-Yo no creo ser una llave, o por lo menos así no es para mí. Mi cuerpo pica y quema a la hora de hacer algo que creo impropio. Me castiga el fuego de mi corazón y las ataduras de mis recuerdos. Yo soy quien se aflige más, quien, aun siendo la cadena de otros, llega a ser una propia, donde me arrastro cada vez más a ese fondo que llamamos perdición.
-Estela, muchas veces o casi siempre pensamos mal de nosotros, nos subestimamos o sobreestimamos, pero que tú lo creas no es suficiente para ser una verdad absoluta, solo es la tuya, ante mis ojos eres la llave más hermosa .
-¿Pero cómo podría ser una llave si aun detesto? Me siento ignorante. Muchas veces mis palabras son mi enemigo, el resaltar y la conmoción del momento no solo me hace decir incoherencias, todos escuchan lo peor de mí. No sé cómo podría ser una llave siendo un ser así. Aun no teniendo la capacidad de amar a todos.
-No digo que seamos llaves para todos, tu lo eres para mi.
En aquel entonces mis pensamientos sobre que esta bien y mal estaban chocando. Todo comenzó con la primera persona que no me agrado, sin razón aparente, era pequeño, pero iba en contra de mis creencias. Recién había salido de una situación que había cambiado mi forma de ser dos veces, una cundo la conocí y otra cuando me aleje, apenas recuperaba la estabilidad, y presenciar a alguien tan inestable, me recordaba mi pasado, pero en ese momento no lo sabia.
No me agradaba George en el veía todo lo que no deseaba ser. Era frágil, tanto que sus emociones parecían comérselo vivo. Eso lo demostraba con enojos y sacándolo con los demás. Cada palabra que pronunciaba era como un infierno para mí. Mi cuerpo se sentía vacío, y cada vez que el me tocaba era como si la ignorancia y la impulsividad tomaran cada retoño, cada cosa que había empezado a cultivar en el interior, se marchitaba. Tal vez no era el, solo el temor de un día asemejarme .
Me sentía culpable de todo, de que cada una de sus caricias me hiciera estremecer. Quería gritarle: "Vete, DÉJAME EN PAZ DE UNA VEZ, PREFIERO CONGELARME, PERO NO ESTAR CON VOS NI UN SOLO SEGUNDO MÁS". Nunca logré decirle que en serio lo odié, así el me amara o tratara con la amabilidad del mundo. Nunca quise que me tratara así, solo deseaba que no me hablara más, que no me quisiera, que así me tratara mal era mejor, y hubiera valorado eso. Así, tal vez... solo tal vez, mi mente no torturaría la moral que poseía. Con el paso del tiempo me volvía más fría y los años que tomaría cambiar ,surgía en semanas.
Puede parecer una migaja que cayó en una tormenta, pero para mí fue un enorme huracán.
Antes de acercarme y conocer a tan desagradable ser , pensamientos surgían en la mente de una niña de 11 años. Me decidí a ser como otros niños. Creí que era la cura a esa pequeña cosa que no encajaba, teniéndolo todo, le faltaba algo a mi ser. Allí, en medio de esa decisión, conocí a una persona que por meses sería la sombra que me atormentaría.
Lila era triste y apática. Su aura llenaba de melancolía los corazones de los demás, pero a mí no me importó y creí ser capaz de sacarle una sonrisa. No quería aceptar que aquella tarea era mucho para aquella niña mentalmente débil. Antes no era tan seria y con sentimientos complejos, pero quienes habitan nuestro alrededor influyen nuestras mentes.
-¡Hola! Me llamo Estela.
Así empezó mi pesadilla. Me alejé de todos queriendo tener una vida diferente, una a su lado, pero el devenir hizo que nos alejáramos, Lila venía y se iba, y yo dependía de ella. Me odiaba. Pasaba mis tardes durmiendo, soñando con ya no estar en este mundo. Mis padres estaban preocupados y mi hermano solo era indiferente.
-¡Ay! ¿Qué vamos a hacer con esta niña, amor? No quiero que le pase nada a nuestra hija.
Era un dolor de cabeza, un parásito que hizo la vida de mi madre un infierno temporal. Pero me alejé de aquella chica y me di cuenta de que deseaba volver al pasado, valoraba a aquella risueña. ¿Dónde había quedado? Las conversaciones solo eran deprimentes y ¿si solo quería llamar la atención? Me odié de mil formas. Era incapaz de verme en el espejo, y los sueños eran un escape de la pesadilla interminable.
Pero... el sufrimiento no puede ser eterno, ¿o sí?
Me deshice de la cadena de metal, y toda comunicación quedó en el olvido. Ya todo volvía a ser luz.
Creí que la Estela del pasado se había ido. No entendía que ella siempre estaría presente y debía amarla. La rechacé y cerré mi corazón.
¿Todo había acabado no? La lucha de 8 meses, ¿no fue suficiente?
Nada se olvida completamente, las marcas del sufrimiento se superan o no se superan, pero jamás se olvidan. Solemos confundir el olvido con reprimir. Es un alivio momentáneo que te hace sentir aliviado, pero no es eterno. Aquel chico frágil que odie, me hizo entender esto.
Editado: 15.11.2024