Cuestión de Riesgos

Capitulo II

Ahora entiendo porque no recomiendan mezclar las bebidas

Se siente horrible

Creo que voy a morir

Necesito una pastilla para calmar esta resaca, la cabeza me puede explotar en cualquier momento. Trato de bajar a la cocina sin hacer mucho movimiento.

—¡NIÑA…!—siento que me están perforando los oídos.

—guarda silencio—cayo a Tulio.

Estando en la cocina con un vaso de agua, quito el siguiente número del calendario, lo primero que observo es el número en un círculo rojo.

Demonios es hoy

Como puedo subo corriendo a mi habitación, y entro al baño, estoy echa un asco.

Como se me pudo olvidar, con tantas cosas en la cabeza. No me acorde que hoy es la selección en el club de esgrima, ya tengo todo comprado, el sable, careta, chaqueta, guantes, plastrón que mando la abuela. Salgo corriendo del baño para entrar al armario, tomo la duffle color negro y me encamino a la salida, afuera ya me está esperando el chofer.

—Buenos días señorita, a Royal Blade —asiento rápidamente, en el trayecto le pregunte que paso con mis amigas, comento que me sacaron de la fiesta, me dejaron en mi cama y se marcharon después.

Llego justo a tiempo antes de que comience a hablar el instructor

—todos los aspirantes acérquense por favor—explica el instructor con voz autoritaria.

—Este año no tenemos muchas vacantes para ustedes, así que solo seleccionaremos a los mejores.

—¿Cómo se realizará la selección —pregunto un chico.

—se llevarán a cabo duelos entre ustedes, para seleccionarlos.

Todos se dividieron en pares para comenzar los combates por separado en el área de combate, solo 5 participantes saldrían victoriosos este día, para ser honesta todos lo estaban realizando muy bien, pero yo no me quedaría atrás, después de todo este deporte era de mis mejores hobbies en mi estancia en Francia, lo tuve que dejar cuando nos mudamos a Liverpool en lo que me acoplaba a esta nueva vida, pero ya ha pasado mucho tiempo es hora de retomarlo.

—Excelente trabajo chicos, estoy impresionado. Lamentablemente solo unos se quedarán

—Como prueba final, se enfrentarán a mis alumnos—fue asignando a uno por uno con cada competidor.

—parece que ya no queda nadie más para ti jovencita—cuando de pronto una persona ingreso corriendo, no se le veía el rostro pues ya venía completamente uniformado.

Gracias al cielo no me quedare sola

—Joven Finnian—le hizo un gesto con la mano para que se acercara a nosotros

—Disculpe la tardanza entrenador, surgieron unos imprevistos—no le respondió solo le dio una indicaciones, éramos los últimos en participar debido al retraso de mi contrincante.

Los demás competidores terminaron más rápido de lo previsto.

Es el momento

Nos dirigimos al área de combate, antes de iniciar el combate nos colocamos el chaquetín eléctrico de color diferente al peto y al pantalón, que conectan a carretes donde indican los tocados de los competidores y las puntuaciones.

El aire estaba cargado de tensión en la sala, solo se escuchaban respiraciones controladas por parte de ambos, con la mirada fija en mi oponente sus pies se deslizaban suavemente sobre la pista.

—¡En Garde!— anuncio el instructor. —¡Prêts? Allez!

Ambos nos lanzamos al ataque con velocidad, desde la posición de guardia ataque a mi oponente, me desplace hacia adelante, estire mi brazo armado apuntando al hombro de mi contrincante y salte con la pierna delantera, el actuó rápido y paro mi ataque, contraataque he hice fondo para poder recuperar la distancia. Intento hacer una estocada directa, reaccione a tiempo y logre detenerla.

La fricción era palpable en el ambiente, nos estudiábamos mutuamente, midiendo cada movimiento con precisión, con una finta rápida buscaba desequilibrarme, cada maniobra era una danza calculada, un enfrentamiento de mentes y reflejos, todo parecía estar fríamente calculado. En un momento de descuido su sable toco mi hombro, la luz se encendió de lado contrario.

—Touché—comento mi oponente

El punto fue dado

Parecía confiado, pero esto no acababa aquí

Decidí arriesgarlo todo en un ataque simultáneo, estaba dispuesta a todo con tal de ganar. Un cruce de aceros, un instante de suspenso y… ¡ambas luces se encendieron!

El instructor levantó los brazos y declaró:

—¡Empate!

Todos estaban sorprendidos del gran espectáculo que estábamos mostrando, y yo también.

Ambos medimos nuestras distancias, respiramos hondo y nos lanzamos al último asalto. Una sucesión de ataques y defensas frenéticas culminó en un golpe doble… pero el instructor confirmó que solo uno había sido válido.

Y era el mío

Era el miooo

No lo podía creer




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