Mirt jamás se había sentido de esa manera tan inusual, su corazón late de manera acelerada e incuso siente como si el aire no fuera suficiente pero lo que más le resulta inusual es la sensación que lo invade por completo, esa felicidad combinada con emoción y otras sensaciones más. Al parecer el misterio es lo que más le llama la atención y por eso esa joven frente a él ha conseguido despertar un gran interés en él como nunca antes lo había hecho alguien.
–Hola–saluda sonriendo como un niño emocionado.
–Hola, interesante fiesta, resulta agradable –comenta ella sin borrar de su rostro la deslumbrante sonrisa que ha capturado la atención de Mirt.
–Gracias, eres bienvenida, ¿Somos compañeros en la universidad? No recuerdo haberte visto antes, no olvidaría esos ojos.
–Los seres humanos siempre estamos viendo nuestra nariz; sin embargo, pocas veces le prestamos verdadera atención por lo que creemos no verla, puede ser que estoy tan a simple vista que paso desapercibida o tal vez simplemente se debe a que soy invisible–replica con tono bromista, Mirt sonríe divertido ante el sentido del humor de la joven.
Mirt y esa misteriosa joven se unen a la fiesta, conversan por algún tiempo hasta que él la invita a bailar y ella accede. Juntos se unen a los jóvenes que disfrutan de la música, bailan por algún tiempo y después se dirigen a buscar una bebida, por alguna razón Mirt se siente realmente bien en compañía de esa joven, a pesar de desconocer su nombre y en realidad desconocer todo acerca de ella pero por el momento, no desea preocuparse por nada, todo lo que quiere es simplemente disfrutar de ese momento y la compañía agradable que ha obtenido.
– ¿Te gustaría salir para conversar un poco?–pregunta con el deseo de escapar de todo el bullicio y poder tener una mejor comunicación con aquella joven.
–De acuerdo – accede con tono tranquilo, Mirt toma la mano de ella sintiendo de inmediato una conexión inexplicable, sin librearla de su agarre la guía entre los presentes hasta que llegan hasta uno de los balcones de la parte inferior de la casa–, ¿El bullicio te cansó?
–En realidad sí, no me gustan demasiado estas cosas; además, todo ese ruido no me permitía disfrutar de escuchar tú linda voz.
– ¡Ah, un gran halago! ¿Todo un conquistador eres, no? –expresa ella sonriendo divertida al tiempo que gira mirando hacia el lindo jardín que tiene la mansión de los Harper.
–Estas acostumbrada a escucharlos al parecer– comenta con fingida decepción cruzando sus brazos posándose a su lado.
–Eh, no tanto en realidad; sin embargo, no me gusta tampoco escucharlos, es decir, resulta un tanto incomodo, sé quién soy y lo que soy, un halago es la percepción que otros tienen de mi por ende ante mis ojos carece de importancia–replica la joven volviendo su atención a él.
–Interesante pensamiento, he de admitir que me encuentro muy impresionado.
– ¿Por qué tu encanto no funciona?
– ¿Mi encanto? –cuestiona elevando una ceja para después reír divertido.
–Claro, has pensado que por ser un chico lindo podría caer rápidamente en tus redes.
–Jamás cruzó una idea así por mi mente, soy más complejo de lo que parezco.
–Eso seguro– comenta ella aproximándose al joven para mirarlo directamente a los ojos, él hipnotizado la observa sin desviar la mirada.
–Ahora estoy bajo tu control al parecer –expresa sintiéndose nervioso por lo que ríe con ese nerviosismo evidente, ella sonríe divertida–. Literalmente con esos ojos podrías robar mi voluntad, si pudiera apreciarlos mejor.
Mirt eleva su mano con la intención de quitarle el antifaz a la misteriosa joven que lo ha cautivado, la necesidad de conocer cada rasgo de su rostro lo ha invadido. Ella sonríe con ternura y antes de que Mirt sea capaz de alcanzar el antifaz que utiliza sujeta la mano del joven y la sostiene entre las suyas, él la mira lleno de confusión.
–La magia es muy sensible, se debe tener cuidado con ella – expresa para después besar al joven frente a ella de manera sorpresiva causando en Mirt sentimientos totalmente inesperados e increíbles –. Ha sido un verdadero placer coincidir, debo irme.
–Pero…
–Cosas del destino, si debemos encontrarnos nuevamente ten la certeza de que lo haremos– interrumpe el intento de objeción del joven.
Al terminar de hablar, la joven se aleja rápidamente dejando atrás a Mirt realmente confundido, cuando al fin reacciona, corre entre los invitados con la esperanza de encontrar a esa joven. Ha sido realmente inusual y agradable ese encuentro, no desea que simplemente desaparezca dejando todo en manos de un destino completamente incierto. Sin embargo, a pesar de que busca por todos lados e inclusive en la calle, no consigue encontrarla, ha desaparecido como si de una ilusión se hubiese tratado, con una extraña sensación vuelve al interior su hogar y sorprendiendo a todos, da por terminada la fiesta. Una vez que se han retirado, él sube a su habitación para descansar, no puede sacar de su mente los ojos de esa joven, sus palabras y menos aún, ese beso que le ha producido cosas que nunca antes sintió.
A la mañana siguiente, Mirt llega a la universidad y sin poder evitarlo busca en cada joven con la que se cruza, las características de la joven misteriosa que lo ha dejado cautivado, tras meditarlo mucho llegó a la conclusión de que debía descubrir quién era a como diera lugar. Así avanza por el pasillo del instituto, concentrado en encontrar su objetivo, por lo que sin percatarse, tropieza con alguien haciéndola caer y derribar sus pertenencias.
– ¡Siempre deben sucederme estas cosas! – murmura con frustración al tiempo que se encarga de recoger lo que se la ha caído.
–Lo lamento mucho, Yamini, no te he visto– se disculpa sintiéndose realmente avergonzado por causar tal incidente, con cuidado la ayuda a ponerse de pie–, ¿Te has lastimado?
–Estoy bien, Mirt, gracias por la ayuda y no te preocupes tanto, soy fuerte–indica acomodando sus gafas para después abrazar sus libros y bajar la mirada –. Estas cosas suelen sucederme al menos dos veces al día, nos vemos.