Ya han pasado dos semanas y aún no, nos han dado noticias sobre mi hermano y la embarcación no la encuentran, mi madre está preocupada y llamo a papá el cual adelanto su viaje para venir a ayudar en la búsqueda, ahora el se encuentra en alta mar hace tres días buscando a mi hermano.
Nunca pensé que estaría sentada en este muelle sin la fiel compañía se mi hermano, el adoraba ver los atardeceres aquí y ya se ha perdido varios.
- Cariño el almuerzo está listo - me levanté y miré a mamá, quien tenía los ojos hinchados de tanto llorar, ella prácticamente no pega ojo en las noches esperando una noticia de mi hermano.
(...)
Un mes ya ha pasado un mes y aún no hay noticias del joven capitán desaparecido junto con su embarcación en alta mar, los oficiales costeros dicen que la búsqueda será cerrada dentro de dos semanas si no hayan rastros de la embarcación. - termino de escuchar las noticias y habló
- No pueden hacer eso, cierto? - le pregunté a mi madre y a mi padre, el cual había estado durante dos semanas buscando a mi hermano en el mar, pero tuvo que volver a tierra por comida y cuando llegó los oficiales le prohibieron volver a salir.
- Me temo que sí querida - hablo papá con la voz rota - me temo que sí
- No, no pueden - dije llorando y mamá se acercó abrazarme junto con papá
- No podemos hacer nada más cariño, lo siento - me alejé de ellos
- ¡¿Cómo pueden decir eso?! ¡Es su hijo! ¡No se pueden rendir tan fácil - comencé a bajar el tono de voz y caí de rodillas al piso - No se pueden rendir tan fácil - susurré y ellos se me acercaron para abrazarme
- Shhh, tranquila cariño - me decía mi madre mientras lloraba junto conmigo
- No se pueden rendir tan fácil - susurré mientras lloraba - sigamos buscando, por favor - seguí llorando mientras mis padres me abrazaban
- Seguiremos buscando cariño - hablo mi padre con la voz rota - cuando paren la búsqueda nosotros comenzaremos la nuestra, te lo prometo - y por primera vez ví a mi padre llorar. Estuvimos arrodillados en el piso, abrazados y llorando hasta que escuchamos un golpe en la puerta
- Yo voy - se levantó y limpio sus lágrimas, mientras caminaba a la entrada - ¿Sucede algo oficial? - preguntó mamá, mientras lo dejaba pasar
- Primero que todo, buenos días
- Para usted lo serán - hablé, me dio una mirada recriminatoria, pero no me importo, solo me importaba tener noticias de mi hermano
- ¿Que pasa oficial? ¿Encontraron algo? - papá estaba más calmado que nosotras dos
- Lo que ocurre es que el tiempo límite para buscar un naufragio es de tres semanas a un mes y ya la búsqueda lleva un mes y una semana, por lo tanto le vengo a notificar que la búsqueda ha sido detenida, lamento su perdida, Señor y Señora Laurens - comencé a llorar y mamá también, mire a papá y tenía los ojos llorosos, pero no permitió que una lágrima cayera
- Mi hermano no está muerto - susurré - el volverá
- Lamento decirte esto niña, pero...
- No me venga a decir niña por qué no lo soy y no vuelva a insinuar que mi hermano no volverá por qué si lo hará - grité - el tiene que volver - susurré, mientras caí en una inconciencia y lo único que pude escuchar fue a mi padre diciendo mi nombre.
(...)
He despertado y la luz del bombillo me tiene cegada, comienzo ha costumbrarme a la luz y empiezo a mirar a mi alrededor, mi madre se encuentra durmiendo en un sofá, con mi padre recostado en sus piernas, no sé dónde estoy y siento la garganta seca, por lo que comienzo a sentarme para poder ir por una vaso de agua, al apoyar mis manos en la cama, noto que tengo una cosa en el dedo índice y en la otra tengo una aguja puesta, comienzo a seguir el cable y noto que está conectada a una máquina y la otra a una bolsa con agua creo que eso se llama suero, pienso y ahí me doy cuenta que estoy en un hospital, cuando vuelvo a intentar levantarme mi padre me detiene
- ¿Cómo estás?
- Con sed - sonríe y comienza a servirme un vaso con agua, me lo entrego y le puso una pajilla, comencé a beber y cuando ya no sentía mi garganta seca le entregué el vaso a papá - ¿Que pasó?
- Te desmayaste
- Eso lo sé, pero me refiero a que hago en el hospital - me miró como dudando que decir y en ese momento mamá despertó
- Cariño - me abrazó - ¿Cómo estás? - dijo tomando distancia
- Bien... Supongo ¿Por que estoy en el hospital? - ambos se miraron y mamá comenzó a hablar
- Cariño tuviste una recaída - la miré y realmente no entendía nada, recaída de que?
- ¿Recaída de que? - pregunté dudosa
- Cariño, cuando tenías tres años tuviste leucemia - la mire sorprendida, yo no lo sabía - pero te recuperaste, nos habían advertido que podía volver, pero con los años que pasaron pensamos que no pasaría de nuevo
- ¿Por que no lo sabía? - estaba molesta
- Por que fue hace 13 años y creímos que no pasaría de nuevo, además tú hermano... - en lo último guardo silencio
- ¿Mi hermano que mamá? - mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, recordar que no estaba conmigo me dolía
- Tu hermano no quiso que te dijeramos, te conocía tan bien que sabía que...
- No hablen en pasado - comencé a llorar
- Cariño, tranquilizate - me acarició la cabeza
- ¡No! - comencé a alejarla de mí, no quería que me tocarán, solo quería a mi hermano - ¡Quiero a mi hermano!
- Cariño por favor - mi madre me miraba dolida
- ¡No! ¡Yo quiero a mi hermano!
- Llamaré a las enfermeras - y mi padre salió de la habitación
- Cariño por favor, te harás daño - mi madre intentaba tocarme, pero no la dejaba
- ¡No me importa! ¡Solo quiero a mi hermano! Quiero a mi hermano - Susurré mientras lloraba -
- Por favor, detente
- ¿Por que? - la mire con mi rostro húmedo por las lágrimas - ¡¿Por que?! ¡¿Por que actúas como si no te importara?!
- ¡Por que no está, se fue! - me dio una mirada dolida
- No, no, no, el volverá - hable por lo bajo - ¡El volverá! ¡Tiene que volver!
- No lo encontramos Sav, no lo encontramos
- ¡No me llames Sav!, no te atrevas a llamarme Sav - seguía llorando - solo mi hermano me puede llamar Sav
- ¿Que ocurrió? - una doctora entre en la habitación
- Se alteró y ahora está así - me encontraba abrazada de piernas y llorando
- Hola, mi nombre Clara ¿Cómo te sientes? - me hablaba como si estuviera loca o como si estuviera haciendo un berrinche - se que es una difícil noticia, pero debes saber que con un tratamiento adecuado y un poco de salidas al centro, recuperaras el tiempo perdido y sanarás - no la miré y ella siguió hablando - se que es díficil enterarte que estuviste un mes en coma, pero no te preocupes, estarás bien
- ¿En coma? ¿Un mes? - mire a mis padres y estos me miraban con tristeza - ¿Estuve un mes en coma? - la doctora miró a mis padres
- ¿No le dijeron?
- No, nos dejos terminar - mire a mis padres
- ¿Que no los deje terminar? - los miré dolida y con lágrimas aún es mis ojos - ¡¿Que no los deje terminar?!
- Savanna, por favor tranquilizate - la doctora me tomo los brazos
- ¡No me tranquilizaré! - mire a mis padres - No lo siguieron buscando, ¿no? - la doctora nos miraba sin entender nada
- Si lo hicimos - hablo papá - créeme que si lo hicimos pequeña, pero... - se me acercó - pero...
- Pero se rindieron, se rindieron - los miré dolida y no pude evitar volver a llorar - mi hermano nunca se hubiese rendido si hubieras sido tu papá - mis palabras fueron como cuchillos para él, ya que comenzó a llorar
- Lo siento - intento abrazarme, pero no lo dejé
- ¡No me toques!, No me toques - me dolía, me dolía saber que los se habían rendido tan fácil, mi enfermedad no me importaba, me daba lo mismo si moría o no, yo solo quería a mi hermano de vuelta y con ese pensamiento volví a llorar
- Savanna, debes calmarte, sí sigues así puedes desmayarte nuevamente - mire a la doctora y en ella había lástima, y yo no quería que la sintiera
- No me importa, no me importa si me desmayó o si no despierto mañana, ¡Yo solo quiero a mi hermano! - comencé a darle golpes a la cama con mis puños y sentí una punzada en una de éstas, la aguja se había salido y dónde antes se encontraba salía sangre, la doctora tomo mis brazos intentando calmar mis movimientos, pero estaba tan dolida que no me importaba, seguí golpeando la cama, mientras gritaba - ¡Sam! Por favor - lloraba y no podía dejar de hacerlo, seguí luchando con todas mis fuerzas para que las enfermeras que habían entrado hace un instante me soltaran - sueltenme - grité y sentí un pinchazo en mi brazo izquierdo - ¡No! ¡Sueltenme! ¡Déjenme! Tengo que ir por Sam - susurré - Sam, por favor vuelve - susurré mientras caía en la inconciencia.