Cuando Nadie Ve [fanfic] {jungkook, Hoseok, Jimin}

2

-¡¡¡MARK, KAI!!! -gritó Hinome mientras corría hacia sus dos amigos, los cuales se encontraban sentados en la cafetería almorzando.

Habían pasado un par de semanas desde que había llegado de Japón junto Mark y también desde que que había conocido a Kai, So-hyung y Hannon.

-¡HINOME!- Mark saltó a abrazarla pero segundos antes de llegar a tocarla se detuvo por la mirada asesina que te dio esta- perdona.

-Tantos años juntos... ¿Y aún se te olvida que odio el contacto? En fin... ¿Qué tal os han ido las clases?- preguntó mientras se sentaba a comer a la vez que buscaba con la mirada a las otras dos para saludarlas.

-Bien, bueno... Cuando fui a informática me encontré al grupo de Yang mi...- susurró Mark agachando la cabeza.

Hinome rápidamente dirigió su mirada hacia él y empezó a revisar que no tuviera ninguna herida o golpe. Desde que llegaron no les habían dejado en paz a ninguno, pero a esos dos chicos les hacían la vida imposible por el simple hecho de ser homosexuales, aunque sinceramente el que se llevaba la peor parte de todo era Mark porque, a pesar de que Kai y Hinome lo defendían, él no sabía cómo defenderse cuando lo encontraban solo.

-¿Te hizo algo? Ese maldito grupo me las va a pagar como siga así- dijo enfadada mientras le pegaba un puñetazo a la mesa.

-Re-relájate, no me hicieron nada, los detuvieron antes de que fuera a más.

La chica iba a hablar cuando llegaron las dos chicas y se sentaron enfrente suya.

-Te estábamos buscando- informó Hannon mientras le robaba el café.

-¡Oye eso era mío!

-Eso te pasa por hacernos buscarte por todas partes -contestó So-hyun quitándole parte de la comida, a lo que respondió con un suspiro.

-Tenía hambre ¿vale? Y quería ver a estos dos, así que después de terminar las clases y entrenar un poco me vine a comer con ellos- se justificó mirando como sus amigas se comían toda la comida, su preciada comida.

-¿Y cuándo tienes pensado enseñarnos?- preguntó la rubia recibiendo una mirada confusa de parte de Hinome- dijiste que nos enseñarias técnicas de judo.

-¿Qué hará qué? Oh no, no os lo recomiendo, la última vez que quise aprender terminé sin poder moverme bien casi una semana entera- advirtió Mark mirándolas asustado.

-No fue mi culpa, yo te advertí, además no fue para tanto- se defendió- y bueno, esta tarde la tengo libre, podemos hacerlo hoy.

-Pero el pabellón estará ocupado por los de taekwondo- intervino Kai.

-Podríamos hacerlo en el patio, simplemente nos vamos a un sitio sin mucha gente y tenemos cuidado de no caer... Fácil.

-Si vosotras queréis...- murmuró no muy convencida Hinome. No es que fuera buena idea que dos personas que no sabían nada de judo decidieran hacerlo por primera vez en el duro suelo, pero ella jamás diría que no a la posibilidad de entrenar aunque fuera un poco.

Pov. Hinome.

Después de eso seguimos hablando de temas triviales hasta que tuvimos que regresar a las clases. El resto del día pasó normal en mi opinión, con algún golpe por aquí y una amenaza por allá, hasta que terminaron las clases y nos juntamos en el patio como habíamos acordado. Mark y Kai también vinieron, pero ellos solo a ver porque decían que no querían arriesgar sus vidas entrenando conmigo. Cuando al fin encontramos un sitio un poco apartado y sin gente para practicar empecé a explicarles lo que podríamos hacer.

-No sabéis caer, así que menos razón para que tiréis hoy. Por mientras puedo enseñaros un par de técnicas simples, siempre que tengáis cuidado con no caer y haceros daños- expliqué mientras estiraba un poco- no es que me importe que os hagáis daño o no, pero la culpa sería mía así que prefiero no meterme en líos si es posible.

Después de reír por sus caras de ofensa y que me reclamasen, comenzamos con la práctica. Empecé enseñándoles algunas de mis favoritas y las más fáciles. Cuando parecían ir manejándolo más, y debido a las insistencias de parte de ambas, decidí pasar a una más complicada pero que realmente me gustaba mucho.

-Está bien, vamos a ponerlo un poco más difícil- dije mientras me acercaba a Hannon- cogéis un brazo, os agachais hasta poner vuestras ofertas en su cadera, agarráis la pierna y... Listo- dije al levantarla como un saco de patatas, aunque duró poco porque un pelotazo que llegó de la nada hizo que cayésemos. Y por si caer desde esa posición no fuera poco y gracias a mi maravillosa suerte, ambas caímos a un charco con barro que ni sabíamos que estaba.

So-hyun empezó a reírse a carcajadas de nosotras y Hannon enfadada la agarró del brazo para tirarla con nosotras y los dos chicos observaban desde las distancia para poder reír sin que les pasara nada. Mientas yo buscaba con la mirada al culpable del pelotazo.

De repente llegó un chico rubio con cara de preocupación pero que, al ver como las otras dos peleaban en el barro, empezó a reír achicando más sus ojos.

-L-lo siento- se disculpó como pudo aguantando la risa- ¿Estáis bien?

-Por supuesto, recibir un pelotazo de esa forma mientras haces un kata guruma es algo agradable siendo sincera. Y ¿el baño de barro? Nos ahorraste el viaje al Spa y ¡encima gratis! Gracias- contesté sarcástica.

-Perdona- se disculpó haciendo una reverencia, para este momento Hannon y So-hyun ya habían dejado de pelear y se encontraban a mi lado mirando al chico- estábamos entrenando pero lanzaron la pelota demasiado alta para mí- se excusó señalando a dos chicos detrás de él. Quise reír por lo dicho, es que era muy bajito, no me extrañaba que no hubiera llegado y me hacía un poco de gracia. El chico habría seguido disculpándose de no ser por cierto grupo insoportable que llegó a molestar. Tan oportunos como siempre.

-Vaya, ¿qué tenemos aquí? El grupo de perdedoras- dijo Yang mi mientras los demás nos rodeaban. Mark se puso detrás de Kai escondiéndose mientras nosotras intentábamos que no los vieran.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.