? – le pregunto sentándome en el sillón.
– Nada, me acababa de levantar. Estaba durmiendo y aún tengo algo de sueño – me contesta sentándose arriba de mí, entrelazando sus pies en mi cintura para después abrazarme y recostar su cabeza en mi pecho y cerrar los ojos.
– ¿Estás sola? – le pregunto con curiosidad.
– Hmm, sí – me responde.
– Ya. Te traje un regalo – le informo. Esta levanta la cabeza y me mira ansiosa.
– A ver – comenta con una sonrisa. Yo saco el brazalete, le cojo el brazo y se lo pongo.
– Está bellísimo. Gracias – me responde besándome y separándose rápido para seguir viendo el brazalete.
– Lo que sea por verte feliz, preciosa – le comento, y ella me besa apasionadamente.
– ¿Qué tal si preparamos algo de comer? Tengo mucha hambre – me dice cuando se separa de mí.
– Mm, me parece bien – le digo, y nos paramos para ir a la cocina. Preparamos algo rápido para luego sentarnos y comer.
El resto del tiempo lo pasamos viendo películas. Después de un rato, habían llegado Jeremy con Samantha y luego llegó Nicholas. Cuando llegó la hora de irme, me despedí de todos para luego irme a casa. Al llegar, simplemente me duché y me acosté a dormir.
Lia:
Ya han pasado tres semanas desde que Nick llegó. He pasado tiempo con él, mi hermano y mi prima, y también con Lucas. Conocí a sus abuelos. Nos quedamos el fin de semana en su casa. La otra semana que vino, fuimos mis hermanos, mi prima y yo a un parque de diversiones, comimos helado e hicimos otras cosas.
Con Lucas fui a la misma playa que me pidió ser su novia. Ah, y mi hermano le pidió a Alison ser su novia una semana después de la discusión en la azotea y estaban muy felices.
En la otra semana, nos fuimos mis hermanos, mi madre, mi prima, Lucas, Alisia, Alison, su hermana menor Mia, su hermano mayor Niko y yo a un hotel. De hecho, estoy empacando las cosas de Lucas y mías con su ayuda, ya que vamos a regresar hoy lunes. Él y yo nos quedamos en el mismo cuarto.
Ya cuando terminamos, llegamos a la recepción. Alisia, Alison, Mia, Jeremy y Nick ya estaban ahí, mientras mi madre estaba pagando la estadía. Cuando estábamos esperando, Nick recibió una llamada que era de mi tía Jessica.
– Hola, tía Jess, ¿cómo estás? – contesta mi hermano.
– Tía, ¿qué pasó? Cálmate – lo oímos decir. Yo me acerco a él rápidamente.
– ¿Qué pasó? – le pregunto algo asustada. Me hace una seña que espere.
– A ver, tía, cálmate y dime despacio – le dice por teléfono a mi tía.
– ¿Qué? ¿Qué le pasó a papá? – le pregunto. Yo sentí algo en mi pecho y lo vi como se le empezaron a salir las lágrimas.
– Tía, no, no me digas eso – dice, soltando el teléfono y soltando el llanto.
– ¿Qué? ¿Qué pasó, Nick? – le pregunto.
– Papá, papá – suelta entrecortadamente.
– Papá, ¿qué, Nick? – le suelto ya gritando.
– Papá...
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Editado: 12.09.2025