― ¿Cómo está? ― Pregunto y me acerco para revisar sus signos vitales.
―No despertó, ha estado durmiendo tranquila―Dice ―Tampoco le ha vuelto la fiebre―
―Eso está bien, si sigue así podrá volver pronto a casa―
―Gabriela―Susurra mi nombre y por un momento me preocupo si me ha reconocido. Cuando me doy la vuelta para mirarlo, mi amiga entra cerrando la puerta.
―Qué bueno que están los dos solos―Dice Josy nerviosa.
― ¿Qué sucede? ―
―Llegaron los análisis― Me pasa la Tablet donde informa los otros análisis y que confirma que la niña tiene una bacteria que puede afectar los riñones y el hígado.
―Debemos hacer algo― Le digo preocupada.
Esta bacteria a puede ocasionar mucho daño o hasta la muerte si no es tratada, ya que ella aún es muy pequeña y no tiene muchas defensas.
―Tu hija tiene una bacteria que puede ocasionar problemas con los riñones, hígado, páncreas y algunos otros órganos―
― ¿Y qué esperan para acabar con esa bacteria? ―Pregunta alterado Dorian.
―El tratamiento es bien costoso y sin seguro no se puede hacer nada―
―Puse mi casa como garantía Josy―Le digo a mi amiga.
―No es suficiente y lo sabes―
―Pero…―
―Deben casarse―Interrumpe.
― ¿Qué? ― Decimos Dorian y yo al mismo tiempo.
― ¿Tienes pareja? ― Le pregunta mi amiga a Dorian.
―No―
― ¿Y la madre de la niña? ―
―No está ―
― ¿No tienes nada de propiedades que pueda servir de garantía? ―Niega ―Entonces deben casarse―
―Joselyn―Advierto.
―Tu seguro cubre todo Gabriela, si no te casas con este hombre no podremos salvarle la vida a la niña y perderás tu casa―
―Esto no puede estar pasando―Dice Dorian ―Debe de haber algo más que podamos hacer―
―Es por tu hija Dorian, si no hacemos esto ella puede…―Ni siquiera soy capaz de terminar la palabra.
―Ella no puede morir, ella…―
―Si quieres salvar la vida de tu hija, debes casarte con mi amiga―Lo mira de arriba abajo ―O puedes casarte conmigo. Ambas tenemos seguro―
―No te casarás con él―Le digo un poco molesta.
―Bien―Sonríe ―Llamaré a mi abogado para que haga el papeleo y tengamos todo listo―
Abro la boca para replicar, pero Joselyn ya ha salido de la habitación. Miro a Dorian y no sé qué decir y él me observa haciéndome sentir más nerviosa.
―Lo siento, no sé qué decir―
― ¿Hay otra forma que podamos hacer esto? ― Niego con la cabeza ―Bien― Pasa por mi lado y se acerca a su hija tomando su pequeña mano.
Salgo de la habitación, sintiéndome nerviosa. Busco con la mirada a Joselyn, pero no la encuentro por ningún lado y decidí buscarla en su consultorio. Al abrir la puerta la encuentro hablando por el móvil.
―Necesito que hagamos esto rápido―Dice levantando la mano para que haga silencio―Si, lo sé, pero es necesario―Pausa ―Está bien imbécil, tendremos una cita―Rueda los ojos―No, no me acostaré contigo… ¿Qué? ¡No! ―Sus mejillas toman un color carmesí―Ok, ok― Dice y cuelga la llamada.
Mira por un momento su móvil y luego empieza a abanicarse.
―Está siendo como calor ¿No crees? ―
―Josy, no creo que esto sea una buena idea―
― ¿Por qué no? ― Se sienta ― ¿Ese no es el chico por el que has estado loca? ―
―Eso fue en secundaria―
― ¿Y ahora? ― Bajo la mirada a mis zapatos ― ¿Gabriela? ―
―No importa, no podemos presionarlo a que se case conmigo―
― ¿Es un buen hombre? ―
―No lo sé, lo era cuando era más joven. No sé cómo sea ahora―
―Pues el tiempo que hemos ido a ese bar, nunca lo hemos visto con una chica ¿Será gay? ―
―No lo creo, en la preparatoria salió con muchas chicas―
―Y embarazó a una, entonces podemos descartar esa parte―Toca su mejilla.
―Pero no importa, no podemos hacer que se case conmigo―
―Es la única opción Gaby― Se levanta y se acerca apoyándose con el escritorio ―La niña es la que necesita ser intervenida y sabes que si la lleva al otro hospital puede que sea demasiado tarde para ella. Además, has firmado y la cuenta ha empezado a subir―
―Yo…―
―No te preocupes, déjalo todo en manos de tu hada madrina― Guiña su ojo y me tomó de los hombros para que me dé la vuelta―Sigue con tu trabajo, yo me encargaré de todo―
Me da un azote en mi trasero antes de hacerme saltar hacia fuera y cierra la puerta en mis narices.
Joselyn está loca, pero hay una cosa cierta en todo y la niña necesita atención.
Me dedico a hacer mi jornada y de vez en cuando voy a la habitación de Dorian para saber cómo está la niña. Le ha subido la fiebre, pero no es tan alta como cuando llego, eso quiere decir que su cuerpo está luchando contra el virus.
Ni siquiera soy capaz de mirar a Dorian cuando reviso a su hija, ella ha despertado y me queda observando seria y luego sonríe mostrando unos pequeños hoyuelos.
Recordando a Dorian cuando era más joven.
― ¿Cómo está la princesa? ―
La reviso y ella se deja tomar los signos vitales, solo observa cada movimiento que hago. Le comienzo a susurrar palabras que la mantengan tranquila y le doy el medicamento que hará que le baje la fiebre.
―La veo mejor― Me tensiono al sentir la cercanía de Dorian, se encuentra a mis espaldas.
―Si, pero debemos seguirle suministrando los medicamentos para combatir el virus―
―Gracias―Siento su aliento detrás de mi oreja.
―No hay de que― Me doy la vuelta y debo levantar mi mandíbula para poder observarlo a los ojos.
Dorian es grande, no solamente de cuerpo sino también de altura.
―Vendré más tarde―Paso por su lado y antes que pueda salir toma mi muñeca.
― ¿Aún nos vamos a casar? ―
―Eso parece si necesitamos mi seguro médico―
―Bien― Me suelta y vuelve la atención a su hija.
¿Bien? Eso es todo lo que dice.
Me despido y salgo de la habitación y cuando lo hago siento como el aire vuelve a entrar a mis pulmones.
¿Lo estaba reteniendo?
Dios, esto es una locura.