Las cosas pequeñas son las que más te marcan. Pudo haber sido solo un pedazo de papel, pero fue uno que llenó mi corazón de calma.
Pasaron un par de semanas en las que observaba de lejos a mi chica de pelo castaño. Creí que todo sentimiento se iría con el tiempo, pero como si fuera un hechizo , cada vez que nuestras miradas se encontraban, me atraía aún más. Luché con mis emociones una y mil veces, lloré días completos e intente olvidarla, pero... Nunca deje de pensar en ella. Odiaba no poder tenerla y me atemorizaba conseguir su eterna compañía . Mi mundo seguía ese rumbo e incentidumbre monótona, hasta aquel viernes 22 de septiembre.
Ese día la profesora de lengua nos entregó los exámenes. Al ver la calificación, había reprobado. Una enorme decepción cayó sobre mí. Era mi materia preferida y siempre tenía los mejores resultados, no le había fallado a mis padres o a alguien en particular, pero... Sí a mis esfuerzos . Mientras estaba revisando cada uno de mis puntos, vi cómo una sombra se acercaba lentamente y apaciblemente. Era mi maestra, Zoe.
-Buscame a la salida, estaré en la biblioteca-fue lo último que escuché antes de ver cómo volvía a su escritorio.
Unas horas más tarde, la jornada finalmente había terminado. Deseaba volver a mi hogar con todas mis fuerzas, pero debía buscar a Zoe. Me dirigí a la biblioteca y al llegar me encontré con Tania, quien también se dirigía a ese lugar. Rápidamente, ella bajó la mirada y sonrió con nerviosismo, yo voltee mi rostro , si seguía viéndola podría obsecionarme y nunca ser capaz de alejarme de su lado . Las dos entramos al mismo tiempo. Mientras avanzábamos, nuestros pasos estaban coordinados yendo en la misma dirección, pero... ¿debía ser solo una coincidencia, no?
Cuando la maestra de lengua nos vio, sonrió plácidamente e hizo una señal para que nos acercáramos. Allí supe que Tania también era parte de esta misteriosa solicitud. Extrañamente, me sentí emocionada; era como si toda mi vida hubiera esperado ese momento.
-Buenas tardes- Estela y Tania", dijo Zoe con un tono malicioso.
-Buenas tardes- procedimos a decir Tania y yo con una sincronía casi perfecta .
-Me imagino que se preguntan por qué las llamé el día de hoy...- El suspenso de Zoe hacía que deseáramos desesperadamente la respuesta.
-Las dos fallaron en el último examen y por esto les quiero dar una oportunidad. Les daré un trabajo que tendrán que hacer juntas. ¿Aceptan?
Sin dudar ni por un solo segundo, acepté. Procedí a mirar a Tania,
mis ojos solo mostraban una alegría infinita, o eso quiero creer . Al ver su sonrisa, un leve sonrojo se apoderó de mi cara. Ella también tenía sus mejillas un poco más rosadas de lo normal.
-Tania, ¿tú qué dices?- Zoe le preguntó mientras su sonrisa se llenaba de satisfacción.
-Sí -dijo con una mirada suplicante.
Zoe procedió a darnos y explicarnos el proyecto. Debíamos crear una historia conmovedora , no importaba si era cuento o fábula, para participar en una competencia de escritores en nombre de la institución.
Al terminar tal platica, nos despedimos y procedimos a alejarnos de la maestra. En la corta caminata , Tania se detuvo , tomó aire y de sus labios salió una frase que hizo que las mariposas de mi estómago volaran aún más rápido.
-Estela, ¿podrías darme tu número?
Su rostro rápidamente se tornó de un rojo notorio. Este hecho me hizo sonreír como nunca antes. Allí las preocupaciones parecían inexistentes y mi alrededor era una utopía qué destruyó cada uno de mis esfuerzos para no acercarme a esa chica.
-Claro-dije con gran calma.
Ese momento fue suficientes para saber que no me importaba si era mujer o si el día de mañana me dijiera qué no era de este planeta, no me importaria si fuera una criminal buscada o si pensaba en dispararme, yo lo daría todo para conseguirla y ver siempre en ella una sonrisa.
Editado: 15.11.2024