Cuatro Gobiernos

Capítulo 4

La esposa de Braulio Thomas, después de comprar el maíz, se dirigió con paso decidido al palacio. El guardia real que ya estaba acostumbrado llamó a una criada para que recogiese el posible informe. La mujer cruzó la puerta y se acercó al guardia.

-Vengo a traer un informe para la nueva forma de gobierno.

El guardia sonrió satisfecho de haber adivinado el propósito de aquella mujer y recogió con sumo cuidado los folios atados con un cordel. Llamó a la criada, que veía horrorizada los escalones que tendría que subir por tercera vez, y le tendió el informe.

Mientras tanto, el rey seguía soñando, ignorando que la espera de aquel informe tocaba a su fin. La criada que recorría los pasillos acalorada, pensó que su empleo no estaba tan bien pagado como ella creía, y se detuvo unos instantes delante de la blanca puerta adornada con oro que la separaba del monarca. Cogió aire y llamó a la puerta, como no obtuvo respuesta la abrió suavemente y, en la gran cama roja de madera de nogal, se encontró al anciano rey soñando con un nuevo gobierno. Le dio pena despertarlo, pero si no lo hacía, seguro que se enfurecería con ella. Se acercó a él, al respirar los blancos pelos de la barba del rey se movían hacia arriba para tras unos instantes volver a su lugar. Le tocó el hombro suavemente y le movió un poco. Susurró un suave “Majestad” y como si fuese el producto de un hechizo el rey abrió los ojos. Los ojos del rey, pensó la criada, eran azules como zafiros, quizás eso fuese también un símbolo del poder real. Este se desperezó y la miró intrigado. La muchacha le tendió los folios atados en un cordel y le comunicó que era el informe de un campesino. El rey no ocultó su alegría y arrebató de las manos de la criada el ansiado informe. Esta, a continuación, hizo una reverencia y se retiró.

El monarca acabó de desperezarse y desató el cordel. Su corazón iba a mil por hora, había soñado con aquel momento y deseaba que aquel informe no le defraudase.

La primera hoja era una carta de presentación que decía así:

Su majestad,

Mi nombre es Braulio Thomas, soy un humilde campesino que mantiene a su familia con lo poco que tiene. En el presente informe, le hago llegar mi propuesta de una nueva forma de gobierno. El primordial objetivo de esta, es que tanto ricos como pobres tengamos los mismos derechos.

Un saludo,

Braulio Thomas.

El comienzo le parecía adecuado, ahora quería saber el contenido del informe. A través de cinco apartados, le haré un breve resumen de cómo será mi nueva forma de gobierno.

Sociedad

Las clases sociales dejarán de existir, pues no habrá nada que nos diferencie los unos de los otros, porque el dinero no será significativo. Todos tendremos los mismos derechos ante la ley y todos tendremos las mismas oportunidades. La diferencia, con esta medida, de ricos y pobres dejará de existir.

Jefe del estado

La monarquía tras su muerte, será abolida, y se pondrá un parlamento donde los ciudadanos podrán ser escogidos por otros ciudadanos para representarles. Así que, con esta medida el pueblo será quien tenga el poder para decidir lo que quiere que ocurra en reino.

El ejército

Será voluntario, toda persona que quiera entregarse a una carrera militar para defender su patria será respetada, pero no por ello mejor recompensada. Porque cada trabajo tiene su importancia, y todos son iguales ante el parlamento.

La religión

La religión será abolida, pues lo único que hace es que no nos preocupemos de esta vida, y con ellos que no nos ocupemos de los grandes problemas que tiene nuestra sociedad. Por lo que todos los miembros del clero será ciudadanos normales, sin ningún tipo de apoyo extra por ser representantes de Dios en la Tierra.

La economía

Todos los ciudadanos trabajaran y todo su trabajo se recogerá cada día. Después una vez al mes, se hará entrega de los productos a todos equitativamente. En caso de ser servicios, como la medicina, el paciente podrá hacer otro servicio como pago.

Conclusión

Como ve, todo girará a la igualdad de condiciones. Pero, eso no quiere decir que convirtamos en a los ricos en los más pobres, sino que juntos encontraremos un punto intermedio, ni muy rico ni muy pobre.

Amontonó los folios y volvió a atar el cordel, lo dejó encima de la carpeta de cartón de la de cuero. Meditó unos instantes, Braulio parecía que no quería el poder, pero sus ministros nunca dejarían que una forma de gobierno así, se instaurase en Nusquam. Richard, solo quería el poder y estaba seguro de que, bajo su poder, el pueblo sufriría más. Kevin, en cambio parecía el más moderado de los dos.

Entre tales comparaciones, se levantó y se dirigió al gran ventanal que servía como iluminación para su cuarto. El crepúsculo ya estaba llegando, cuando observó que un muchacho, campesino según dedujo por las ropas, se dirigía al palacio con paso decidido. Se fijó mejor y advirtió que traía unos papeles. Aquello solo podía significar una cosa: otro informe.




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