Cuéntame una historia

II.

Parte dos.

Capítulo 13.

Stan se fue primero y solo.

Tomó como excusa que tenía que ir adelantando algunas cosas en casa para mi llegada, aunque sé que era una forma de decirme que no estaba feliz conmigo justo ahora.

Me hallaba sentada en los asientos de atrás de la camioneta, ya que si me siento adelante me mareo, Noah conducía y a mi lado estaba Clint. Del cual no sabía que vendría con nosotras. Por lo tanto, Noah era la que estaba sola delante.

El silencio era horrible, entre él y yo era tenso. No apartaba la mirada de él, necesitaba saber cómo se tomó las cosas, seguramente está odiándome en silencio.

¿Es lo que quieres, no? ¿Alejarlo de alguna forma?

—¿Cómo se conocieron ustedes dos? —dejo de mirarle, Noah me mira a través del espejo con simple curiosidad, frunzo los labios, al ver mi confusión repite—, tú y Clint, cuando lo encontraste en el departamento se hablaban como si se conocieran de antes.

Alzo los hombros, arreglo mis tiritos de la blusa aún tensa e incomoda.

—Me confundí de persona —miento, no lo delataría de tal forma.

No era buena idea decirle que conocí a su primo cuando intentó robarme el bolso al salir de mi trabajo. No es una manera linda de conocer a alguien.

—Le robé el bolso cuando salía de trabajar, no tenía idea que era la amiga de mi prima —voltea a girarme, aprieto mis puños.

Bufo girando la vista a la ventana, estaba enojado, la forma en que me miró y habló demostraban eso. Además, sus brazos los lleva cruzados provocando que la camisa que lleva puesta se peguen a sus brazos. Trago saliva.

—¿Me estas jodiendo? —pongo atención a la conversación, Clint niega despreocupadamente—, ¿por qué carajo le estabas robando?

—Era mi nuevo hobby —simplifica, Noah resopla—. No hay que hacer drama, está bien ¿no, Arlene?

Lo observo, diciéndole telepáticamente que me rompió la nariz ese día. Sin embargo, solo lo miro. Alza una de su cejas esperando respuesta de mi parte. Tensa la mandíbula mientras me lanza dagas con la mirada, achino los ojos igual de molesta.

—¡Eso no es un maldito hobby! ¿No podías, no sé, hacer galletas? No robar, Clint. ¿Qué mierda sucede contigo? —replica, evidentemente molesta.

La Noah moral saliendo a flote, me remuevo alzando la ceja, no quería formar parte de esta pelea familiar. Clint carcajea llevándose la atención de las dos, ya que esa risa burlesca no entra en nada en la conversación.

Aprieto mi mandíbula mirando la calle como excusa, hay pocos autos transitando.

—Sucede que me dejo llevar, Noah. Que hago lo que dicta mi corazón sin pensar en las consecuencias, o si lastimo a alguien —trago saliva, acaba de girar el rostro a mi dirección confirmándome con eso que esas palabras son para mí, lo analizo—, a veces es bueno dejarse llevar.

Pestañeo lagrimeando, él carraspea recostándose. Noah gruñe.

—Patrañas, ¿a qué clase de persona le sale del corazón hacer tal idiotez? ¡Te llevan a la cárcel por esa mierda, Clint! —rasco mi cara, estresada y hastiada.

—Ya lo sé, carajo. No tienes que venir a decírmelo, ¿no te cansas de ser siempre la niña perfecta que no comete errores? Joder, eres tan aburrida, Noah —abro los ojos en sorpresa, alterno la vista entre los dos para quedarme mirando de ultimo a Noah, a quien le puedo divisar bien las lágrimas salir de sus ojos.

Dándome cuenta de dos cosas.

Uno: acaba de herir a mi mejor amiga.

Dos: cree que el hecho de hacer lo que él quiera sin importarle lastimar a otra persona con eso es un error, cuando no cuenta como eso si estas cociente de que lo haces. De que sabes que lastimas a alguien.

—Eres un idiota —escupe con la voz entrecortada, apretando el volante con fuerza a tal punto de ver sus dedos perder color, gruño acercándome a ella.

—Para la camioneta —demando.

Estando parados ella sale del vehículo no sin antes estrellar la puerta con rabia, hago puños mis manos al notar las sacudidas que da su cuerpo y como se tapa el rostro.

Esta llorando.

—Si estas enojado por lo que te dije debes de pagar tu maldito enojo conmigo, no con ella —volteo furiosa, antes de que abra la boca para decir más mierda, lo interrumpo—, me importa un carajo lo que hagas en tu tiempo libre ¿quieres ir a robar de nuevo? Hazlo, pero no lastimarás a Noah ni la meterás en eso.

Frunce los labios, acercándose amenazador a mí.

—No la meto en esto, es mi prima.

—Pues la lastimaste —señalo, apretando mis dientes, estaba tan enojada—. No sé si has notado pero esa chica la está pasando muy mal, y tiene suficiente conmigo para tener que lidiar con tus mierdas. Así que te exijo que controles tus palabras, ella no te pedirá irte del departamento, pero yo no dudaría ni un jodido segundo en sacarte a patadas de ahí si te sigues comportando como un cretino que no puede aceptar que una chica lo rechazó.

Lo noto tensarse más si es posible, me acerco a él cuando también lo hace. Estando frente a frente me analiza el rostro.

—La mierda es, Arlene, que la chica me rechazó sin siquiera atreverse a intentarlo —arroja entre dientes.

—¡No me puedes obligarme a tener sexo contigo! —expreso colérica, con la respiración acelerada y el corazón latiendo muy rápido. Clint tapa la boca para luego esbozar una sonrisa amargada—. Supéralo, y entiende de una vez por todas que las acciones tienen consecuencias que involucra en su mayoría lastimar a terceros. Y es muy egoísta de tu parte hacerte el loco y tomarlas de todas formas —salgo de ahí.

Estaba molesta con él, pero no desperdiciaría mi tiempo en eso, me acerco a Noah en paso apresurado, algunos vehículos corren sin detenerse, por suerte ella se detuvo en una zona donde no transitan los autos. No se hará un paro por eso.




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