Cuando Llegaste Tú

Capítulo 15

Lia:
Tras separarme de Lucas, sentí que me llamaban, así que me giré y divisé la figura de Emily. Ella se veía sorprendida y a la vez confundida.
– Emily – le escuché decir a Lucas.
– Lucas – dijo ella en un tono sorprendido.
Yo estaba confundida. ¿Se conocían? ¿Cómo? Iba a decir algo, pero Lucas me interrumpió.
– ¿Qué se supone que haces? – preguntó Lucas. En su voz se notaba la furia.
– Yo eh... – iba a contestar, pero yo la interrumpí.
– A ver, permiso, sigo aquí – dije poniéndome en medio. – ¿Ustedes se conocen? – pregunté confundida.
– Sí, ella es mi ex de la secundaria, la que te conté – me responde Lucas.
– ¿Es ella? – pregunté y Lucas asintió. – Ah, okey. Emily, creo que es mejor que te vayas, sí – le digo.
– Sí, creo que sí – me responde para ir a la sala.
Después de unos segundos, vuelve a la entrada donde estábamos Lucas y yo. No habíamos cruzado palabras. Ella se fue, yo cerré y fuimos a la sala de estar.
– Lia, por qué... – se cortó así misma al ver a Lucas. – Lucas, ¿cuándo llegaste? – dice ella sorprendida.
– Llegué hoy – responde él con una sonrisa.
– Bueno, creo que vamos a hacer igual que Emily y nos vamos – dice, haciéndole una seña a Verónica, la cual se levanta para irse con Ali. – Hablamos mañana – me dice despidiéndose de mí.
Después que se fueron, yo me senté en el asiento mirando a la nada y Lucas se sentó a mi lado.
– Yo eh... no sabía que era ella – le digo cortando el silencio.
– Tranquila, no habría manera de que supieras que era ella – me responde mirándome y yo me giro para verle.
– ¿Q-qué s-sentiste al verla? – le pregunto curiosa por su respuesta.
Él dudó y cuando pensé que no iba a contestar, comenzó a hablar.
– No sentí nada por ella que no fuera odio, confusión y rabia – respondió. Yo desvié la mirada a otro lado, pero él me cogió del mentón para que lo mire. – Escúchame bien, yo no siento absolutamente nada de amor por ella. Lo único que sentí al verla fue odio, desprecio. Todo sentimiento de amor que sentía por ella murió cuando llegaste tú a mi vida, porque me enamoré de ti y solo tú estás en mi corazón – me dice para besarme.
– ¿Por qué mejor no vamos a tu habitación? – me sugiere separándose de mí.
– Sí, vamos – le respondo para ir a la habitación.
La noche ayer fue estupenda, con excepción de que mi prima llegó súper borracha. Todo lo demás fue genial. Me desperté y veo que Lucas me está mirando. Le doy los buenos días, nos bañamos, desayunamos. Después se ofreció a llevarnos a mí y a mi prima a la escuela. Al llegar nos despedimos. Él me ofreció recogerme para ir a un restaurante a cenar, así que acepté.
La escuela estuvo bien, excepto porque Emily intentó hablar conmigo varias veces, pero yo la evité. Cuando llegó la hora de salida, estaba emocionada por ver a Lucas, así que bajé rápidamente, aunque me sorprendió mucho la escena que estaba viendo: era Lucas discutiendo a gritos con Emily.
Lucas:
Después de dejar a Lia y a su prima en la escuela, pasé toda la mañana con unos amigos hasta que llegó la hora de ir a buscar a Lia. Cuando llegué, estuve esperando cuando, de repente, veo que Emily se me está acercando hacia mí.
– Lucas, necesito hablar contigo – me informa llegando frente a mí.
– Dime qué quieres – le digo cortante.
– Solo quiero arreglar las cosas, ser amigos, solo eso. Olvidemos el pasado... – iba a seguir hablando, pero la interrumpí antes de que siguiera hablando.
– ¿Amigos? ¿Que me olvide del pasado? ¿Y después qué viene? ¿Que el tonto de Lucas va a volver a caer a tus pies? No, Emily, ya cambié – estaba gritando por el enfado e iba a seguir, pero ella me interrumpió.
– No, Lucas, no quiero regresar contigo, solo quiero arreglar las cosas, ser amigos. Yo ya tengo alguien en mi vida, alguien a quien amo, Lucas. Ya te superé y por lo que veo, tú también – me respondió a gritos.
Yo iba a decir algo, pero en eso alguien se para en medio y veo que es Lia con una cara de pocos amigos. Está súper enfadada.
– Basta ya, estáis haciendo un espectáculo. ¿No les da pena? – dice Lia furiosa. – Creo que es mejor que nos vayamos, Lucas, no crees – me dice furiosa.
– Eh, sí, vámonos. Ah, y una cosa, Emily: jamás voy a olvidar el daño que me hiciste – le digo para subir al carro con Lia.
El tema de Emily no se tocó en todo el tiempo que estuvimos juntos. Lo disfruté. Después de dos horas de estar con ella, tuve que ir a recoger a mis padres.
Después de dejar a Lia en su casa, recogí a mis padres en el aeropuerto, luego a mi hermana en la casa, ya que iríamos a la casa de mis abuelos a cenar. Todo estuvo estupendo. Pasé tiempo con mi familia. Extrañaba pasar tiempo con mis abuelos. Hacía tiempo que no lo hacía. Mi hermana siempre que amanece iba con la abuela a la cocina, sin embargo, yo y mi abuelo jugábamos ajedrez. El resto del día fue maravilloso.
Lia:
Ya han pasado dos semanas desde que llegó Lucas. Hoy estábamos en el aeropuerto esperando a mi madre, la prometida de Nick y a mis tres hermanos, ya que Nick también venía por negocios y a presentarme a su prometida.
Después que recogimos a mi madre, nos fuimos a casa y comimos en familia. Luego hicimos un plan: nos fuimos al parque de diversiones Lucas, Jeremy, Nick, Karol mi hermanita, Sam, Alison, Alisia, la prometida de Nick y yo.
Al llegar al parque, decidimos ir al cine. Al terminar de ver la película, nos fuimos a la montaña rusa y a otros muchos juegos. Cuando cayó la noche, fuimos a un restaurante a cenar e hicimos planes de irnos a un hotel por dos semanas.
Después de cenar, Lucas se fue a su casa con Alisia, Jeremy llevó a Alison, mientras que Nick, su prometida, Sam, Karol y yo regresamos a casa. Yo preparé mi maleta y al siguiente día fuimos en una limusina a recoger a Lucas, Alisia y Alison para así irnos al hotel. Al llegar, cada uno fue a su habitación. Yo y Lucas compartíamos habitación. Cuando llegamos, dormimos un rato ya que nos levantamos temprano para venir.
Las dos semanas pasaron volando. Todo fue genial, la pasamos de maravilla, todo fue estupendo.
Lucas:
Después de pasar esas dos semanas en el hotel, regresamos. Ya había pasado un mes desde que llegué. He estado pasando bastante tiempo con Lia y espero pasar más tiempo a su lado.
Estaba en la casa de Lia en el sofá de su sala de cine viendo una película con ella cuando mi teléfono sonó por un mensaje. Lo cogí para ver quién era y veo que es un número desconocido, así que lo abrí a ver qué decía.
**Número Desconocido:**
– Hola Lucas, soy Emily. Necesitamos hablar. Quiero quedar contigo. Si quieres, me dices dónde y cuando – decía el mensaje.
Al ver que era de Emily el mensaje, me puse nervioso ya que sabía que a Lia no le caía bien ella, pero creo que es mejor que quede con ella para cerrar este capítulo de mi vida.
– Está bien, veámonos en la cafetería que está a tres cuadras de la escuela en media hora – le contesto y ella puso un "okey".
– ¿Quién es? – pregunta Lia cuando oyó el teléfono que volvía a sonar.
– Es mi hermana, quiere que la lleve a un lugar, así que me tendré que ir, bebe – me respondo dándole un beso para irme.
Después de irme, fui a la cafetería en la que quedé de verme con Emily. Después de un rato, llegó, se sentó y pedimos algo de beber.
– Y bien, ¿de qué quieres hablar? – le pregunté.
– Primero, promete que no me vas a interrumpir – me dice seria.
– Lo prometo. Ahora ya dime – le respondo serio.
– Mira, hace años no me fui porque no te amara, sino porque tu padre me obligó, bueno, no tan así – hizo una pausa para continuar hablando. – Cuando iniciamos nuestra relación, que la hicimos oficial, tu padre me dijo que me alejara de ti. Yo me le enfrenté, le dije que no me alejaría de ti. Después de eso, en una de las cenas familiares en la que él estaba, me ofreció 40 millones de dólares para que me alejara de ti, pero rechacé su oferta. Él me dijo que eso traería consecuencias, que si no me alejaba de ti por las buenas, pues él se encargaría de alejarme de ti por las malas. Mi madre estaba enferma, le tenían que hacer una cirugía y nuestro dinero no era suficiente. Mi padre nos mantenía, éramos hermanos 4 hijos, por lo menos mis dos hermanos mayores trabajaban y ayudaban a papá, pero cuando él perdió el trabajo, todo se complicó. Tu padre se aprovechó de eso. Me ofreció que si me alejaba de ti y me iba con mi familia a otra ciudad o otro país, se encargaría que mi padre consiguiera un mejor trabajo y mi madre iba a recibir el mejor tratamiento. Lo pensé, pero era mi familia o tú, así que preferí a mi familia. Tu padre entonces le consiguió un trabajo como administrador en una empresa en Londres a mi padre y los mejores doctores para mi madre. Todo mejoró, mi madre se recuperó de su enfermedad y mi padre creó una cadena hotelera muy grande. Mi madre, con ayuda de mi padre, abrió un restaurante, le fue bien y ahora es dueña de uno de los mejores restaurantes de Londres. Yo solo quería contarte y sacarme este peso de encima. Yo te superé, tengo alguien en mi vida a quien amo, y tú también lo hiciste. Así que es mejor enterrar el pasado, dejarlo atrás, comenzar de nuevos. Así que si fuéramos amigos, sería lo mejor para los dos – cuando terminó, extendió la mano para estrecharla con la mía.
Yo estaba en un trance. Así que todo fue por mi padre. Todo fue su culpa. Cuando salí del trance, extendí la mano y la estreché con la de Emily.
– Creo que es lo mejor. Va a ser lo más sano para los dos. Hay que dejar el pasado y los rencores atrás – le dije mirándola a los ojos con una sonrisa sin ánimos.
– Bueno, yo me tengo que ir, así que adiós – le informé despidiéndome de ella para marcharme.
Fui a la oficina de mi padre. Lo estaba asimilando todo. Al llegar, bajé y fui hacia la recepción. Parecía alma que llevaba el diablo. Al entrar:
– ¿Mi padre está? – le pregunté a la recepcionista.
– Sí, está, señor – me respondió.
Yo subí por el elevador, marqué el piso al que iba. Al llegar, fui directo a su oficina y sí, ahí estaba él, hojeando unos documentos que al verme los dejó a un lado para mirarme.
– Lucas, hijo, ¿qué te trae por aquí? – me pregunta con una sonrisa.
– ¿Por qué lo hiciste? – le solté con furia. Él parecía de mi vida. – ¿Cómo te atreviste a hacerle eso a Emily hace años y a mí? – yo estaba furioso, pero él estaba confundido como si no supiera de lo que le hablara.
– ¿A qué te refieres, hijo? – me pregunta con confusión.
– Me refiero a lo que hiciste años atrás con Emily y su familia, de cómo hiciste que despidieran a su padre para que ella aceptara tu cochino trato – le respondí furioso y su semblante cambió a uno muy serio.
– Oh, te refieres a eso. Hijo, lo hice porque esa jovencita solo iba tras de tu dinero y tú eras muy joven para entender lo que era lo mejor para ti – me suelta con un semblante muy calmado.
– ¿Que eso era lo mejor para mí? Tú nunca sabrás qué es lo mejor para mí porque tú nunca estuviste cuando yo era pequeño. Vivías viajando, ocupado con la empresa. Ahora no te vengas a hacer el buen padre y a querer saber qué es lo mejor para mí – le dije furioso para salir sin esperar respuesta. Solo oí cómo me llamaba, pero no volví.
Cuando salí, me monté en el auto. Solo quería aclarar mi mente. No sabía dónde iba, la cabeza me daba vueltas. De repente, me se me cruza un camión y lo último que recuerdo es que me salí de la carretera antes de quedar inconsciente.
Cuando comencé a despertar, estaba en una sala de hospital y veo a una enfermera a mi lado.
– Oh, despertó, que bueno. Iré a llamar al doctor – dijo antes de salir de la habitación.
Después que salió, tardó un rato en regresar con un doctor.
– Por fin despertó. ¿Cómo se siente? – me pregunta con una sonrisa.
– ¿Q-qué me pasó? – le pregunto.
– Tuvo un accidente hace como dos horas. Tratamos de contactar a sus familiares, pero se nos hizo imposible – me responde.
– Oh, ya entiendo. Yo me siento bien, solo con un poco de dolor de cabeza – le contesté simplemente.
– Hablando de dolores de cabeza, le tengo que dar una mala noticia, joven. Tras los estudios realizados para ver si tenía alguna fractura o daño cerebral, descubrimos tras una radiografía que tiene un tumor cerebral muy avanzado. Siento mucho darle esta noticia – me informó.
En ese momento, mi mundo se fue abajo completamente. Todo se destrozó para mí.
– O sea, ¿que tengo cáncer? – le pregunto y él asiente.
Esas palabras retumbaban en mi cabeza. Me voy a morir. No sé cuándo o en qué momento, pero me iba a morir. Tenía, tenía cáncer...




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