¿culpable?

Prólogo

Ni todo lo blanco es blanco, ni todo lo negro es negro, nada es absoluto, nada es permanente.
J.M. Bucay

Dedicatoria:
A ti que me lees y le has dado la oportunidad a esta historia.
A mí querida familia que es el motor de mi vida.

Prólogo:

Las arduas investigaciones de días anteriores habían llevado al detective Jano Bradley hasta la persona que menos imaginó; sin embargo, todos sus interrogatorios anteriores lo habían guiado hasta esa temerosa jovencita frente a él. Aunque la teoría a primera vista parecía descabellada, él tenía suficiente experiencia para no dejarse guiar por las apariencias, tarde o temprano descubriría toda la verdad como siempre ha hecho, no por nada era considerado el mejor detective de Los Ángeles, a lo largo de su carrera de veinte años no ha habido ningún solo caso que él no consiguiera resolver y este no sería la excepción.

– ¡Preguntaré por última vez! ¿Por qué asesinó a Ailen Harper?–cuestiona con tono firme.

– ¡Yo no lo hice, ya lo he dicho! – responde entre lágrimas la joven.

Ella realmente no comprende, ¿Cómo ha terminado en esa sala de interrogatorios siendo acusada de un crimen como ese? Desde que había sido llevada a la estación de policía para ser interrogada como principal sospechosa del homicidio de Ailen Harper esa pregunta se repetía una y otra vez en su cabeza, nada de lo que sucedía tenía sentido alguno, es decir, era imposible tan solo imaginar que ella fuese capaz de un acto como ese; sin embargo, no lograba recordar, ¿Qué hizo ese día a esa hora? Siempre ha sido tan despistada y olvidar es algo común para ella. Muchas cosas se borran de su memoria sin explicación alguna pero su cerebro ha elegido el peor momento para olvidar algo que podría librarla de ese gran lio en el que se encuentra y salvarla de ir a prisión por un crimen que se encuentra convencida ella no sería capaz de realizar.

–Entonces explique, ¿Qué hacia la noche del diez de enero, entre las siete y las ocho de la noche? –cuestiona el detective observando de manera intimidante a la joven quien por enésima vez rebusca en su memoria, algo, un indicio, lo que sea que la ayude.

–Realmente no lo recuerdo, acostumbro acompañar a mi madre a cenar a esa hora y después dormir; sin embargo, no recuerdo haber acompañado a mi madre ni absolutamente nada mas, ya debe saber, detective, del problema de amnesia que padezco.

–Su madre ya ha declarado, esa noche usted no bajó a cenar; además, se sabe que la última persona con la que se comunicó Ailen Harper, fue usted y por si fuera poco, días antes usted amenazó a la victima frente a un testigo, ríndase, no tiene coartada que la libere de esto, ¡Confiese de una vez y deje de hacerme perder el tiempo!

– ¡Yo no lo hice, no sería capaz!–exclama sintiendo la ansiedad consumirla.

–Mi cliente ya ha dicho que no lo hizo, usted no tiene más pruebas que un mensaje que dice y cito: “Ahora te veo” –interviene el abogado de la joven–. Eso no prueba la presencia de la señorita Price en el lugar de los hechos y menos aún la convierte en culpable, la joven ni siquiera recuerda haber escrito dicho mensaje, bien pudo hacerlo otra persona desde el teléfono de la joven sin que ella se percatara, sabe que eso es más común de lo que parece, detective, sus fundamentos no son suficientes para mantener a mi cliente en este lugar, por lo que ante la falta de evidencia exijo su liberación inmediata.

–Pueden retirarse –indica molesto el detective Bradley, el abogado le ha ganado la partida, las evidencias con las que cuenta no son suficiente para hacer pagar a la responsable–. Cuide sus pasos, señorita Price, estaré atento a cada uno de sus movimientos, tarde o temprano volveremos a hablar y le aseguro que librarse no le será posible.

–Más le vale no molestar a mi cliente a menos que tenga pruebas suficientes que sustenten sus acusaciones, detective, de otra manera, podría ser acusado de acoso–interviene el defensor de la joven, ella se mantiene en silencio sabiendo que su futuro pende de un hilo que en cualquier momento puede romperse y dejarla caer al oscuro abismo que se encuentra bajo sus pies.

El detective la mira con semblante serio, generalmente la intuición del detective Jano Bradley no se equivoca y todo apunta a esa joven por lo que él, no piensa rendirse hasta encontrar la verdad detrás de ese misterioso crimen. Desde que fue colocado al frente de la investigación supo perfectamente que encontrar al responsable no sería nada sencillo y menos aún lo seria con el giro inesperado de los acontecimientos. El abogado y la joven salen del lugar, ella aún se encuentra demasiado afectada por la presión que el detective ha ejercido sobre ella durante el interrogatorio por lo que al llegar hasta donde se encuentra su madre, se abraza a ella y deja salir sus lágrimas. La mujer completamente llena de desconcierto la rodea brindándole el cariño y protección necesaria a su única hija, lo más valioso que tiene, « ¿Cómo pueden pensar que mi niña haría algo así? ¿Acaso no pueden ver lo afectada que se encuentra?» se cuestiona tratando de consolar a la joven.

–Pueden retirarse, señora Price, a partir de ahora yo me encargaré de cualquier cosa que resulte, demostraremos la inocencia de la señorita, de eso puede estar segura –indica el abogado a la madre de la joven para después retirarse.

El abogado sabe perfectamente bien que probar la inocencia de la joven será complicado de lo que ha expresado, especialmente por la amnesia que la joven presenta consecuencia de su condición psicológica. La mujer y su hija se encaminan de regreso a su hogar, ambas se encuentran bastante conmocionadas por todo lo sucedido, aún no logran comprender nada de lo ocurrido en las últimas semanas, desde el homicidio de Ailen Harper todo era como una pesadilla para ambas; sin embargo, para la joven, la pesadilla había comenzado desde hacía varios meses atrás.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.