Cuentos fantásticos de Nuhiom

El Silbido de la Serpiente

Noches eternas habían pasado desde el momento en que Julián había caído enfermo de una neumonía intratable, noches donde lo único que se escuchaba, era la tos sanguinolenta de Julián, y el silbido de una serpiente descomunal. Nuhiom era un pueblo fundado ya hace siglos, y desde que Nuhiom fue fundado, se ha escuchado ese silbido, de una serpiente descomunal. La gente había adoptado una conducta tan ordenada en las noches, que eclipsaba el desorden del día, pues aquel pueblo ha estado embargado desde tiempos inmemoriales por leyendas que relatan de una cueva, conectada con el más allá, donde vive un ser que se arrastra sobre su escamosa piel y regurgita los huesos de sus víctimas. Y que se ha escuchado el silbido de una serpiente descomunal…

Pero ciertas personas ignorantes y faltos de saber, se internan en el bosque, determinados a capturar a la supuesta serpiente. Y como si la escamosa se riera de su incredulidad, los traía de vuelta a sus casas, no sin antes atormentarlos por las noches con pesadillas lúgubres, que los hacía despertarse a medianoche, gritando y balbuceando cosas inentendibles, describiendo el silbido de una serpiente descomunal, tirando árboles y tragando cocodrilos con sus mandíbulas horribles que se dislocaban, produciendo un abrumador sonido de huesos quebrándose, mientras su baba se mezcla con la sangre de sus víctimas, que es escupida mediante la boca por la presión a la que son sometidos las pobres presas de aquel monstruo, que se enrosca sobre ellos, mirándolos burlonamente y disfrutando la desesperación en sus ojos.

Unos policías llegaron esta noche, hospedándose en la única posada decente que había en el pueblo de Nuhiom. A la mañana siguiente salieron con cámaras y linternas hacia el bosque. Mientras los pobladores los miraban tristemente, como sabiendo que sus esfuerzos por librar al pueblo de aquel animal maldito serían en vano. La noche cayó, y la mitad de los policías había abandonado el bosque, pálidos, con esa maldita cámara que había grabado a esa escamosa y repugnante serpiente, de monstruosas dimensiones que era la protagonista de las pesadillas del ayer, del hoy y del futuro del pueblo.

Dejaron la cámara en el teatro del pueblo y se marcharon horrorizados. Y cuando la encendimos, vimos a un policía caminando por el bosque a tropezones, y el equipo siguiéndolo. Al cabo de un rato se escuchaban los murmullos de las hojas siendo aplastadas por algo grande, con cuchillos y pistolas iniciaron una persecución a ciegas por el sotobosque, como resultado cayeron a una gran zanja que dividía el bosque en un leve altiplano y un risco cómodo de bajar hasta un riachuelo que terminaba cayendo a una profunda y oscura cueva, emocionados continuaron con su torpe andar hasta la entrada de la caverna, alumbrando dentro, y salió un fétido olor a carne descompuesta, saliva y bacterias, tuvieron que taparse las narices con sus chaquetas y bajaron cuidadosamente mientras el olor a podrido les sofocaba. Uno de ellos prendió la linterna, deslumbrando cadáveres de ganado y de personas, que estaban cubiertas de una mucosidad espesa y olorosa, y se escuchó el silbido de una serpiente descomunal detrás de ellos.

 



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En el texto hay: ficcion, suspenso y terror

Editado: 05.06.2020

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