Un Truco Sucio.

Un día de clases, a la hora de salida, presencié un acto que me lastimó mucho más que lo ocurrido hasta ahora: Miguel se está besando con un chico y están tan apegados que parece que están a punto de desnudarse. Su nivel de lascividad se podía percibir. Me fui sin hacer ruido.

Miguel me llamó cuando llegué a casa. Bueno, no le contesté por ese motivo. Tuve que contarle a Nigel lo que vi. Él me dijo:                                                                  -Estarás bien sin él, Lucas. De seguro Miguel quiso complacer al muchacho y se olvidó de ti luego de lo que sucedió.                                                                          -¡Aún así me duele, Nigel! Él y yo nos queremos demasiado, y estar lejos nos afecta bastante. Yo creo que debe haber una explicación.                                        -Tú mismo lo has dicho. Ya se te pasará lo amargo de una decepción, y por ahora trata de controlar tus pensamientos. No vayas a lastimarte por un hombre.  -No me atrevería a hacerlo. Además, no tendría sentido.                                                                                  -Mejor trata de descansar y mantener tu rutina. Si necesitas hablar con alguien, puedes hacerlo conmigo siempre.                                                                -Lo tendré en cuenta.

Antes de entrar al aula, alguien se me acercó en el pasillo.                                                                                    -¿Lucas?                                                                                Regresé a verlo. Me quedé asombrado al reconocerlo.                                                                          -¿Guillermo?                                                                          -Me sorprende que recuerdes mi nombre luego de tanto tiempo.
-¿Qué deseas?
-Yo...quisiera saber si aún recuerdas nuestra última conversación.
-No muy bien.
-Te había pedido que vayamos juntos al cine.
-Guillermo, yo...
-Sé sincero conmigo, Lucas.
-Me había olvidado de eso.
-Bueno, te lo repito para saber tu respuesta.
-¿Todavía deseas eso?
-Sí. Yo no le pido esto a cualquiera. Tú eres muy lindo y agradable.
-No quisiera que te hagas una idea equivocada de esto.
-No seré inoportuno. Iré al mismo ritmo que tú.
Guillermo es de piel un poco más oscura que yo, y el tono dulce con el que habla me gusta. Es un estudiante aplicado y proviene de ascendencia mexicana.
-De acuerdo, iré contigo.
-Te lo agradezco mucho.
-No es necesario. Te veré después.
-Hasta entonces.
Entré al aula. Tendré que provocar a Miguel para probar su querer por mí. Él podrá demasiado ser cariñoso conmigo, pero creo que le faltó más constancia para afrontar los retos. Además, necesito salir y distraerme. 

La salida al cine fue esa noche. Guillermo y yo entramos juntos y así nos sentamos durante la película.
Después, fuimos a su casa. No hablamos por unos instantes.
-No lo ocultaré más: Tengo ganas de besarte ahora mismo y no pensar en nada más que nosotros.
-Guillermo, no soy un chico que se quita la ropa ante cualquiera.
-No te estoy proponiendo eso, Lucas. Yo te respeto mucho y tu desnudez es muy valiosa como para ofrecerla tan fácil.
-Que bueno que lo entiendas. Ahora necesito un gran apoyo y no estoy buscando sexo casual.
-Considérame un amigo, Lucas. No te pediré nada que empeore la situación.
-De acuerdo. Estableceré límites con esto para que no se den malos ratos.
-Si eso es un problema para ti, entonces seré más sutil al momento de acercarme a ti.
-Así es mejor.
-Con tal de conseguir mi propósito.
-¿Quieres seducirme?
-¡No! Yo quiero tener una relación concreta. Sé que es difícil en estos días, pero no me rindo con facilidad.
-Pronto aparecerá alguien para ti.
Me rodeó con sus brazos.
-Ojalá fueras tú.
-Guillermo...
Me besó cerca de la boca. Luego, probó mis labios.
-Me gustas, Lucas.
-O...Oye, no hagas nada indebido.
-Eso nunca. Sólo pensé en robarte un beso.
-Ya lo hiciste. Y no lo repitas.
-¿Por qué no?
-Porque todavía quiero estar con Miguel. Y si hago esto, parecerá una venganza por lo sucedido.
-Estaré contigo hasta que te canses de mí. Además, también quiero desquitarme por lo que me hizo el amor de mi vida.
-¿Tienes pareja?
-No. Lo considero así porque lo conozco desde pequeño. Es el hermano de un amigo muy cercano.
-Entiendo.

Guillermo salió de la ducha envuelto en una toalla y el cabello mojado.
-¡Oye, no te exhibas estando yo presente!
-Lucas, estoy en mi habitación, así que este es mi espacio personal.
-Entonces me hubieras pedido privacidad.
-No es necesario la modestia. Ya has visto una parte de mí sin ropa.
-Lo de las fotos era solamente para entretenernos. De ahí yo no permito que me manoseen. Yo siempre doy el primer paso.
Me abrazó y empezó a besarme con cariño en el cuello.
-Guillermo...
-Aquí estoy para ti.
-No...sigas.
-¿Por qué?
-Soy...muy débil.
-No tengas miedo de mí. Sólo déjame darte una razón para que no me olvides.
Salieron varios gemidos de mi garganta. Él los provocaba.
-¿Lo sientes?
-¡Sí! Está...
-Lo sé. No se resiste a ti. Me pide más.
-¿Vas a ceder a tus deseos?
-Sí. Y yo sé que también deseas disfrutar conmigo.
-No quiero que me lastimes.
-No lo haré. 

Al otro día, no pude mirar a los ojos a Miguel. Las dos razones son más que obvias: tuve relaciones con Guillermo y lo vi besándose con ese chico.
Se me acercó Said para contarme lo siguiente:
-Ese chico es Joel Gutiérrez, el hermano de Benjamin.
-¿Cómo estás tan seguro de eso?-le pregunté.
-Joel quería desquitar su despecho con alguien que le pareciera atractivo. Y la culpa era de su "crush".
-Pero, ¿por qué besó a Miguel?
-Porque la única forma de hacerlo sentir celos era buscándose a su peor enemigo. Guillermo está obsesionado contigo y sabía de lo tuyo con Miguel.
-Aunque fuera cierto, Miguel no aceptaría ser juguete de alguien.
-Joel le mostró los mensajes que tenías con Guillermo. No sé cómo los consiguió.
Fue ahí cuando reconocí que todo era un truco tan sucio como yo, por haber caído tan bajo en un juego de celos.