Miro melancólica el atardecer, en un deprimente pensamiento de muerte, asomo mi cabeza, echando una vista al lejano mar, sacudiéndome de escalofríos, y aunque me causare sensaciones horribles, no paro de mirarlo, como una forma escabrosa de paranoia, como si corriera a un abismo pero antes de saltar me detuviese a mirar el borde y recordándome lo horrible que sería si realmente me lanzara, en todos estos años, no había podido concebir tal miedo en mi corazón, al punto de que me gustase que se cumpliera la pesadilla, como si fuera una anciana perjudicada por el torpe paso del tiempo, con demencia senil tirando al masoquismo, como burlándome de la muerte y al mismo tiempo rezando porque no haga daño, un pensamiento tan comprensible para unos como incomprensible para la mayoría de la gente ¡Que está envuelta en sus propios asuntos y no se da cuenta de lo mal que esta este repugnante sistema de cosas! Mirando como a nadie le importa que el suelo del océano este pidiendo a gritos que dejen de tirar bazofia y cosas podridas a su lecho. Y el mar se ha cansado de esto, ya no pedirá ayuda, si no que jugará con lo que el mundo lo ha llenado, haciendo remolinos de basura y revolviendo las cosas muertas con las que ni siquiera deberían existir, formando una bestia muerta que grita por una vida mejor, uniéndose y alimentándose de la ira de las personas, formando con ellas agresivas emociones que poco a poco se convierten en un intento de conciencia, arrastrando y llevándose a la boca los muertos que el mar acogió en sus profundidades, arrastrando mercurio en sus manos y fusionándose con las oxidadas chatarras humanas nunca reclamadas, haciéndose inmune a materiales tóxicos. Porque algún día el océano se limpiará, pero no por acción humana, ¡Sino porque un monstruo de las más hórridas pesadillas de un Lovecraft arrastra dolorosamente basura putrefacta, inundando del olor a muerte las calles de litorales y aterrorizando ciudades costeras… Serán cinco monstruos, pero solo uno será el peor de todos, tomará el reinado que le fue arrebatado, siendo imitado por los monstruos de océanos ajenos, aplastando la plaga llamada “hombre” y construyendo los cimientos de un mundo mejor, un mundo donde la tierra se hundirá junto con los humanos y el lecho marino florecerá como nunca antes, un mundo pre adámico, donde los animales involucionarán y dejarán de caminar en patas, para nuevamente volver a su madre aqua, nuevamente empezando de cero, pero ahora el libro de la historia se escribirá, y lo que sustituirá al ser humano apenas sabrá de vestigios de su ya extinto y cruel semejante.
Por eso te invito a ya no botar basura a los ríos, porque algún día cinco monstruos gigantes vendrán como monjes a la iglesia y señalarán y separarán el oro de la inmundicia. Y esos monstruos serán conocidos como “Leviatán”.