Cuando te cuente nuestra historia

Capítulo 3

Desperté con un dolor de pies, brutal y Eva con una resaca infernal, pero la animé a quedarse a desayunar, me sentía mal por no haber estado con ella anoche.

–– No vuelvo a beber así en la vida –– dijo mientras se servía más zumo de naranja.

–– Menos mal que solo bebí una copa –– le pasé una tostada a mi prima para que comiese algo.

–– Porque Alec Clark te secuestró. De verdad que me parece increíble que las primeras persona que conoces en Madrid sea a los hermanos Clark. No sabía que tu familia se llevase tan bien con sus padres –– se terminó todo el zumo de un trago ––. Tienes que presentármelos. El mayor, Aidan está tan bueno que me excito tan solo con mirarlo, y con esos que tiene…babeo. De verdad Sara, yo soy tú y me enrollaba con los dos. Alec ayer estaba muy guapo y parecía muy a gusto contigo.

Levanté una ceja y negué con la cabeza.

–– No pienso enrollarme con ninguno, Eva. Paso olímpicamente de meterme en líos amorosos hasta que termine mi carrera.

–– Susana anoche debió de flipar. No habla mucho de sus conquistas, pero se rumorea que tuvo un rollo con los dos hermanos. Susana es famosa por sus fiestas y siempre ocurre algo jugoso en ellas, pero solo cuenta lo que quiere. Le preguntas y simplemente sonríe y dado que anoche Alec nombró su última fiesta, es obvio que al menos a sus fiestas, los hermanos asisten. El padre de Susana es catedrático en nuestra universidad con eso ya te digo todo, ella estudia derecho como tú así que como imaginarás conoce a los que serán tus compañeros.

Asentí, tampoco me sentía muy impresionada.

–– Entonces será mi nueva compañera. Yo voy a lo que voy Eva, que es terminar mi carrera.

–– Vaaale. Bueno, es momento de irme. Gracias por el desayuno, pero escucho a mi cama llamarme desde aquí.

Me levanté de la silla al mismo tiempo que mi prima, el dolor de pies me hizo cojear un poco, pero esto se arreglaba con unos cuántos largos en la piscina y sin volver a usar tacones durante un tiempo. Acompañé a Eva hasta la puerta en silencio, tenía miedo de encontrarse con mis padres y que la vieran en ese estado de resaca infernal.

 

Mi padre terminó de asar unas hamburguesas. Se le veía feliz y relajado, al igual que mi madre que estaba sentada enfrente de mí. Tenía las piernas estiradas al sol, hablaba por teléfono con mi abuela y picoteaba unas aceitunas. Mi teléfono vibró una vez, era un mensaje de un número que no tenía guardado.

Dime que te duelen los pies de lo bien que lo pasaste anoche.

Alec. Puse los ojos en blanco, pero con una sonrisa. Contesté al momento.

Tramposo, le pediste mi número a tu hermana.

Dejé el móvil encima de la mesa al traer mi padre la comida, mi madre se despidió rápidamente de mi abuela.

 

–– Sara, ¿tienes algún plan para hoy? ––preguntó mi padre. Comenzó a preparar su hamburguesa, con pan, queso y lechuga.

–– No tengo nada pensado, ¿por qué?

–– Por nada. Tu madre y yo no tenemos pensado hacer nada en toda la tarde. Estaremos tumbados en las hamacas durmiendo una gran siesta y tomando el sol.

Mi madre le dio el primer mordisco y asintió con la cabeza.

–– Están muy sabrosas, cariño. Ahora ya no tienes excusas para comer sano, a la parrilla está mejor que frito –– mi padre no opinaba igual ––. Hija, pensé que pasarías tiempo con Alison o con tu prima, ahora que ya tienes una amiga, aprovecha para conoceros mejor. Si quieres dile que venga, por nosotros sabes que no hay ningún problema.

–– No lo sé mamá, había pensado en disfrutar de nuestra piscina, solo estuve por la mañana.

–– Ya tendrás tiempo para disfrutar de ella, lo importante es que hagas amistades aquí. Sabemos que echas de menos a Emma, tienes derecho a pasarlo bien también.

Evalué las palabras de mi madre y tenía razón. Ya tendría tiempo para estar sola en nuestra casa. Le asentí a mi madre y levanté el teléfono para mandarle un mensaje a Alison, esperaba que estuviese en casa esta tarde. Alec había contestado.

Yo no me llamaría tramposo, digamos que soy inteligente. Si la Montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña, ¿cierto? Además, es posible que mi hermana no sepa que cogí su teléfono mientras estaba boca abajo en el sofá, quejándose de su espalda.



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En el texto hay: new adult, romance

Editado: 31.05.2018

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