LIAM
Tenía los ojos hinchados y rojos de tanto llorar, sus mejillas estaban rojas al igual que la puntica de su nariz y sus labios estaban un poco hinchados. Tenía una sudadera del doble de grande de su talla, la capota la tenía en la cabeza y sus hombros estaban caídos.
Había escuchado muchas cosas, cosas horribles con respecto a lo que había hecho en esa fiesta, pero yo solo la veía vulnerable y eso hacía que la quisiera sentir cerca de mi para protegerla siempre. Mi ira aumento al verla en ese estado, simplemente quería hacerle cosas horribles a la persona que la había puesto así. Sabía que ella no había hecho nada, sabía que al igual que yo también tenía muchas preguntas.
Tenía algunos moretones en la cara y eso hizo que sintiera una gran ira dentro de mí, quería hacer sufrir el doble a todas las personas que le hicieron daño alguna vez.
No entendía exactamente el sentimiento que sentía por ella, era pasión, amor y lujuria a la vez, pero también me sentía vulnerable y extrañamente me sentía en paz a su lado. Desde que la conocí me sentí atraído por ella, era inexplicable la atracción que tenía hacia mí, como dos imanes que luchan por estar juntos, así me sentí siempre.
—¿Emma? ¿Qué haces aquí? — estaba allí desparramada en el césped detrás de las gradas, tenía la respiración un poco agitada y sus manos temblaban — ¿Qué te pasó en la cara? ¿Te peleaste?
—No es nada, ya me voy — se levanta, pero al verla mejor pude notar su dolor, sus moretones y su voz desanimada, no podía dejar que se fuera entonces la agarro y la traigo de nuevo hacía mí.
—Es por lo de Scott? — sus ojos se abren y su mirada refleja temor y rabia al mismo tiempo, su respiración comienza a agitarse cuando le menciono el tema y yo siento morir al verla así.
—Lo de Scott no es cierto, nada es cierto — dice y cierra los ojos con fuerza.
—¿Estas segura que no pasó nada? — estaba seguro de que no había pasado nada, pero quería escucharla, quería saber que ella estaba convencida.
—Estaba borracha y no me acuerdo, pero yo tenía ropa y el no, pero no pasó nada y no sé qué hacer — respiré tranquilo cuando la escuché.
—Y quien te dejo así — trataba de no mostrar mucho mi ira así que apreté los puños para
—Nadie — no resisto más, quería ayudarla, pero su actitud no me dejaba, mi ira creció y ya no supe cómo controlarla.
—¡Demonios Emma! Dime quien te dejo así — grite, grite tan fuerte que pude observar su cara de temor hacia mí, trate de controlarme, pero sabía que si decía una sola palabra más mataría a Scott sin preguntar nada.
—Las chicas porristas amigas de Scott, una se llama Camila, la otra Anna y la tercera nunca la había visto — sabia quién era cada una de ellas y simplemente iban a pagar todo lo que le había a Emma.
No quise seguir hablando con Emma porque mi furia era tan grande que no quería seguir asustándola con mi actitud, así que me alejé decidido a encontrarme con Scott. Me acordé de que Scott a esta hora siempre estaba en la biblioteca así que me dirigí hacia ella, cuando entre pude ver a Scott con sus compañeros y riendo como si nada pasara.
—Hola Liam, hermano siéntate a mi lado — dice Jayden, sin sonreír me siento y miro directamente a Scott.
—¿De que hablaban? — Pregunto y trato de no demostrar mucho mi disgusto.
—Lo de Emma, por cierto, deberías decirle a tu mejor amigo que termine con ella, es una sin vergüenza — dice Jayden de nuevo y yo sigo sin dejar de mirar a Scott.
—¿Sí? Y que paso entre tú y ella — no podía ya de la ira, sentía mis orejas calientes, los ojos rojos y la cabeza me palpitaba de la rabia.
—No quiero hablar más de eso — pude notar cierto rastro de miedo en Scott, él sabía que yo me había enterado de toda la verdad.
—¡Ay por favor, hermano! — digo con sarcasmo — ya toda la universidad lo sabe, solo quiero escuchar tu versión, es decir, quiero escuchar la versión verdadera.
—Estuvimos juntos, nada más que decir, ella se me abalanzó y ustedes saben chicos, si una mujer tan bella como Emma se te lanza es todo bienvenido —todos ríen al escucharlo incluyendo, aunque todavía con un poco de nerviosismo y yo no dejo de mirarlo con cara de antipático y una pequeña sonrisa en mi rostro.
—Por cierto, Scott, afuera te necesitan, creo que son tus amigas porristas — digo y me levanto, me despido y espero afuera a que salga.
Cuando me despedí sentí como Scott descansó, en cierto modo sabía que lo que había dicho estaba mal y era toda una mentira.
Al poco tiempo salió Scott en busca de las porristas, pero me encontró a mí, con el ceño fruncido y mi puño listo para pegar. Él me miro y comenzó a caminar despacio.
—Pensé que estaban las chicas aquí — dice y da la vuelta — entonces iré de nuevo adentro.
—Las chicas no te estaban esperando, solo yo.
—Que quieres Liam — dice y trata de mostrarse fuerte, cruza sus brazos y sonríe levemente.
—Quiero que me digas todo lo que pasó anoche — digo y me acerco con los puños preparados.
—Ya te dije todo.
—No es cierto — le doy un puño justo en la nariz y se tambalea hasta caer al piso, lo agarro del cabello y lo arrastro a una de las aulas que estaban vacías mientras el se queja y su nariz sangra.
Lo bajé por las escaleras de las aulas, por el lado derecho de todos los asientos y lo dejo en la plataforma donde los profesores dan sus clases.
—Que estás haciendo idiota — dice Scott mientras lo dejo en el piso y cierro el aula con seguro.
Le doy patadas y puños, mi ira cada vez era más fuerte, no me podía controlar en solo pensar lo que había pasado Emma, lo mal que se había sentido y el estúpido de Scott se burlaba de ella como si no fuera nada.
—Basta, basta, no puedo más — dice por fin Scott y yo trato de controlarme, respirar profundo y alejarme de él, simplemente lo quería matar.