Cuentos cortos de verdades indeseadas

El centro del bosque


 

Las reglas son bastantes simples:
1.No desobedecer al rey
2. Siempre vestir de blanco
3. No llorar
4. No escaparse
Entonces cariño… explicame por qué tuviste que romper todas?
Todo empezó con sus padres, la madre, provenía del clan Canvas, el padre del clan Victus, las dos más grandes, poderosas y reconocidas familias de cazadores de trolls, todo aquel que estuviera en el rubro conocía a los clanes y sus logros.
Esta historia de amor nació de una caza muy importante y crucial, cuando la menor del clan canvas y el mayor del clan victus derrotaron juntos al troll más grande que se conoció en todos los reynos, fue un amor a primer flechazo. Lógicamente la descendencia de esta hermosa alianza tenía un enorme peso encima, y por desgracia cayó todo sobre los primeros años de vida del hermano, quien se crió al igual que ella con una rutina bastante estricta, después del desayuno tenían combate, luego, clases de supervivencia, runas, armas, tácticas.

Pero el tiempo pasó y los juegos se convirtieron en guerra donde su madre falleció en combate, el hermano, muy valientemente se apropio de su arco y flecha que había sido entregado a ellos como conmemoración y respeto, y tomó el lugar de la valiente madre en el frente, mientras que el padre y ella se quedaron a cuidar el fuerte y proteger a la gente de los enemigos naturales, como las heladas de invierno que para principios de abril los atacaban, pero  este año se habían adelantado y los habían agarrado desprevenidos, por lo tanto con el padre y algunos miembros de la junta les abrieron las puertas de sus cabañas y le ofrecieron a la gente comida, y un lugar caliente para pasar la noche, pero sin darse cuenta dejaron entrar al enemigo.
Esa misma noche huéspedes traicioneros, invadidos por la codicia y el alcohol, hicieron un pacto con un rey, asesinaron al padre a sangre fría con una daga de hielo y secuestraron a la ahora jefa del clan para que sea un trofeo.
Tres días después del suceso, cuando una criada entró al frío y mugroso calabozo en el que la tenían, le dio comida, le puso un vestido todo blanco que parecía hecho de plumas de gaviotas y tiñó su pelo rubio oro de blanco nieve, ella intento resistirce a todo ese cambio pero con la poca fuerza que tenía fue en vano, cuando terminó cubrió sus ojos con una tela blanca y la dirigió a ciegas a donde ella pensaba que iba a estar su raptor, entonces imaginen su sorpresa cuando sus ojos fueron destapados y se encontró en una sala enorme con columnas y pequeños copos de nieve dorados que estaban pegados al techo, la sala estaba llena de comensales que nunca en su vida había visto, sentados a los lados de la habitación, creando un camino ondulado hacia un hermoso altar lleno de rosas blancas donde un hombre con un traje similar a su vestido estaba parado mirándola expectante, al notar la realidad de la situación intentó huir, dirigiéndose rápidamente a la entrada pero la criada y dos guardias con lanzas de hielo se lo impidieron, una niña se acercó a ella y al entregarle un ramo hecho con escarcha y gotas de agua congeladas, la miro directo a los ojos y le dijo
- tienes una hermosa suerte de casarte con el rey de Los tres reinos a la izquierda, por más que no parezca es un hombre amable que quiere terminar con la guerra y salvar a muchas personas- No solo le sorprendió la realidad que manejaba aquella niña, si no, también, la alianza matrimonial a la que la estaba forzando a cumplir.
Desde ese dia vive bajo una realidad completamente diferente a la que le enseñaron desde chiquita, ahora su sabiduría en estrategia y combate no servían, pero las doncellas fueron demandadas a enseñarle el arte de los modales, y en cuestión de pocas semanas ya se había convertido en una hermosa y obediente  reina que cumplia al pie de la letra lo que le pedían y nunca, jamás, rompía las reglas. Hasta que llegó la noche del banquete de invierno, donde rompió todas y cada una en una sola velada; esta celebración sucedía en mitad de la estación y se festejaba que las heladas ya habían pasado y que el bosque, todo lo que pertenecía a sus vastos confines dentro de él y que imponía su entrada en el jardín del palacio, cambiaba su camuflaje de supervivencia blanco a un imponente verde que abarcaba desde el pasto más pequeño hasta la punta del árbol más alto, y brindaba, sin duda alguna una confiable privacidad. Pero ese dia la reina no tuvo que nada que celebrar, porque una carta anunciando la muerte en combate de su hermano le hizo romper por primera vez una regla, ese día lloró, desde que el sol salió y la carta llegó a sus manos, hasta que el sol se ocultó y se tuvo que vestir para la ceremonia;  entonces, al decidir usar el luto de su hermano, rompió la segunda regla; para cuando su esposo le ordenó cambiar el inmenso vestido negro hecho de plumas de cuervo con pequeños copos de nieve en las puntas y ella lo desobedeció,usando el vestido noche entera, rompió la tercer regla, pero la última y la más importante, la rompió esa madrugada, cuando su corazón roto le pedía estar en casa, pero a qué casa iría si su hogar había sido tomado como colonia del rey, y solo podía estar a gusto, en los brazos de su amada en su hermoso lugar secreto de encuentros, en mitad del bosque.
Esa madrugada era fría, la reina decidió ponerse su capa hecha de escarcha, ocultarse la cara con la capucha, y dejando atrás las joyas, el invierno y los vestidos extravagantes, ató una daga con mango de madera y un rubí rojo en el medio a su pierna, la ocultó tras las telas, junto con la última carta que le había enviado su hermano y se aventuró, en busca de encontrar aquel lugar al que ella llamaba casa, pero su emoción fue tan descuidada que no notó que un fiel seguidor del rey, la vio huir.
Solo con posar el primer pie dentro del bosque pudo sentir su respiración mucho más ligera, dejo que los cantos de los pájaros o quizás hadas la trasladen a donde ellas quisieran, encandilada estaba por como la luna en todo su esplendor iluminaba hasta el más pequeño rubí del que estaba hecho el camino por el que ella levitaba, el viento que la acunaba e incluso la elevaba, rozaba con delicadeza su mejillas como una promesa fuerte de cuidado y cariño, en poco tiempo comenzó a sentir un olor fuerte a rosas que nunca había sentido en sus anteriores visitas al bosque, acostumbrada como estaba, espero encontrarse con algunas rosas blancas apiñadas al principio de un árbol, pero no fue así, en su lugar encontró un hermoso hectárea de rosas del cual no veía fin, que tenía a su entrada un arco que había sido dominado por la enredadera más delicada que ella había encontrado en toda su vida, deleitada por la belleza que tenía frente sus ojos pensó que quizás, el centro de este inmenso colchón de hermosura seria un gran lugar para descansar y pasar la noche, entonces comenzó a caminar hacia el centro, cuando sin motivo alguno todos sus sentidos se pusieron alerta, todo se torno en un pesado silencio en cuestión de segundos y ella se puso a la defensiva, un grito de águila se escuchó a la distancia, quizás debería apresurar el paso, eso hizo, el grito se escuchó más fuerte y más cerca,pero esta vez venía acompañado con el crepitar rápido de sus enormes alas, o quizás era el palpitar rápido de la antigua reina, en cualquier caso ella apresuró el paso, mientras su vestido estaba siendo desgarrado por las espinas de las deslumbrante rosas, dejando pequeñas partes de sus piernas al desnudo y propensas a que el color rojo de las rosas comience a emanar del rastro que dejaban sus espinas en sus piernas, entonces la luna oscureció bajo la sombra de las alas a las que ella tanto le estaba temiendo, y cuando se dio vuelta pudo comprobar que la que se encontraba ahora mirándola fijamente desde la punta de un árbol doblado debido a su peso, no era el tipo águila que ella conocía, era de ese estilo con las que los niños son atemorizados si no se comen todas sus verduras, era la pesadilla de cada infante por la noche, era algo, de una época pasada, con cuerpo enorme y alas aún más, incluso era poseedora de esos inmensos colmillos que sobresalen de la boca y que son tan característicos de los animales de aquella época, y ahora estaban peleando una intensa batalla por aquel que moviese la primer pieza, y así fue como ella sacó la daga y el juego comenzó, el ave sobrevolaba en círculos y en ocasiones bajaba en picada para atacarla y en ese momento la cazadora de trolls atacaba con su daga para después comenzar a correr en círculos hacia el final del rosal, entre corridas y ataques su vestido quedó atascado entre un nudo de rosas y el ave estaba cayendo en picada directo a ella, fue ahí cuando su prioridad fue destruir la parte delantera del vestido de luto para poder escapar, pero mientras ella estaba cortando el ave se acerba, y su corazón se aceleraba ¿A caso esto era el fin, es posible que se uniera a sus seres queridos sin haberse despedido de su único verdadero amor? Gotas de agua nublaban su vista e impedían que cortase bien el vestido, se estaba rindiendo, sentía el viento producido por las alas del águila rozar por sus orejas pero luego… luego no sintió el impacto, por lo contrario, sintió un gran rugido singular que impacto directo con el ave y le dio tiempo a terminar de cortar su vestido, pensando que aún seguía en peligro corrió al final del rosal para sorprendentemente caer por un barranco de piedras negras. Su majestad cazadora quedó tendida boca arriba, sintiendo el aire liviano entrar por sus pulmones y luego escapar rápidamente, mirando a las estrellas sin poder mover ni un solo músculo, pero con los sentidos más agudos que nunca, ahora veía todo claro, las hadas eran traicioneras, no podías confiar en sus cantos y mucho menos en el aroma de sus rosas, te conducían por un sendero directo hacia la muerte, al menos eso le había explicado Clara, su amante, la primera vez que se habían encontrado en el centro del bosque, siempre elegían ese lugar porque mientras más te ibas acercando al centro las tonalidades cambiaban en degradé de verde a un blanco puro y encandilante y ahí es donde la reina debido a su largo cabello, sus ojos y su vestimenta blanca se camuflaba, y era casi imposible de ser encontrada, excepto para los ojos de la ninfa del rio Clara quien siempre la distinguía porque una vez que ella se sacaba la capucha, no pasaba desapercibida la piel chocolate oscuro de su majestad, pero el bosque era tan hermoso como engañoso y un ligero desvió podía llevarte a situaciones como estas, donde ahora ella se encontraba, en las orillas de un lago, con un enorme y dorado animal con cuerpo de tigre y rasgos de zorro, que la estaba mirando con mucha cautela con la daga de ella en la boca.
-Cariño se te ha caido tu daga cuando caíste por ese peñasco, pareció una fuerte caída, quizás si tomas un poco de agua podrás recuperarte más rápido- La reina, no supo si quedar más sorprendida por el color del animal, o el gran acto de que acababa de preocuparse por su bienestar de la forma más dulce que ella había escuchado en meses -Ahora que ya has tomado agua y pareces un poco más concentrada, no me importaría acompañarte a donde sea que vayas para asegurarme de que llegas a salvo
-Muchisimas gracias, me dirijo al centro del bosque, donde me voy a reunir con mi novia, si no te parece mucha molestia acompañarme la verdad lo apreciaría mucho, creo que estoy un tanto perdida.
- Por supuesto querida, subete a mi lomo, quizas te convendría descansar un poco mientras te encuentras ahí, porque el viaje durará un par de horas.
Le hizo caso,descansó en la comodidad del suave pelaje de esa hermosa y amable criatura, y su sueño fue tan profundo que para cuando se despertó el sol estaba saliendo y ellos ya se encontraban en la entrada del centro, donde el cielo más claro era solo un mundano reflejo del divino color que envolvía toda la superfície, haciendo ver a la reina como una delicada y dispersa nube
-Muchisimas gracias, por todo, no creo haber sobrevivido al bosque sin tu amable ayuda- agradecida hizo una reverencia hacia la bestia
-no hay problema, si entre chicas no nos cuidamos, nadie más lo hará- Respondió la flameante criatura, y luego se fue, dejando a la reina, un paso más cerca de encontrarse con su amada, entonces cuanto más avanzo más se sentía el bosque en calma, era como caminar en el cielo una tarde de verano, con algunas nubes, pero todo se volvió blanco, y su vestido comenzó a camuflarse al igual que ella, y la tormenta que venía con ella se calmo al ver a su amante en el mismo lugar de siempre, iluminandola con su sonrisa. Esa mañana, cegada por el amor que entendió que tenían y con la seguridad que sintió, se entregó en cuerpo y alma a su amada, haciendo que el centro se convierta en un nido de amor que ardía en llamas,  entre su acto de amor, mientra se fundía una en la otra, rayos comenzaron a dispararse, que ayudaron de guía en la tormenta al rey y sus secuaces. Estos llegaron sin ningún problema al nido de amor y se acercaron despacio entre las plantas blancas, hasta que los grupos estuvieron en su posición, donde 4 hombres vestidos de blanco agarraron a la reina y 5 hombres de la misma apariencia agarraron a su amante, el rey, un hombre de apariencia pronunciada, albino como la nieve y cegado por encontrar a su esposa engañándolo con alguien tan despreciable como otra mujer, sacó un hermoso cuchillo hecho de hielo y entre los llantos de las amantes quienes intentaban alcanzarse sin tener ningún tipo de éxito, le cortó la garganta de lado a lado a Clara,dejando caer el cuerpo sin vida de la ninfa y mientras las lágrimas incontrolables salían de los ojos de su esposa al ver a su último amor sucumbir ante las manos de la muerte, el rey miro a la reina y con toda la sinceridad del mundo le dijo
-tenes dos opciones, o te olvidas de esto, volvés conmigo al reino y actúas como una respetable reina, o te mato ahora mismo bajo las aberraciones que cometiste,
a lo que la reina con fuego en sus ojos blancos lo miró con mucha honra y dijo
-prefiero morir de millones de formas si se que al final me encontraré con clara, porque el infierno lo conocí cuando me obligaste a casarme con vos.
El rey, con mucho gusto degolló a su esposa y la dejó tirada al lado del amante, con quien ella se reuniría en una tierra lejana. Lo que nunca hubiese imaginado el rey al dejar ese lugar, es que la muestra de amor que acababan de dar la reina y la ninfa, fue tan pura, que del último copo de nieve que salió del ojo de la reina y la sangre multicolor que emanaba del cuerpo sin vida de clara, se formó en carne viva una demostración de amor, una hija de las hermosas amantes prohibidas del bosque de invierno.




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