Cuentos aún más cortos

56 - Reflexiones de una almohada sin cabeza

Me he dado cuenta de que, desde que te fuiste, todo sigue exactamente igual. La alarma suena a la misma hora y mi horario de trabajo no ha cambiado, mi jefe sigue siendo un idiota y la tipa que me tiraba el rollo en el almuerzo lo sigue haciendo. Quizá mi expresión es un poco más triste, pero aún debo afeitarme cada tres días porque mi barba no ha dejado de crecer. Aún me da hambre a las mismas horas y me sigue cayendo mal la fruta por la noche. Siento la cama un poco vacía, pero es igual a cuando debías quedarte haciendo guardia en el hospital... aunque quizá te divertías más de lo que creía y no te dolía la cabeza justo esas noches.

Mis padres siguen envejeciendo y siguen diciendo que me aman con todo su corazón, mi hermano sigue en Francia y mis primos me siguen llamando todos los fines de semana para decirme que me extrañan. Mis viejos dos amigos siguen visitándome con un par de vinos que ponemos a enfriar mientras jugamos con la consola que no se ha malogrado todavía.

Me he dado cuenta de que tu ausencia no significa nada en la vida, no ha cambiado nada, todo sigue igual, como cuando estabas aquí. Eso me reconforta de cierta manera porque yo siento que ha cambiado todo... hasta mi forma de hablar, pero todos dicen que me veo genial.

No obstante, nada ha cambiado, ni siquiera el amor que siento por ti.



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En el texto hay: cuentoscortos

Editado: 23.03.2022

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