Cuando Nadie Ve [fanfic] {jungkook, Hoseok, Jimin}

15

Pov So-hyun:

-Venga abre la boca -yo negué- So-hyun debes comer -me regañó Jimin.

-Pero no quiero comer -puse un puchero.

-Llevas 2 días sin comer bien, So-hyun puedes enfermar por eso -dijo él preocupado.

-Jimin... acabo de perder a la persona que más quería, ya no podré decirle lo mucho que la amaba y la necesitaba, no me despedí de ella, no pude por estar aquí, lejos de ella, lo último que me preocupa es enfermarme por no comer -cerré los ojos para mantener mis lágrimas dentro de mis ojos, pero un tacto en mi mejilla me hizo abrirlos y dejarlas escapar.

-Linda no llores, perder a un ser tan querido es duro, mucho lo sé, hace poco perdí a mi padre -se quedó callado un momento y bajó la mirada al suelo pero sin quitar su mano- mi padre caminaba por el bosque ya que amaba la naturaleza pero un lobo... le atacó y no pudo resistir las heridas y falleció -me volvió a mirar- pero no por eso no sigo a delante, al contrario sigo porque es lo que él quería.

-Pero... -me interrumpió.

-Sigue, por ella -me sonrió y yo asentí- entonces come -cogió de nuevo los palillos con un poco de ramen y lo acercó a mi boca, yo la abrí y comencé a comer con su ayuda.

Pov Narrador:

Mientras So-hyun y Jimin estaban en la cafetería, Hannon y JungKook estaban en la biblioteca estudiando por petición de la chica, y Hinome estaba aburrida en su cuarto queriendo morirse porque todos la dejaron sola. Salió de su cuarto para ir a ver si alguno la podía entretener como su bufón personal pero todos estaban ocupados, así que sólo tuvo la opción de irse al patio a entrenar un poco de judo.

Después de un rato se cansó y decidió tirarse tumbada al césped para descansar mientras miraba el cielo, pero esa paz duró poco ya que un chico se puso a su lado quitándole la soledad.

-Hola -sonrió el chico mirándola.

-Hola... -dijo ella con cara de asco levantándose quedando sentada- ¿necesitas algo?

-Sí, y tú tienes lo que necesito -sonrió más haciendo que Hinome viera algo psicópata en él.

-Y... ¿qué es? -se atrevió a decir.

-Te quiero a ti -sonrió de lado alzando una ceja.

-Eh ya... pues creo que no -se levantó algo nerviosa y comenzó a caminar lejos del chico pero él con una velocidad sobrehumana se colocó en frente suya y la agarró de la cintura pegándola a su cuerpo y haciendo que sintiera un bulto pegando en su pierna y se asustó- su-sueltame por favor -puso sus dos manos en su pecho para alejarlo pero tenía demasiada fuerza y no consiguió nada.

-¿Es que no lo sientes? -gruñó acercando su cara al cuello de la chica para comenzar a pasar su nariz por este y oler su aroma- Necesito de tí, y lo necesito ya -la chica sintió como él abrió su boca y como la arrimaba a su cuello pero sacó fuerza de Dios sabe dónde y se alejó de él corriendo lejos, pero lo único que quedaba cerca era el bosque, sí el pinche bosque, se metió en él aún sin conocerlo bien sólo queriendo perder de vista a ese chico.

Corrió y corrió hasta que por torpe tropezó y se lastimó el tobillo ya que se le había quedado atrapado​ entre una rama y al levantarlo se le torció un poco. Escuchó una rama romperse detrás suya y se giró con miedo aún sentada en el suelo. Tenía algunas lágrimas por sus mejillas, a parte de por el chico que le hizo eso, porque el dolor del tobillo la mataba.

Al girarse pudo ver a un lobo blanco bastante grande, de ese tamaño que describían en las novelas de licántropos que So-hyun tanto leía, tamaño de un alfa pensó Hinome.

-No me hagas daño, por favor -suplicó echando su cuerpo poco a poco hacia atrás mientras el gran lobo se acercaba a ella, él al ver el miedo en Hinome agachó sus orejas y encogió su rabo entre las piernas para que ella viera que no le haría nada, pero siguió acercándose hasta quedar a escasos centímetros de su rostro.

El animal vio las lágrimas de la chica caer por sus mejillas y no pudo evitar sentir dolor y tristeza, no podía verla así, así que con su lengua la pasó a por ambas mejillas secando estas resbaladizas saladas gotas, haciendo en el acto cosquillas a Hinome quien no pudo evitar soltar una risa suave. El lobo feliz por hacerla dejar de llorar se separó un poco y con su hocico acarició su cara.

-Ya, me haces cosquillas -rió Hinome apartando la cara del lobo, al separarse ambos se miraron a los ojos y sintieron una conexión por dentro de su cuerpo.

El animal se acercó a oler su cuello y gruñó al sentir un aroma amargo, sin permiso el lobo sacó su lengua y la pasó por el cuello de Hinome para conseguir quitar el olor tan asquerosamente feo que desprendía, pero no era suficiente, así que sin previo aviso la mordió, impregnando todo el olor a alfa en su cuerpo y que nadie más se acercara, para dejar su olor, para hacerla suya y de nadie más. Hinome se asustó por eso pero al ver que el animal no hacia nada más que ese pequeño mordisco la tensión en su cuerpo se esfumó. Una vez que todo el olor del alfa de impregnó en la chica, sacó sus dientes del cuello de ella dejando caer unas pocas gotas de sangre pero que rápidamente las quitó pasando su lengua por la herida que la acababa de hacer, se separó volviendo a conectar miradas pero un lobo negro del tamaño del blanco se abalanzó encima de él mordiéndole el lomo haciéndole sacar un aullido de dolor. Hinome se asustó mucho, se intentó poner de pie pero el tobillo la traicionó volviendo a caer al suelo llamando la atención del lobo negro, comenzó acercarse a ella despacio y en la cabeza de Hinome apareció una frase como si fueran dichas con telepatía "Mía" pero ese lobo no duró mucho porque el blanco se tiró a él para atacarlo y defenderla, volviendo ahora a escuchar con una voz familia en su cabeza "Te equivocas, es mía" y detrás de la frase un gruñido de parte del lobo blanco, ambos se lanzaron al contrario para atacarse y comenzar una pelea por la chica, hasta que el lobo blanco lastimó fuerte al negro dejándolo débil en el suelo... y haciendo algo impactante para Hinome... transformándose de lobo negro al chico que la acosó en el patio.




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