Iba directo al hospital, hoy me tocaba trasnocho y agradecía ese turno porque así evitaba que fuera a espiar al chico del bar. Necesitaba ponerle distancia, ya que me veía igual o peor de patética como esas mujeres.
Eso me hizo recordar a aquel chico de secundaria. Dorían.
Empecé mi turno sin ningún problema, adoraba la parte pediátrica, pero había ocasiones que te hacía perder la cabeza por los casos que llegaba. Hoy me tocaba urgencias y esperaba que no hubiera casos y fuera una noche tranquila hasta que unos gritos llamaron mi atención. Fruncí el ceño y empecé a darme prisa para saber de dónde provenía y me detuve al ver al león gritando pidiendo ayuda con una bebe en sus brazos.
―Señor, por favor cálmese, que con sus gritos no va a solucionar nada―
― ¿Cómo quiere que me calme si no quieren atender a mi hija? ―
Un nudo se instala en mi estómago al imaginarlo casado.
― ¿Qué está pasando? ― Me acerco y la enfermera Rosa me mira pidiendo ayuda.
―Mi hija está con fiebre y no quieren atenderme― Cuando se da la vuelta para observarme, sus ojos se abren como si me reconociera.
― ¿Cómo se llama señor? ― Pregunto tratando de mantener la calma y mis nervios no me delate.
―Dorían… Dorían Blatter― Abro los ojos al darme cuenta de que posiblemente sea el mismo chico de mi anterior enamoramiento.
―Gaby ¿Estás bien? ― Pregunta Rosa y yo solo asiento.
― ¿Por qué no lo han atendido? ― Le pregunto a Rosa ignorando la mirada de Dorian.
―No tiene seguro médico― Dice un poco apenada.
― ¿Y qué con eso? ― Pregunta Dorian alterado― Esto es un hospital y su deber es atender al paciente sin importar si tiene o no seguro―
Si, este es un hospital, pero es más privado que público, ya que las normas son claras. Sin seguro médico no se atiende.
―Podemos enviarlos en una ambulancia al hospital Westchester, ahí no habría problemas―
―Ya fui a ese hospital y hay una larga lista de espera y mi hija puede que no tenga tiempo―Dice con angustia y el bebé no deja de llorar ―Por favor, ayúdeme― Me doy la vuelta y lo miro y me doy cuenta de que me lo está pidiendo a mí.
Asiento y tomo a su hija. La niña está agitada, llora y puedo sentir que tiene temperatura.
―Gabriela, no puedes…― Me doy la vuelta y no dejo terminar a la enfermera Rosa y salgo corriendo por los pasillos buscando algún pediatra.
Estamos en una buena zona de la ciudad y este es uno de los mejores hospitales de la ciudad, por ende son más estrictos con los ingresos. Busco desesperada a Josy sintiendo los pasos de Dorian detrás de mí y cuando veo a mi amiga salir de una habitación me apresuro hacia ella.
―Necesito de tu ayuda― Ella me mira y después detrás de mí. Sus ojos se abren al reconocer al hombre que nos acompaña.
― ¿Qué sucede Gab? ―
―Necesito que la revises, puedo sentir su temperatura―
Mi amiga toma al bebé y caminamos detrás de ella hasta que ingresa a su consultorio. Pone la pequeña en una camilla y empieza a destaparla de todas las frazadas que la envuelven.
―Cuando un bebe o niño está con fiebre, lo que menos deben hacer es cubrirla― Dice Josy sacando su estetoscopio y empieza a ponerlo en el pecho de la niña.
―Lo siento, soy padre soltero y apenas estoy aprendiendo―Dice Dorian y Josy me mira con picardía.
― ¿Ya le hicieron el ingreso? ― Pregunta mi amiga y yo niego.
―No tienen seguro―
―Gaby― Susurra porque sabe que si no hay ingreso no se puede hacer mucho por la criatura ―Necesito hacerle unos análisis y si no está en sistema no podré saber qué es lo que pasa―
―La niña no puede esperar―Le doy una mirada de advertencia ―Sabes que esa política es una mierda―
―Lo sé, pero ¿qué vamos a hacer? ―
―Voy a hacer el ingreso―
― ¿Cómo piensas ponerla en registro sin una póliza? ―
―Yo firmare un seguro―
―Gaby―advierte Josy.
―Atiéndela por favor―
Mi amiga me mira antes de asentir y tomar a la niña y llevarla a otra habitación para ser intervenida.
―Necesito que me sigas para saber los datos de la pequeña―Dorian me mira con duda antes de mirar por donde salió Joselyn ―Ella va a estar bien, mi amiga es la mejor pediatra del hospital― Asiente y me sigue.
Siento mi cuerpo en llamas con su cercanía y cuando vamos a la parte de registro y empieza a llenar los datos se detiene dónde está el seguro.
― ¿Qué hago acá? ― Señala la parte del papel.
― ¿Tienes alguna propiedad como garantía para cubrir los gastos del hospital? ―… Pregunto y niega con la cabeza.
―Solo mi motocicleta―
Claro, un hombre como él tendría una moto.
De inmediato mi mente se lo imagina él en una Harley con cabellera siento elevada por el viento. Sus brazos flexionados mientras conduce y con unas gafas oscuras y…
― ¿Gaby? ―
Parpadeo varias veces y siento mi rostro calentar cuando me encuentro con la mirada de Dorian y la compañera de archivo.
―Lo siento, estaba divagando―
―Lo siento señor sin una garantía, no podremos hacer el ingreso―
― ¿Pero por qué? ―
―Las cuentas se pueden extender y las personas no tienen como pagarlas, por esa razón necesitan una póliza que les dé una garantía de que esa cuenta quede saldada. Es la razón que este hospital sigue funcionando―
―Pero…―
―Yo me encargo― Le digo ―Voy a poner mi casa como garantía―
― ¿Qué? ― Dice Imelda ―Puedes perder tu casa si no pagas Gabriela―
―No te preocupes por ello, voy a ponerlo con mi seguro― Tomo el documento y llenar el campo que se necesita.
― ¿Lo conoces? ―
―Claro, es mi prometido― Finjo, una sonrisa ―Estamos comprometidos, pero aún no habíamos dado fecha, pero ahora con lo de su hija hay que apresurarnos ¿No es así amor? ― Pregunto nerviosa y Dorian solo asiente sin decir una palabra.
Imelda me acepta la solicitud, pero me da una mirada que no me cree lo que le dije, pero aun así hace el ingreso y me ayuda poniendo a la niña a mi póliza como parte de mi familia.