Lucas:
Cuando estoy subiendo las maletas por las escaleras de la cabaña para entrarlas, siento un grito. Así que dejo las maletas a mitad de escaleras, corro hacia la puerta para abrirla y entrar. En ese momento que entré, Lia se me tiró encima, enrollando sus pies en mi cintura y sus manos las pasó por mi cuello. Yo instintivamente la cogí por los muslos para que no se cayera.
– Hay alguien en la casa – me informa asustada.
Cuando veo a un hombre de entre 40 y 45 años salir de la cocina, quien resulta ser el cuidador de la cabaña, yo me echo a reír al ver de quién se trataba.
– ¿De qué te ríes? – pregunta ella. Yo no le respondo.
– Señor Lucas, no sabía que viniera a la cabaña. Si lo hubiese sabido, me hubiese ido – comenzó a hablar, y ahí fue cuando por fin Lia entendió de qué me reía.
Ella, molesta, trata de bajarse, pero yo la sujeto más fuerte contra mí para que no se baje.
– Descuida, señor Mauricio, fue un viaje improvisado – le contesté.
– ¿Y quién es esta jovencita, claro, si se puede saber? – pregunta refiriéndose a Lia.
– Ella es Lia, mi novia – le respondo y él asiente con una sonrisa.
– Oh, ya veo – dice sonriente.
– Mauricio, ¿podría entrar las maletas y llevarlas a mi habitación? – le digo. Él asiente y sale. Yo camino con Lia en los brazos hacia la escalera para ir hacia la habitación.
– Bájame, puedo caminar por mi cuenta – me dice seria. Yo sonrío y le doy un beso en la mejilla.
– Prefiero cargarte – le respondo.
Ella iba a decir algo, pero en ese momento entró Mauricio y subió las escaleras rodeándonos. Ella no dijo nada más. Fui a la habitación, Mauricio salió de ella, yo entré y cerré la puerta tras de nosotros. Y antes de que pudiera hablar, ya la estaba comiendo a besos. Luego ya estábamos tirados en la cama agotados por lo que había pasado. Nos fuimos a dar una ducha y luego nos acostamos a dormir.
La semana pasó de maravilla. Lia y yo hicimos muchas cosas juntos. Esos días con Lia fueron inolvidables y ojalá hubiesen durado para siempre.
Lia:
Ya han pasado dos años y algunos meses más desde que me mudé aquí. También ha pasado un año y algunos meses más desde mi relación con Lucas. Aunque las cosas han cambiado mucho. Lucas se fue a estudiar en la mejor universidad de música en Corea del Sur. Nuestra relación va bien, aunque llevarla a distancia es difícil, aunque viaja dentro de dos días para acá ya que le adelantaron los exámenes.
Mi prima ya va en segundo año y sigue viviendo con nosotros. Mi hermano Nick se va a casar en cuatro meses con la actriz y cantante Andi Taylor. Jeremy se fue a vivir a Estados Unidos; él y Alison llevan una relación a distancia, se quieren mucho, la verdad. Él viaja la semana que viene para acá. Mi hermana pequeña vivía conmigo y con mi madre, pero se había ido con mamá a pasar dos meses en Nueva York; regresaban con Jeremy.
Las chicas han cambiado. Por ejemplo, Maya está saliendo con Niko, el hermano de Alison. Verónica pues ella se fue a vivir a Canadá con su madre ya que sus padres se divorciaron. Vaneza se fue a estudiar arquitectura a Filadelfia. Y Alison sigue igual, se sienta conmigo; lo único que cambió fue que se pintó el pelo de rojo. Y en cuanto a mí, todo va bien, ya voy en mi último año de preparatoria.
Ya habíamos comenzado los exámenes finales y de hecho hoy estoy esperando a Alison, Maya y una nueva compañera llamada Emily. Estaba viendo la televisión haciendo tiempo de que llegaran cuando llamaron a la puerta. Fui a abrir y ahí estaba una chica rubia de ojos azul celeste con pecas en la cara y un poco más baja que yo, era Emily, y más atrás venían Alison y Maya.
– Hola, Lia – me saludan todas cariñosamente.
– Hola, chicas, pasen – les respondí al saludo con una sonrisa y ellas pasaron. Yo cerré la puerta y las seguí a la sala.
– ¿Por qué no vamos a la sala de juegos? Allí hay una mesa grande, podremos trabajar bien – les propuse y ellas asintieron para ir conmigo a la sala de juegos.
La verdad era extraño que Emily estuviera. Nunca nos habíamos hablado, no me caía mal, pero nunca fuimos amigas, por eso se me hacía extraña su presencia. Después de 3 horas de estar inmersas en el trabajo, terminamos por fin.
– Chicas, ¿qué les parece si preparo algo de cenar y después nos ponemos a hablar o vemos una peli? – les propuse y ellas aceptaron, así que bajamos a la cocina ya que se ofrecieron a ayudarme a preparar la cena.
– Oye, Lia, ¿y tu prima que no anda por aquí gritando como una loca? – me pregunta Alison.
– Anda con sus amigas y amigos nuevos, últimamente llega de madrugada – le respondí. Ella asintió.
Luego de que hicimos la cena y cenamos, nos pusimos a ver una película. Habíamos hablado con Emily y la verdad me había caído muy bien, era buena chica, la verdad. Después de un rato de estar viendo la película, suena el timbre, así que me dirijo a ver quién era.
Al abrir, me llevé una gran sorpresa al ver a aquel chico del que me enamoré hace un año y meses atrás. Esos ojos color noche. Estaba parado frente a mí con un ramo de rosas. Era él, había vuelto después de casi ocho meses.
Lucas:
– Joven Lucas, terminó su semestre con excelentes notas. Felicidades – me felicitó la directora.
– Gracias, directora. Me esfuerzo por obtenerlas – le respondí sonriendo.
– Y también le felicito por haber ganado la competencia de música. Me enteré de que viaja hoy, espero que tenga un buen viaje – me comenta con una sonrisa.
– Sí, viajo a las 10 de la mañana, así que si me disculpa, me tengo que ir. Tengo que estar una hora antes en el aeropuerto – le contesto, parándome y extendiendo la mano para estrecharla con ella.
– Oh, claro, que tenga un buen viaje, señor Rodríguez – me dice, parándose y estrechándome la mano.
Después de despedirme de unos amigos, voy al aeropuerto. Estoy muy contento de regresar a Madrid, podré volver a verla a ella y a mi familia. Los extraño demasiado. La verdad es que nadie sabía que volvía, era un secreto. Además, le quería dar una sorpresa a Lia. Hace casi ocho meses que no la veo y le echo de menos. Este año estar con ella.
Al llegar al aeropuerto, cojo un taxi que me lleva directamente a casa. Al llegar, bajo del taxi y voy hacia la puerta. Cuando toco, segundos después abre mi hermana, quedándose muy sorprendida.
– ¿No piensas abrazar a tu hermano? – le pregunto con los brazos abiertos esperando un abrazo.
– ¡Lucas! – suelta para después abrazarme muy fuerte. – Creí que salías mañana – pregunta separándose de mí.
– Bueno, sorpresa, ya llegó tu hermano fastidioso – le respondo, cogiendo las maletas para entrar.
– ¿Y mamá y papá? – le pregunto sentándome en el sofá.
– Llegan mañana temprano, ya que alguien había dicho que salías de Seúl mañana – responde sentándose a mi lado.
– Solo quería darles una sorpresa – le contesto.
– Bueno, hablando de sorpresas, voy a comer algo y a ducharme porque tengo que darle la sorpresa a cierta chica que sé que me extraña – le digo, parándome y caminando a la cocina.
Después de comer, me ducho. Al terminar, cojo las llaves de mi coche y me voy. En el camino, llegué a una floristería y compré unas rosas para seguir mi camino. Después de media hora, llegué a la casa de Lia. Bajé y toqué la puerta. Segundos después, esta se abrió, mostrándome a aquella chica de la que me enamoré hace un año y meses atrás. Estaba hermosa. Se quedó en shock, sorprendida, y se reflejaba en sus ojos la alegría que sintió al verme.
– Hola – digo, sacándola de su trance y, antes de que pudiera reaccionar, ella me saltó encima, enrollando sus piernas en mi cintura y besándome. Al principio me costó seguir el beso, pero lo hice. Me sentía feliz, contento, la extrañaba y mucho. Después de un rato, nos separamos por la falta de aire. Le di las rosas, las cuales cogió con una gran sonrisa.
– ¿Cuándo llegaste? – pregunta muy entusiasmada.
– Llegué hace dos horas. Cuando llegué del aeropuerto, fui a la casa, comí algo, me duché y vine a verte – le respondo con mi mejor sonrisa.
Ella se lanza a abrazarme y yo le correspondo felizmente.
– Te extrañé – me dice al oído.
– Y yo – le respondí.
Después de unos segundos, nos separamos. Cuando se escucha una voz, y en ese preciso momento que miramos ambos para atrás de nosotros, y yo diviso a esa pequeña figura, mi mundo se viene abajo. Era ella. Era aquella chica que años atrás me había hecho tanto daño, que me había roto el corazón en mil pedazos. Y ahora la veía otra vez. ¿Había vuelto? ¿Cómo podía ser posible?
– Emily...
– Lucas...
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Editado: 12.09.2025