Cuentos Contados

Sin sentimientos

Había una vez un hombre residente en las montañas que decidió vivir sin ningun tipo de sentimientos, la razón era sencilla y a la vez complicada.

Como una buena persona que vive en un campo trato de dar siempre lo mejor de sí para con sus allegados, por azares del destino  su situación se vio decadente y con toda la vergüenza del mundo tuvo que rrecurrir a la ayuda de sus contemporáneos.

Miraba siempre su despensa vacía y sentia su estómago rugiendo por falta de alimento; luego de que sus sembrados se vieran afectados por una sequia de tiempo.

Con ganas de saciar sus nesesidades se arrimo a la puerta de unos de su vecinos.

-buenos dias celeste - dijo amablemente, buscando las palabras adecuadas con las cuales contar el motivo de su visita -la sequía a arrasado con mis productos y ahí he invertido todo lo que tenia -dijo pesaroso -¿puedes prestarme algunos biberes hasta que equilibre mi situación.

Pensó que la manera de decirlo había sido la correcta exponiéndo su carencia sin dar mera lastima y dejando que su buen juicio decida si ayudar o no.

- disculpe -le dijo la vecina- es que aquí también afecto la sequía y bueno la comida va justa a las personas que aquí vivimos.

Asintió sin saber cómo sentirse pensó que eran tiempos duros y todos estaban sufriendo las consecuencias, se dirijio está vez a otra puerta vecina.

- buenos días Jose - saludo y expuso su situación como se lo  había dicho a celeste.

Este vecino también le dio una razón por la cual no podía compartir sus biberes y le cerro la puerta en sus narices.

Pero las nesesidades no conocen vergüenza por lo que tocó otra puerta vecina esta vez un poco desanimado

- buenos días Josefina -saludo amablemente y también expuso la situación que lo aquejaba.

Y así fue caminando hasta agotar las puertas que tocar y quedar decepcionado, se dirigió a su pequeña casa con el estómago aun vacío.

Su hambre fue saciada con los vasos de agua que aún conservaba su tinaja y el sueño adormecio por unos instantes las protestas de su cuerpo.

El tiempo pasó y a su vez  la sequía, la estabilidad volvió y la  generosidad de aquel hombre desapareció, puesto que este hecho le ayudo a entender que cada quien debe vivir para si mismo.

El tiempo continuo pasando y con ello los comentarios que se hacían referente a su cambio drastico pues ha no habían saludos cálidos, ni compresión en el que tanto la había brindado.

Un dia mientras caminaba vio unas carretas que cargaban algunas valijas y en efecto eran nuevos habitantes que llegaban a mudarse  puesto que en su campo las inundaciones eran constantes y esto provocaba salpullido a sus hijos.

Se quedó parado unos momentos observando el movimiento y vio a quienes serian sus nuevos vecinos: una mujer de estatura media y cabello corto, un niño y una niña ambos en plena 
niñez y un hombre de rostro parco y estatura baja.

Pensó en seguir el camino a su hogar y se dispuso a caminar pero en esos momentos fue visto por aquel señor que bajo el caluroso sol se acercó a él.

- que tal vecino - fue su saludo- el clima esta caluroso -le dijo pasando la mano por su frente luego de levantar su sombrero.

- si por supuesto -dijo con una sonrisa- ahora mismo esta caluroso pero espere las primeras aguas de mayo y ya verá.

El hombre simplemente asintio y comenzó a contarle su travesía y sus razones para estar en aquel poblado además de los nuevos planes de supervivencia de su familia.

-! ahí disculpe !!!!- exclamó el hombre de repente - vamos dentro.

El hombre ciertamente contemplo la amabilidad con que aquella familia se desenvolvía y por su mente paso que esta duraría poco cuando comprobarán que clase de vecinos eran los suyos. Al exponerle esto el nuevo allegado simplemente respondio.

- ciertamente brindaremos nuestra ayuda a personas que no la retribuiran de manera alguna, sin embargo amigo mio que esas cosas no limiten tu bondad y tu vocación de servicio puesto que la vida se trata de dar, de servir y ayudar, de hacer el bien sin mirar a quien; si tu corazón se abstiene de brindar está cosas ciertamente te estarás convirtiendo en una de esas personas que en este momento desprecias y críticas y recuerda siempre que aquel que no vive para servir no sirve para vivir.

Querido lector y tu ¿en algún momento de la vida has dejado de tender la mano a alguien que lo nesesita por que nadie te auxilio en un momento determinado?

¿por que dejar que las acciones de otros determinen el curso que tomara nuestra vida?



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En el texto hay: cuentos cortos

Editado: 10.07.2021

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