¿culpable?

Capítulo 2

La semana comienza, en la universidad los estudiantes corren de un lugar para otro para poder llegar a sus clases o para buscar alguna cosa en sus respectivos casilleros, otros arriban al instituto, se encuentran con sus grupos de amigos y conversan animadamente de sus planes y salidas. Yamini por su cuenta se encuentra en su casillero en absoluta soledad, extrae los libros que necesitará para sus clases, al terminar, cierra su casillero y gira sin percatarse de la presencia de alguien que la empuja haciendo caer las cosas que tenía en sus manos para después burlarse y alejarse en compañía de sus amigas. La joven suspira con cansancio y acomoda sus gafas para después inclinarse para recoger sus pertenencias, ella es muy tranquila y sabe que siempre es mejor evitarse problemas.

–Permíteme ayudarte –expresa alguien inclinándose para ayudar a la joven, al terminar ambos se ponen de pie–. Ten más cuidado.

–Gracias, Mirt–agradece tomando los libros de las manos del joven.

–Un placer, señorita–replica sonriendo para después alejarse del lugar.

Yamini realmente se siente agradecida ante los gestos de amabilidad que ha tenido el joven con ella, cuando todo lo que has encontrado en la vida son malos tratos y rechazos, encontrarte con algo de amabilidad llena de una agradable calidez al corazón. Con una pequeña y tierna sonrisa mientras abraza sus libros, meditando lo sucedido, Yamini se encamina a sus clases. Mientras tanto, Mirt se reúne con su mejor amigo que lo esperaba pacientemente mientras este se encargaba de una más de sus obras altruistas, una vez que llega hasta donde este se encuentra juntos avanzan en dirección a su clase.

– ¿Ahora te gusta el ratón de biblioteca? –cuestiona con tono burlesco.

– Para comenzar, su nombre es Yamini y no, Lukas, no me gusta, ser amable con alguien no significa que exista interés romántico, es simple cortesía y no te haría mal  practicarla  de vez en cuando.

– Tú ves cortesía mientras yo veo cortejo, date cuenta que únicamente tú opinas de esa manera, ante los ojos de los demás no es así.

–Y no por eso estoy equivocado y los demás tienen razón, recuerda lo que dice Dan Brown: “La aceptación generalizada de una idea no es ninguna prueba de su validez.” –replica con esa confianza que lo caracteriza.

Lukas Bryand es el mejor amigo de Mirt desde siempre, se trata de un joven bastante bromista y fiestero que contrasta por completo con la personalidad de Mirt pero que a pesar de eso se comprenden como nadie en el mundo. Lukas tiene la misma edad que su amigo, su estatura es de un metro ochenta y dos, sus ojos son de color gris obscuro con unas largas pestañas adornándolos, cabello negro lacio y corto, con sonrisa encantadora que a su vez delata lo travieso de su personalidad, labios rojos gruesos y definidos, piel un poco bronceada.

–Como tu digas, ¿Tienes el permiso para realizar la fiesta en tu casa?

–Claro que sí, mi padre saldrá y dijo que podía hacerla sin problema, siempre y cuando, no causara destrozos.

–Tu viejo es el mejor, hermano, ¿Será de disfraces?

–Lo he estado pensando, creo que eso le dará un toque especial, ¿No te parece?

–Claro, especialmente por las chicas, uff, siempre se lucen–comenta Lukas con un suspiro.

–Eres un sucio, Lukas.

– ¡Que tú seas un niño bueno no significa que yo deba serlo también!–exclama fingiéndose ofendido.

Mirt se burla del comentario de su amigo sin responder más, sabe que si lo hace le dará  más cuerda al joven para continuar con sus comentarios por lo que se limita a mover su cabeza de manera negativa. De esta manera llegan hasta su clase e ingresan, cada uno toma asiento en su respectivo lugar, guardan completo silencio y se concentran en lo que la profesora comienza a decir, han llegado justo a tiempo, la profesora es bastante estricta. Una vez que las clases llegan a su final, todos los estudiantes salen del instituto a realizar su rutina de manera normal.

La semana pasó sin mayor inconveniente y en la casa de los Harper, al llegar el fin de semana, la fiesta que planearon comienza según lo esperado por los anfitriones. Los invitados arriban al elegante hogar de los Harper, todos llegan portando sus respectivos disfraces dispuestos a pasar una gran noche que los ayude a olvidar lo estresante que pudo llegat a ser la semana en la universidad. Mientras tanto, Yamini se encuentra en la sala de su casa disfrutando de una interesante película mientras su madre termina de prepararse para salir con el señor Harper.

–Cariño, Parker me ha dicho que sus hijos realizarían una fiesta, ¿Te gustaría acudir? Podríamos llevarte y antes de que me traiga a casa pasamos por ti y volvemos juntas.

–No, mamá, me quedare aquí, veré la película y después trataré de dormir–responde con tono tranquilo.

–Yamini, nunca quieres salir y eso no es saludable, aprovecha esta fiesta, Parker dijo que será de disfraces, veras que podrás divertirte mucho además puedes convivir un poco mas con Mirt y Ailen– expresa Zenda tomando asiento al lado de su hija intentando convencerla.

–No te preocupes tanto por mí, madre, yo disfruto mas estar en casa y lo sabes bien, me gusta estar aquí y hacer cosas tranquilas, si acudiera a esa fiesta me sentiría fuera de lugar, no soy buena conversando y haciendo amigos.

– ¿Segura? – cuestiona Zenda poco convencida.

–Sí, mamá–en ese momento suena el timbre anunciando la llegada de Parker–. Anda, ve y pasa una velada agradable con el señor Harper, no te preocupes por mí, como dije, veré la película y me recostare a dormir.

–Está bien, cariño, descansa y no olvides que te amo, estaré pendiente del teléfono, lo que sea que necesites solo llámame –indica Zenda al tiempo que se pone de pie para después tomar sus cosas y avanzar hasta la puerta para abrirle a Parker, depositando un casto beso en la mejilla como saludo–. Bienvenido.

– ¿Sucede algo? –pregunta preocupado al ver el rostro de su amada.




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